El entrenador confirmó su alejamiento al Stade Francais desde Julio próximo.
Por Hernando De Cillia
Parece mentira. Pero es real. Como esta pandemia que sigue haciendo estragos.
Sólo pasaron 83 días desde aquel 14 de marzo, cuando a puertas cerradas se esperaba la vuelta de Jaguares a la Argentina.
La visita de Highlanders llegaba con sabor a revancha, luego de una durísima gira por Sudáfrica. Las malas noticias de la pandemia del COVID-19 crecían a pasos agigantados, cuando a pocas horas del kick off llegó la menos esperada, la suspensión del partido.
Desde SANZAR confirmaban que no se iba a jugar y que el resultado era 0 a 0, para la sorpresa general.
De allí en más, en el Súper Rugby todo fue incertidumbre hasta que concluyó en suspensión del torneo.
Ese fue “el último baile” de un plantel argentino que trabajó muchos años por conseguir un lugar en la competencia más competitiva del planeta rugby. Pero también fue el último de Gonzalo Quesada, un señor, que en poco tiempo se ganó el respeto y la consideración general con un hito que dejó grabado su paso como Head Coach por la Argentina: la final del Súper Rugby, ante Crusaders, el multicampeón neozelandés, que en Christchurch construyó una fortaleza inexpugnable para los equipos extranjeros.
Casi tres meses después, un 4 de junio, llegó una noticia difícil de digerir. Que no sorprendió, porque se vislumbraba.