Hace muy poco cumplieron 94 años de vida. Con dos sedes ubicadas en Pilar y la Capital, llevan como misión promover la continuidad del judaísmo a través de sus actividades sociales, deportivas y culturales. El rugby, mientras trata de afianzar su estructura, cumple con su función, la de transmitir sus valores y el respeto por las tradiciones.
Federico Janín es octavo y actual capitán de Sociedad Hebraica. Empezó a jugar al rugby en las divisiones juveniles nueve años atrás, aunque su historia con el club está ligada desde que nació: “Es mi segunda casa –dijo Fede-, mucho tiempo de mi vida lo pasé ahí. El club es una institución social, con gente que trabaja y hace un esfuerzo muy grande, no sólo para ser competitivo en los deportes sino para formar personas. Hebraica no es sólo una de las instituciones más representativas de la Argentina, es una de las más reconocidas en el mundo, que además cumple un papel muy importante en la formación cultural de sus socios”.
Cuando hablamos de la capitanía, Janín destacó lo que significa para él: “Es un orgullo y una gran responsabilidad. Lo hago con mucha alegría y tratando de dar lo mejor, buscando dejar en lo más alto el escudo y esta camiseta”. Sobre los objetivos, no dudó en que este año querían redoblar la apuesta: “Los objetivos para el 2020 eran ambiciosos. Esta vez queríamos ir por el ascenso. Dadas las circunstancias de lo que está pasando, dependemos de cómo seguirá todo, pero están claros, buscaremos ascender”.
La actualidad y las dificultades para entrenar por la cuarentena también fueron temas de conversación: “Seguimos entrenando todos los días. Hacemos trabajos físicos y teóricos de forma virtual tres veces por semana, donde cada jugador puede repasar los conceptos y algunas jugadas preparadas. La idea ante este encierro es poder mantenernos de la mejor manera físicamente”.
El orden institucional de un club con muchas actividades, en la palabras del capitán: “El aspecto institucional está muy arraigado en Hebraica, donde lo principal es formar personas. Para el club no es una prioridad salir campeón o buscar éxitos deportivos. El club es un marco de contención, un marco de diversión y un lugar para formar mejores individuos en la sociedad. El objetivo es claro y está presente en cada acto que haga alguien que represente a Sociedad Hebraica”.
Para terminar, Federico nos contó sobre los desafíos para esta temporada: “La idea principal estaba centrada en la captación de jugadores, especialmente de infantiles y juveniles. Obviamente, con todo lo que pasó, habrá que esperar que las cosas vuelvan a la normalidad y veremos cómo retomaremos las actividades”.
Los referentes de SHA
Ariel “Pancho” Grynszapancholc pasó por todos los lugares del club, desde infantiles a jugador y capitán de la Primera, entrenador de Superior, capitán general y dirigente. Pancho hizo un repaso de todos los momentos que le tocó vivir: “Tuvimos muchos altibajos en los últimos años en la cantidad de juveniles e infantiles. Pero este año estábamos trabajando bien para rearmarnos, el club tiene una dirigencia nueva y muy pujante que nos está ayudando mucho”.
En el repaso de los equipos que hicieron historia, destacó: “La mejor época fue entre los ´80 y los ´90 porque el club era mucho más fuerte que ahora, teníamos el doble de socios que hoy. Nosotros tenemos dos grandes problemas: somos todos de Capital, entrenamos en Capital y jugamos en Pilar. Hoy, los clubes que crecen, lo hacen localmente. Y el segundo es que Hebraica es un club polideportivo y competimos internamente con un montón de deportes”.
Cuando hablamos de campañas y entrenadores, no hay nadie mejor que Pancho para contarlo: “Las mejores fueron en el ’82, cuando ascendimos a Clasificación, y del ‘90 al ‘92, con un equipo bastante bueno, aunque finalmente no se nos dio. De los entrenadores recuerdo que del ‘82 al ‘84 estuvo Miguel Hernández, el padre de Juan Martín. Él fue el que fundó los principios del rugby en el club, fue un verdadero maestro. Junto a él estuvo Edi Gold, un pilar izquierdo de Deportiva Francesa y el Seleccionado de Buenos Aires, que jugó con Carluccio y era muy bueno. Martín Sansot nos dirigió en 1996, hace poco Fernando Poey con Franco Santini, y también estuvieron Eduardo Piaggio, Diego Puente, Adrián Taboada, Marcelo Litrenta y Germán Morón, el más cercano”.
Para nombrar a jugadores relevantes, Ariel nos nombró dos, que sin dudas quedarán grabados en la historia de Hebraica: “Un dato lindo para contar, es que tenemos en actividad a un jugador con 500 partidos en el club, Sergio “Totito” Stolovas, que debutó en 1990 y todavía está jugando, primero como tercera línea y ahora como segunda. Otro gran referente fue Roger Kraviecki, capitán desde el 2001 hasta que se retiró, en 2012. Son los más representativos en la historia del club”.
Hebraica en la Macabeadas
Diego Yanco es otro de los referentes de Hebraica desde el plano dirigencial. Delegado de la URBA desde hace más de 20 años, nos contó sobre uno de los acontecimientos más importantes que le tocó vivir como representante de su club y de una delegación argentina: “Las Macabeadas Mundiales se juegan cada cuatro años en Israel y el rugby argentino participó sólo tres veces: en 1993, 1997 y 2017. En 2017 llevábamos 20 años sin armar un equipo y ese año logramos llevar dos: uno junior y el otro de primera”.
“El nivel de juego es bueno -comentó-, con varios equipos que se preparan muy bien y suman jugadores de todo el país. Para cualquier jugador de rugby, lo máximo que puede aspirar deportivamente es jugar en algún seleccionado y nosotros podemos hacerlo, representar a nuestro país y a nuestra comunidad en este evento. Es único, una experiencia increíble, casi dos semanas en un país súper desarrollado que te espera con las manos abiertas, es algo maravilloso”.
En referencia a la actualidad, Yanco expresó: “El rugby de Hebraica pasa por un momento de recambio de jugadores y dirigentes. Los que veníamos trabajando, apoyamos a los más jóvenes y el Consejo Directivo, con un año y medio dirigiendo la institución, también apoya al rugby”.
Sociedad Hebraica está cerca de ser un club centenario. Mientras desarrolla sus actividades sociales y culturales para contener a su comunidad, busca en los valores del rugby mantener siempre vivos los principios de su colectividad.
Fotógrafo: Gentileza de Diego Yanco.
Fuente: Hernando De Cillia - Rugby Champagne.