Hoy entrenador del Narvskaya Zastava de San Petersburgo y de la selección rusa de sevens, el coach sudafricano Vuyo Zangqa nos comparte su experiencia durante el ‘bloqueo’ internacional al deporte de este país.
Tras el inicio de la guerra ruso-ucraniana, el deporte de Rusia sufrió un ‘bloqueo’ a nivel internacional. En primera instancia, los seleccionados no podían representar a su país, sino que debían representar a sus federaciones deportivas nacionales. Luego, con el paso del tiempo, las sanciones se agravaron.
Hoy en día los deportistas rusos de disciplinas individuales o colectivas, ya sea a nivel seleccionados o clubes, están completamente aislados de la actividad internacional y no tienen permitido competir fuera de su país. El rugby no ha sido la excepción a la regla.
Luego de su extensa experiencia como entrenador en Sudáfrica, Kenia, Namibia, Lituania y Alemania, hoy el ex jugador de los Springboks Sevens Vuyo Zangqa se encuentra trabajando en el Narvskaya Zastava Rugby Club de San Petersburgo. En exclusivo para Rugby Champagne, amablemente se prestó para contarnos que se está viviendo en este país.
¿Cómo llegaste a Rusia? ¿Cuál fue el contacto inicial?
“Luego de trabajar con la selección de sevens de Alemania, en 2019 regresé a Sudáfrica como Coach de backs y ataque para la franquicia de rugby quince Southern Kings. Al año siguiente pegó el COVID y todo el rugby se detuvo. Básicamente, eso llevó a que el equipo quiebre económicamente.
En ese momento empecé a buscar un nuevo trabajo, me llamaron de este equipo ruso y me contaron que su proyecto era solo enfocarse en sevens. Hablamos por teléfono, les gustaron las ideas que yo tenía y me preguntaron si estaría dispuesto a firmar un contrato. Como en ese momento no estaba en actividad, decidí de inmediato sumarme al Narvskaya Zastava”.
Fundado oficialmente en 1995, pero con orígenes a fines de la década de los setenta, el Zastava es uno de los clubes rusos con mayor éxito en la era profesional del rugby sevens. Con múltiples podios locales y regionales a partir del año 2014, los títulos no se demoraron en llegar.
Tras salir campeones de la Liga Premier rusa, la Copa de Rusia y la Copa de los Estados (triangular con Kazajstán y Uzbekistán), el éxito internacional arribó de la mano del entrenador Zangqa: en 2021 levantaron la copa del Campeonato de Clubes de Rugby Europe.
“Nuestro equipo de quince aún es amateur y juega divisiones inferiores. La estructura profesional está enfocada en los sevens y juega en la Liga Premier. Por eso les interesó traerme como entrenador especialista en sevens. Cuando llegué literalmente me dijeron ‘enséñanos como ves el seven’”.
Pocos meses después de eso se desencadenó la guerra ruso-ucraniana y se instauró el ‘bloqueo’ internacional al deporte ruso. ¿Cómo ha sido la realidad del rugby ruso durante este tiempo?
“En términos deportivos, todo es normal dentro del país. Los precios del día a día subieron, pero seguimos jugando internamente y en regiones. Las competencias nacionales aún siguen. Nada cambió dentro del país. Lo que sucede es que no nos permiten competir internacionalmente.
Por ejemplo, perdimos la oportunidad de jugar el Challenger Series de Chile, donde se jugaba un pasaje para la Serie Mundial de Sevens. Por otro lado, en 2022 también deberíamos haber jugado algunos torneos europeos como el Algarve Sevens o el Ámsterdam Sevens. Todo eso se canceló para nosotros. Además, como Campeones Europeos, este año incluso íbamos a organizar el Campeonato Europeo de Clubes.
Todas las uniones involucradas en estos torneos están por debajo de Europe Rugby y ellos están por debajo de World Rugby. Debieron aceptar las sanciones impuestas por World Rugby y por eso hoy no podemos jugar.”
¿Cuál es tu opinión en general acerca de este tema? ¿Crees que es justo no dejarlos competir?
“No creo que sea justo, pero es lo que es. World Rugby tomo una decisión. Lo único que podemos hacer es continuar haciendo lo que amamos, que es jugar al rugby. Para muchas personas es difícil de entender la situación en la que estamos. Esto es político y no tiene nada que ver con el deporte.
Si queremos que nuestra generación de niños crezca amando al deporte y viéndolo como un medio para unir a la nación, ¿Por qué les quitamos esa oportunidad? Sabiendo de primera mano cómo fue la cuestión del Apartheid en Sudáfrica, puedo decir esta situación es exactamente igual.
Tomar al deporte como blanco responde a la idea de atacar a los ‘embajadores nacionales’ que crea el mismo deporte. Nosotros entendemos lo que esta sucediendo, no lo ignoramos, pero no es justo que las próximas generaciones experimenten algo así.”
¿Qué están viviendo tus jugadores en este momento? ¿Cómo se podrían describir sus sentimientos?
“Mira, es muy simple. No hay mucho que puedan hacer. Intentamos de mantenerlos en una actitud positiva y pensando en desempeñarse bien dentro de las competencias nacionales. Debemos mantenerlos entusiasmados por jugar ya que ellos siguen amando este juego.
Cuando llegue el momento de regresar al nivel internacional, tendrán que demostrar todo el trabajo que han estado haciendo estos meses. Solo esperamos que las cosas cambien pronto y ojalá podamos competir contra otras naciones.”
Entiendo que no estás relacionado al rugby femenino, pero anteriormente por Rugby Champagne pasaron las voces de Yana Danilova y Daria Lushina. Las chicas estaban en un gran nivel y World Rugby parecía estar muy feliz de que Rusia se sume al rugby de alto rendimiento. ¿Cómo crees que afectará la situación actual a sus seleccionados nacionales?
“Esta es una gran decepción para las chicas ya que se encontraban entre las mejores selecciones del mundo. Perder su lugar en la Serie Mundial de Sevens por algo que está fuera de su control fue muy duro. Es difícil incluso pensar en cual será el siguiente paso en sus vidas.
No me sorprendería que algunas jugadoras se retiren después de esto. Si eso sucede, sería una gran pérdida para Rusia Rugby y World Rugby en términos de seguir desarrollando un país en crecimiento como el nuestro.
Por parte de la selección masculina, estamos enfocándonos en atraer jugadores jóvenes y mientras tanto enseñarles lo más que podamos. Así, cuando volvamos a competir, tendremos un equipo mixto de jugadores experimentados y otros nuevos.”
Tras tu éxito europeo con el Zastava, en diciembre del 2021 se anunció que tomarías las riendas de la selección masculina de sevens. ¿Qué sucedió con eso?
“Cuando llegué, a fines del 2020, al equipo le empezó a ir muy bien. En apenas un año ganamos tres campeonatos distintos, incluido el Europeo. Mi jefe directo es parte de la directiva de Rugby Rusia y, pensando en mis éxitos con Alemania y el club, les propuso que me tomen en cuenta como entrenador para la selección. Aceptaron la propuesta y me designaron.”
¿Qué objetivos se plantearon como equipo en su momento?
“Nuestro objetivo era clasificar a la Serie Mundial de Sevens, en especial tras la baja de Gales y Japón. No tengo dudas que el talento y los jugadores están ahí. Lo único que nos falta es la oportunidad de enfrentaros a los mejores equipos para alcanzar su intensidad.
En lo personal, también me hubiera gustado poner como objetivo entrar a la Clasificatoria Olímpica del próximo año para pelear por un pasaje a los Juegos de Paris 2024. Nuestro proyecto actual contempla los próximos seis años, por lo que el gran foco estará en clasificar a Los Angeles 2028 a través de la Serie Mundial de Sevens, el Campeonato Europeo o el Repechaje Final.”
Supongamos que la guerra termina y todo vuelve a la normalidad. ¿Cómo crees que será el primer día de volver a una cancha para jugar un torneo internacional?
“Si nos permiten volver digamos, en diciembre, habremos perdido 12 meses de competencia. Si volvemos para la próxima temporada, eso significa un año y medio sin competencia. Va a ser muy difícil. Tendremos que jugar la mayor cantidad de torneos internacionales que podamos para que nuestros jugadores recuperen su nivel.
Al final del día, esta no es una situación ideal, pero es lo que tenemos. Esta semana le dije a mis jugadores que sea lo que sea que esté pasando en el mundo, nosotros tenemos que pensar en lo que disfrutamos. Disfrutamos jugar y entrenar rugby. Tenemos que seguir divirtiéndonos cada día.
Nuestros chicos no son políticos ni soldados. Hay que dejarlos jugar. Solo son seres humanos que aman el rugby y amarían volver a tener la oportunidad de jugar fuera del país.
Muchos de estos chicos se están perdiendo la oportunidad de crecer sabiendo cómo es jugar un torneo como el de Dubái o los clasificatorios en Chile. No debemos imponer la política a través del deporte y negarle a estos jóvenes su derecho a jugar.”
Fotógrafo: Gentileza Narvskaya Zastava RC
Fuente: Matías Matus Acebo