Mañana, desde las 4:05, de nuestro país, Highlanders y Crusaders inaugurarán la segunda edición del certamen creado por la Unión de Rugby de Nueva Zelanda una vez comenzada la pandemia del COVID-19. El derbi de la isla Sur se llevará a cabo en el Estadio Forsyth Barr, de Dunedin. Chiefs, último en
2020, recién tendrá sus primeros ochenta minutos desde la segunda fecha.
Parece que fue ayer que los fanáticos en Sudamérica y gran parte del mundo quedaban maravillados por cómo el Eden Park, de Auckland, tenía la posibilidad de cobijar a más de 43 mil personas: fue en julio último, cuando Blues, el dueño de casa y máximo emblema del deporte en la capital financiera, enfrentaba a Hurricanes en el primer partido de la historia de esta competición. Sí, pasaron más de siete meses desde aquel entonces. Y es que el lapso de tiempo entre los momentos duran simples parpadeos.
Ahora, ya más acostumbrados a esta «nueva normalidad», pensar en simples torneos domésticos es algo que altera el ritmo cardíaco en más de un amante de este deporte. Es que el momento tan preciado, que en este caso es el inicio de la verdadera «NBA del rugby», ya ha llegado.
Los dos primeros equipos en aparecer en la cartelera del Broadway ovalado son nada menos que el vigente tricampeón, Crusaders, y su rival de frontera, Highlanders. Para aquellos que tengan las memorias de la década del ‘90 bien frescas y las imágenes impregnadas en sus retinas, este puntapié para el calendario neozelandés será entre Canterbury y Otago. Es que así se vive. El cruce, que será el evento principal del fin de semana en Dunedin (una de las ciudades más importantes de toda la isla Sur), será motivo de burlas y cafés durante los próximos días. Está en juego el orgullo de las regiones. Recuerden que este bendito deporte es más que una religión en tierra kiwi.
Rugbísticamente, ¿qué tienen para ofrecer ‘Landers y ‘Saders? Los dueños de casa, con la vuelta de Tony Brown a la conducción -NdR: estuvo en 2017. Reemplaza a Aaron Mauger, quien fue entrenador en jefe entre 2018 y 2020-, arriban a esta presentación con la ilusión de poder, finalmente, volverle a ganar a su archirrival NdR: la última victoria fue por 25-17, en 2018, también en su propio hogar-. Y para esto deberán apelar a su amor propio, pero, fundamentalmente, a la conducción de Aaron Smith, a la puntería de Mitch Hunt en sus envíos a las haches, en el desequilibrio que pueda generar Solomon Alaimalo desde el fondo y, ya por el lado de los delanteros, al impacto tanto ofensivo como defensivo que deberían tener Shannon Frizell y Marino Mikaele Tu’u. Además, con Liam Coltman, Liam Squire y Josh Ioane, quienes largarán detrás de la línea de cal, como jugadores de impacto para los momentos cruciales; por el lado de los reyes del hemisferio sur (diez títulos desde 1996, año en el cual arrancó el profesionalismo), las cosas están mucho más claras: saben a qué juegan, preservaron a sus mejores caras y, como plus, sumaron a su histórico segunda línea, Sam Whitelock -NdR: jugó en la Top League, de Japón, durante el 2020-, y al experimentado centro exmiembro de Blues, Montpellier y La Rochelle, entre otros, Rene Ranger.
¿Quién saldrá airoso una vez consumados los ochenta minutos? En los papeles, la visita debería estar unos diez o catorce puntos por encima de su adversario, aunque, por la añeja rivalidad que los une y el hecho de ser un cotejo que sirve como primer partido oficial del año, la diferencia podría ser de apenas dos, tres o cinco puntos, y para cualquiera de los dos, claro está. La clave pasará por la concentración después de los sesenta minutos y, como agregado a todo lo mencionado en los párrafos previos, la disciplina, tanto en el suelto como en las formaciones fijas.
En Wellington, Hurricanes, con la vuelta de Julian Savea, recibe a Blues, ya sin Beauden Barrett
Exactamente veinticuatro horas después del kickoff en el Forsyth Barr, el Estadio Regional de Wellington, también conocido como Cake Tin, albergará la batalla entre los capitalinos y los tricampeones del Super Rugby (1996, 1997 y 2003). A diferencia del clásico sureño, este enfrentamiento parece ser mucho más cerrado e impredecible. Más aún si se tiene en cuenta que los ‘Canes (más flojos en el análisis nombre por nombre) estarán frente a su gente y que la franquicia representativa de las regiones de Auckland y Northland (más la unión de North Harbour) ya no tendrá al mayor de los Barrett como apertura.
En el caso de los locales, la mayor novedad pasa por el retorno de Julian Savea (su hermano menor, Ardie, será el capitán y, además, cumplirá cien partidos con la camiseta amarilla) a la franquicia que lo vio nacer y que lo forjó como jugador para brillar en los All Blacks (¡46 tries en 54 partidos más un Mundial ganado!). El problema para él es que se ha ido a pique luego de la gira de los British and Irish Lions por Nueva Zelanda a mediados de 2017. Desde allí, y con su paso por el Toulon francés, el fabuloso wing (uno de los mejores de toda la historia en su puesto) perdió toda su confianza, por lo cual hay quienes dudan de su nivel, aunque, como marca la historia, nunca, jamás de los jamases, hay que subestimar a las leyendas; los del norte de la isla Norte, más allá de la partida de Barrett al Suntory Sungoliath nipón, está con la moral en alza luego de un 2020 que culminó con ellos como escoltas de Crusaders y con un plan de juego establecido más allá de los intérpretes. Tienen todo lo que se necesita para dar el siguiente paso, que es, en pocas palabras, destronar a los rojinegros. Pero… ¿podrán? Primero, lo primero: marcar la cancha y llevarse los puntos en rodeo ajeno.
Formaciones y datos de los partidos:
Highlanders-Crusaders:
Highlanders: 15- Solomon Alaimalo; 14- Connor Garden-Bachop; 13- Ngane Punivai y 12- Patalesio Tomkinson; 11- Jona Nareki; 10- Mitch Hunt y 9- Aaron Smith (CC); 8- Marino Mikaele-Tu’u, 7- Billy Harmon y 6- Shannon Frizell; 5- Jack Regan y 4- Josh Dickson; 3- Siate Tokolahi, 2- Ash Dixon (CC) y 1- Dan Lienert-Brown.
Relevos: 16- Liam Coltman, 17- Josh Hohneck, 18- Jeff Thwaites, 19- Bryn Evans, 20- Liam Squire, 21- Folau Fakatava, 22- Josh Ioane y 23- Hugh Renton.
Entrenador: Tony Brown.
Crusaders: 15- Will Jordan; 14- Sevu Reece; 13- Jack Goodhue y 12- Dallas McLeod; 11- Leicester Fainga’anuku; 10- Richie Mo’unga y 9- Bryn Hall; 8- Cullen
Grace, 7- Tom Christie y 6- Ethan Blackadder; 5- Sam Whitelock y 4- Scott Barrett (C); 3- Michael Alaalatoa, 2- Codie Taylor y 1- Joe Moody.
Relevos: 16- Brodie McAlister, 17- George Bower, 18- Fletcher Newell, 19- Quinten Strange, 20- Sione Talitui, 21- Mitchell Drummond, 22- Fergus Burke y 23- Chay
Fihaki.
Entrenador: Scott Robertson.
Árbitro: Ben O’Keeffe (Nueva Zelanda).
Estadio: Forsyth Barr (Dunedin).
Día y horario: viernes, desde las 4:05 (Argentina).
Hurricanes-Blues:
Hurricanes: 15- Jordie Barrett; 14- Wes Goosen; 13- Billy Proctor y 12- Ngani Laumape; 11- Julian Savea; 10- Jackson Garden-Bachop y 9- Jonathan
Taumateine; 8- Devan Flanders, 7- Ardie Savea (C) y 6- Vaea Fifita; 5- Scott Scrafton y 4- James Blackwell; 3- Tyrel Lomax, 2- Asafo Aumua y 1- Fraser
Armstrong.
Relevos: 16- Ricky Riccitelli, 17- Xavier Numia, 18- Alex Fidow, 19- Reed Prinsep, 20- Du’Plessis Kirifi, 21- Luke Campbell, 22- Peter Umaga-Jensen y 23- Salesi
Rayasi.
Blues: 15- Stephen Perofeta; 14- Mark Telea; 13- Rieko Ioane y 12- Harry Plummer; 11- Caleb Clarke; 10- Otere Black y 9- Sam Nock; 8- Hoskins Sototu, 7- Dalton
Papali’i y 6- Akira Ioane; 5- Gerard Cowley-Tuioti y 4- Patrick Tuipulotu (C); 3- Nepo Laulala, 2- Kurt Eklund y 1- James Lay.
Relevos: 16- Luteru Tolai, 17- Karl Tu’inukuafe, 18- Ofa Tu’ungafasi, 19- Josh Goodhue, 20- Tom Robinson, 21- Adrian Choat, 22- Jonathan Ruru y 23- Tanielu
Tele’a.
Entrenador: Leon MacDonald.
Árbitro: Paul Williams (Nueva Zelanda).
Estadio: Regional de Wellington.
Día y horario: sábado, desde las 4:05 (Argentina).
Fuente: Santiago Ángel (corresponsal de Rugby Champagne en Nueva Zelanda)