La historia de Los Matreros y Lomas Athletic, como la de tantos otros clubes, está escrita de puño y letra por aquellos que la forjaron. Los que la protagonizaron y pueden contarla tiempo después, como en 1966. Este es el relato de un encuentro, de un lazo que sigue vigente a través de los tiempos como el rugby de clubes, el que cada fin de semana se reúne entre amigos y rivales de otros tiempos.
La historia entre 1966 y 2023, 57 años después, mantiene su espíritu.
Como es costumbre, una excelente y sana costumbre, los veteranos de la mayoría de los equipos que juegan cada sábado entre sí, se reúnen, invitados por los locales a un almuerzo previo al partido.
Un hecho más que significativo sucedió, en el cotejo de ida en Lomas Athletic, como en el de vuelta, en Los Matreros, cuando se enfrentaron los equipos superiores de ambos clubes.
Cuenta Enrique “el Vasco” Etcheverry que en la previa del almuerzo en los Links, se le acercó un “veterano” de los locales quien, palabras más, palabras menos, le preguntó: “¿vos sos Etcheverry, el que jugó aquel partido del ‘66 de medio scrum, con Valerga de apertura? (Tato Valerga fue un histórico apertura de Los Matreros). Asombrado, Etcheverry le dijo que sí.
Allí, presentaciones mediante, el ex jugador de Lomas era Adolfo Badaloni, quién aquel 25 de Septiembre de 1966 había jugado de wing.
Ambos “veteranos” no estuvieron solos, se le sumaron luego, en el almuerzo, dos jugadores más de ese histórico partido: el medio scrum de Lomas, Guillermo Tragant y el tercera línea de Matreros, Jorge “el Tío” Anderson, ambos, de los más jóvenes ese partido.
Cuentan que aquel partido fue muy significativo, ya que por capricho del fixture fue por la última fecha del campeonato: se definía, nada menos, que el ascenso a Segunda.
El equipo del Sur le llevaba un punto al del Oeste; a Matreros sólo le alcanzaba con ganar, así, que con el 16 a 3 final, los rojiblancos se llevaron el ansiado ascenso.
Relatan, casi al unísono, lo duro de ese torneo y los nervios que vivieron, por el suspenso y la incertidumbre que tuvo el duelo…
Los de Morón destacaron la calidad técnica y destrezas de sus adversarios, mientras que Tragant y Badaloni hicieron hincapié en la fortaleza física del pack de forward, muy compacto y batallador –el sello de los Matreros por muchos años-.
La cancha, llamada “el patio” por su dureza, fue también tema de conversación y sonrisas en los recuerdos. La cantidad de gente también, que impresionó a propios y extraños ya que los cuatro lados estaban cubiertos hasta las veredas, incluso había público en parte de la calle.
El 22 de julio pasado, después de toda una rueda y nuevamente, como grandes amigos de toda la vida, volvieron a compartir el rito de otro sabroso almuerzo. No por el plato del día, sino porque compartieron recuerdos, nostalgias y el rugby de aquellos tiempos.
A Guillermo Tragant y Adolfo Badaloni (Lomas Athletic) Jorge Anderson y Enrique Etcheverry (Los Matreros) hay que decirles gracias por aquel partido de hace 57 años. Pero más hay que agradecerles por seguir presentes y continuar la tradición con estos pequeños y grandes gestos que tiene nuestro deporte. Los mismos que mantienen al RUGBY por su empatía y espíritu de tradición, con los CLUBES como centro de todo.
Plantel Superior de Los Matreros ese año 1966:
O. Suarez Orozco, J.J. Satragno, P. Soler, E. Alais, N. Stuart, J. Anderson, P. Dubuc,
R. Matus, E. Etcheverry, A. Valerga, G. Pisano, G. Farrell, J.C. Falabella, R. Di Diego,
A. Sellares, E. Pyñeiro, E. Marquevich, M.A. Cedron, F. M. Quesada, R. Manoni, R. Sellares, R. Segretin, R. Bembihy, E. Jasid, F. Garcia, F. Ferrari, G. Vázquez, J. Rosito, R. Rovere. Entrenadores: Carlos Izzo y Bruno Bertelli
Plantel Superior de Lomas Athletic ese año 1966:
E. González, R. Rodman, V. Arango, M. Rodman, G. Farcuh, G. Tragant, R. Jones, R. Benyon, G. Peria, L. Cores, P. Fontan, M. Ferro, L. Di Renzi, J. E. Margueri, H. Espeche, J. Colombo, S. Cadiz, P. Stickney, O. Faccini, A. Queirolo, R. Dorso, A. Badaloni, C. Vaneri, J. Bellett, E. Lorenzi, D. Attwell. Entrenador: J. Cerezo.
Fotógrafo: Archivo Los Matreros, Gerardo Pisano y Guillermo Tragant
Fuente: Carlos Silva