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Villegas Rugby: el club dónde se juega como en el patio de tu casa

Villegas Rugby: el club dónde se juega como en el patio de tu casa

Con sólo 13 años de vida incorporaron el rugby rápidamente a una comunidad netamente futbolera. Con una vocación social muy importante tienen como objetivo sacar a los chicos de la calle y enseñarles los valores de un deporte con pocos años de arraigo en la zona. Con muchos desafíos por delante, en Villegas RC empezaron a disfrutar y sentir los colores azul, amarillo y blanco como propios.   

El 24 de julio de 2007 fue la fecha de fundación de Villegas Rugby Club, aunque en la década del ’80 el rugby ya había llegado a la región de la mano de Oscar Álvarez, quien fuera Secretario de Deportes del Partido. Oscar, junto a su hermano Dardo, trajeron el rugby desde Mendoza, aunque no pudieron mantenerlo por mucho tiempo. Fue recién a partir de 2007, por iniciativa de José Luis Chavarri, que se juntaron varias voluntades en la “canchita del cura” para tomar impulso, con el incentivo y el fervor que sumó el tercer puesto de Los Pumas en el mundial de Francia 2007.

Ariel Ciallella jugó en Liceo Militar y en 2007 se mudó a General Villegas, de dónde es oriunda su mujer, Estefanía López. Con tres hijos (dos mujeres y un varón) el rugby fue el nexo que lo incluyó rápidamente en la comunidad. Primero como jugador, después como entrenador y desde hace tres años como presidente.

Villegas es una localidad de la Provincia de Buenos Aires con 30.000 habitantes. Integra un partido muy grande de 726.000 hectáreas de campo y es uno de los 37 clubes que integran la Unión de Rugby del Oeste de Buenos Aires (UROBA). 

La historia, los comienzos y como llegó a ser Presidente de Villegas, en el relato de un apasionado por el rugby, Ariel Ciallella: “en octubre de 2007, cuando me mudé a Villegas, llegué y fui a entrenar con los chicos en un club llamado “El Eclipse”, que era íntegramente de fútbol y nos prestaba el anexo. Ahí fue cuando Chavarri unió a todos los que habían jugado en los ’80 y otros chicos más, entre ellos Juan Flores, el Oso Gatica, Jorge Jatar, Alan Pedrini y Sergio Ruiz, para darles el impulso que se necesitaba y así formar el club. En Villegas jugué hasta el 2013, tenía 33 años”.

Los comienzos y la adaptación, así lo contó Ariel: “cuando llegué venía acostumbrado a Liceo Militar (tackle, presión y scrum). Y después del primer entrenamiento me pidieron si podía ayudarlos, especialmente en el scrum (el ADN de Liceo). Y eso me integró rápidamente. El rugby para eso es maravilloso, hoy todos los amigos que tengo acá tienen que ver con este deporte”.

“Juan Flores fue el primer presidente de Villegas –prosiguió- y estuvo diez años en el cargo. Él me animó a continuar, así que desde hace tres años quedé en su lugar. Juan fue el mejor presidente que pudimos tener, una persona muy paciente e inteligente”.


Los colores, una particular influencia y la gran anécdota


La camiseta de Villegas tiene los colores azul, amarillo y blanco, iguales a los de Liceo Militar. ¿Coincidencia o casualidad? Esta es parte de la historia: “Cuando tuvimos la primera camiseta estábamos en el club Eclipse. Yo entrenaba la Primera y en 2007 cuando llegué, ya habían mandado a hacer un juego de camisetas. Era a un cuadro blanco y azul arriba, y otro azul y blanco, abajo. ¡Era igual que la de Centro Naval! Imaginate, toda mi vida jugué contra ellos y ahora tenía que jugar con esa camiseta. Entonces pregunté si había una suplente y me dijeron que alguna vez usaron una amarilla. Y como en la zona casi todos los equipos tienen camisetas blancas y azules (Argentino de Trenque Lauquen, América) les dije: ¿porque no las cambiamos? Y obviamente cuando sugerí dije el amarillo, y cuando las mandé a hacer les sumé el azul y el blanco”.

En una ciudad dónde no había cultura de rugby, Villegas vivió una visita muy particular. Algo no esperado según Ciallella, especialmente porque en un lugar de 30.000 habitantes y 12 clubes de fútbol, los eligieron para un documental que se vio en el exterior. Así lo contó: “El Bebe Quesada (el padre de Gonzalo) tiene campos en el norte, en Santa Regina, y siempre colabora con nosotros. En una oportunidad, Julien Pierre, segunda línea francés (Pau) que jugó la final del mundo en la RWC 2011 y es muy amigo de Gonzalo, estaba filmando un documental sobre la cultura del rugby en distintos países (Rugby Trotter). Era 2015 y le habíamos ganado a Irlanda por los cuartos de final. Y Pierre le preguntó a Gonzalo qué clubes de rugby podía ir a conocer en la Argentina. La idea de Julien era mostrar cómo era el rugby en cada país y en cada zona. Entonces vinieron y filmaron en Hindú, La Plata y nos llamaron a nosotros a través de ellos. Y mi pregunta fue: ¿en qué encuadramos con Villegas? Y ellos nos respondieron que querían mostrar la vida del hombre ranchero y la de los clubes de esta zona, lo que fue una experiencia inolvidable para nosotros”.


La actualidad y el futuro


El presente de Villegas en palabra de su Presidente: “tenemos unos 150 jugadores de rugby y 100 de hockey. El año pasado salimos tri-campeones en juveniles, en M16, M18 y M14, que no lleva registro de puntos, pero dónde les ganamos a todos. Y cada año metemos chicos en el seleccionado de UROBA. En 2019 fue Martín Leiva, un M18 que juega de octavo y que en la Academia lo ponen de Segunda Línea, que además quedó para una preselección en Pumitas. Es un proyecto de Marcos Kremer, con mucho tackle pero más flaquito. Otros con gran proyección son Mateo Moyano y Valentino Ruiz, que el año pasado fueron titulares en el equipo que ganó el M16 de Desarrollo en Pergamino, superando a Buenos Aires en la final. Valentino juega de ocho y Mateo es pilar, los dos tienen unas condiciones enormes. Son chicos muy callados y obedientes, son impresionantes”.

El éxodo, un problema general en todos los clubes de la zona: “los mejores jugadores de Villegas se van para Buenos Aires. Francisco Villarroel (GEBA), Franco Tomaselli (Liceo Militar) que ahora volvió y otro chico a Rosario. Es el problema que tenemos, la migración a los 18 años” –afirmó-.

El Seven Oscar Álvarez y su importancia para el club: “es el evento más importante que tenemos cada año, un seven interno que este año será el número 14. La idea es que todos los que jugaron en Villegas puedan participar (el 50% del equipo debe ser del club) y después se puede invitar amigos. Vinieron los hermanos Camacho (Biei) y gente de la zona”.


El clásico y los desafíos


Cuando le preguntamos cuál era el rival más esperado para Villegas en el año, Ariel destacó: “nuestro clásico es Pico Rugby, de La Pampa. Pero en nuestros primeros años fueron Los Miuras de Junín, que tenían un ADN parecido al nuestro y jugaban mucho al scrum. Fue en nuestros años dorados, cuando integrábamos el Súper 8 de la UROBA. En 2014 y 2015 entrenamos con Jorge Jatar y salimos primeros en el Regional Pampeano B. Les ganamos a Pueyrredón de Mar del Plata, Nacional de Bahía Blanca y Villa Gesell, y perdimos contra Biguá. Terminamos terceros en el Súper 8 y fuimos campeones del seven, ganándoles a todos”.

En cuanto a los objetivos nos dijo que: “lo más importante es terminar las obras. Cuando fundamos el club, como éramos todos jugadores, lo primero que hicimos fueron los vestuarios. Tenemos entre local y visitante unos 150 metros de vestuarios, lo que para nosotros es una barbaridad. Hay 20 duchas, está todo azulejado, hicimos algo de calidad”.

En cuanto a lo formativo, Villegas tiene “una veta muy social. Siempre queremos que los chicos tengan en el club su segundo hogar, que no estén en la calle. Si tienen que divertirse o hacer ocio que lo hagan en el club. Nosotros tenemos apoyo escolar para todos los chicos y chicas de infantiles. Si alguno tiene dificultades se puede quedar después de entrenar con un profesor gratis. Juntamos ropa, comida y tratamos de ser muy responsables. El año pasado teníamos una escuelita con la que íbamos a los barrios más humildes a enseñar rugby, gracias a una beca de la UAR. Lamentablemente por todos los problemas conocidos ya no la tenemos. Esperamos recuperarla en breve. Además, con un grupo vamos a la cárcel de Trenque Lauquen, a la Unidad 20, a colaborar con “los Bravos de Pincén” un grupo de presos entrenados por Santiago Maffía, Alejandro Almasqué y Javier Pizzichini”.

“Nosotros estamos convencidos que el éxito, antes que el trabajo, sólo está en el diccionario. Lo que queremos demostrarles es que entrenando fuerte, esforzándose, sacrificándose y siendo buena gente el resto será la consecuencia. En estos meses de pandemia le pedimos permiso a la Municipalidad (están en fase 4 y a punto de pasar a la 5) para ir a trabajar al club los sábados y domingos. Queremos hacer un lugar mejor, para que cuando vuelvan los chicos ese abrazo que están esperando darse, sea en un lugar mejor, más lindo” –completó Ariel-.      


-¿Qué es Villegas para vos?

-El club es el patio de casa. Hace siete años conseguimos mudarnos, ya que utilizábamos las instalaciones del Club Eclipse. Nos ofrecieron un predio cerca del Parque Municipal y como correspondía se lo comentamos al Vasco Melion (el presidente de Eclipse), que nos dio el ok y lo aceptamos. Él nos dijo, aprovéchenlo y acá estamos. Villegas es mi pequeño oasis. Donde voy y es todo para mí. Está mi familia y después el club. Es lo que les digo a los chicos. Tenemos que cuidarlo. Es un lugar de transformación. Hay chicos que van al club y que no tienen sus necesidades cubiertas. Y ver el poder de cambio que genera el rugby es espectacular. Es gente divina y ver ese cambio emociona. Mis amigos de Liceo son de toda la vida, y eso es lo que les digo a ellos. Los amigos que hacen en el club serán los que tendrán siempre.


Villegas Rugby Club, un lugar en el mundo dónde el rugby se metió entre los clubes fútbol para ofrecer su granito de arena a la sociedad, formar deportistas y mejorar a las personas.




Fotógrafo: Gentileza Villegas Rugby Club y Thomas Gutierrez Gutti

Fuente: Hernando De Cillia - Rugby Champagne.

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