La vida de Kolisi es una verdadera historia de superación. Nacido en la pobreza, el rugby fue su motor para encontrar motivación y esperanza en el futuro. En 2018 lo nombraron como el primer capitán de color en la historia de los Springboks. Un año después levantó la Copa del Mundo que pasó por las manos de Nelson Mandela, para una vez más unir a una nación.
Sudáfrica festejó el tercer título de su historia en Japón. Efectividad pura para los Springboks, que ganaron las tres finales que jugaron. La primera en su país en 1995, la segunda en Francia 2007 y el último fin de semana en suelo nipón, cuando contra todos los pronósticos vapulearon al seleccionado inglés por 32 a 12, con 20 puntos de diferencia. Una distancia entre dos equipos que no se daba desde hacía 32 años, cuando en el primer mundial de 1987, los All Blacks vencieron a Francia por 29 a 9.
Pero hubo una imagen que recorrió el mundo y que quedará grabada, tal vez, como aquella emblemática de 1995, cuando Nelson Mandela le entregó la copa a Francois Piennar en el recordado primer título de los Springboks en el Ellis Park de Johanesburgo. Esa foto que tan bien quedó retratada e inmortalizada en el exitoso film Invictus, que fue dirigido por Clint Eastwood y protagonizaron Morgan Freeman y Matt Damon.
Ese Mundial y ese título llegaron gracias a la gestión del primer presidente sudafricano de color, que trabajó para que los Springboks fueran aceptados nuevamente para competir internacionalmente, luego de la suspensión que cargaba sobre sus seleccionados por la política de segregación racial, Apharteid, que les impidió participar en las dos primeras ediciones de Nueva Zelanda 1987 e Inglaterra 1991.
Una historia de superación
Ese lugar, ese sitio reservado para unos pocos, iba a ser ocupado por primera vez por un jugador de piel negra. La copa que levantaron David Kirk (Nueva Zelanda 1987), Nick Farr Jones (Australia 1991), Francois Pienaar (Sudáfrica 1995), John Eales (Australia 1999), Martin Johnson (Inglaterra 2003), Juan Smit (Sudáfrica 2007) y Richie McCaw (Nueva Zelanda 2011 y 2015), esta vez iba a ser sostenida por un hombre de color, Siya Kolisi.
Siyamthanda Kolisi nació el 16 de junio de 1991 y se crió en Zwide, un suburbio de Port Elizabeth, una ciudad portuaria del cabo oriental de Sudáfrica fundada en 1820. Siya proviene de la misma etnia de Nelson Mandela y en su infancia sólo hablaba el dialecto “Xhosa”, una de las once lenguas oficiales del país que utilizan aproximadamente 7,9 millones de personas, equivalente al 18 por ciento de la población sudafricana.
Para Siya, la vida no fue nada fácil. Nació en un hogar muy humilde, su madre lo tuvo a los 16 años y su padre apenas cursaba el último año de la escuela cuando él nació. Por eso, fue su abuela quien lo crió, aunque lamentablemente murió demasiado rápido, cuando él tenía sólo 10 años. Sin embargo, la cadena de padecimientos no iba a finalizar ahí, ya que seis años más tarde fue su madre la que falleció, dejando además dos niños de otra relación, que Siya no conocía.
En ese difícil contexto, Kolisi tuvo su primer acercamiento con el rugby a los ocho años, en la Emsengeni Primary School. Un entrenador le vio condiciones y le hizo alentar esperanzas de que había una vida mejor. A los 12 empezó con las primeras pruebas provinciales. Por ese entonces jugaba con boxers de seda porque no tenía pantalones cortos. Al tiempo le consiguieron una beca en el Grey High School que le cambió la vida. Cómo él no hablaba ni una palabra de inglés, allí empezó a abrirse al mundo y aprendió esa lengua en la que es considerada una de las mejores escuelas públicas de Sudáfrica.
Al poco tiempo tuvo su primera prueba en Eastern Province para menores de 12 años y de allí empezó a escalar rápidamente. En 2011 fue promovido a Western Province, donde comenzó su carrera para jugar la Currie Cup. En 2012 se incorporó al rugby profesional para integrar los Stormers, la franquicia sudafricana de Ciudad del Cabo que juega el Super Rugby. Su debut fue en el mítico estadio de Newlands ante el elenco neozelandés de Hurricanes, la franquicia oriunda de Wellington. En Stormers ya superó el centenar de partidos.
Luego de jugar ocho encuentros en el seleccionado juvenil de Menores de 20 años, el 15 de junio de 2013 hizo su debut internacional con la camiseta de los Springboks, al superar en Nelspruit a Escocia por 30 a 17. Kolisi quedó en los registros como el jugador N° 851 de la historia sudafricana.
En 2018, los Springboks anunciaron un nuevo entrenador, Rassie Erasmus, que asumió para reemplazar a Allister Coetzee, que con sólo un 44 por ciento de efectividad finalizaba un ciclo mediocre. El nuevo head coach tenía a Eben Etzebeth como capitán, pero tuvo que tomar una rápida decisión para afrontar la lesión del segunda línea y así jugar la ventana de junio en su primera temporada. Y no fue una decisión más, porque anunció que Siya Kolisi, el tercera línea de los Stormers, iba a ser el capitán. De esta manera y después de 126 años de historia, los Springboks iban a tener un capitán negro.
Ese debut con la cinta fue en el mítico Ellis Park. El mismo estadio donde el 24 de junio de 1995, cuando Kolisi tenía tan sólo cuatro años, los Springboks consiguieron su primer título del mundo ante los All Blacks. El rival fue Inglaterra, nada más y nada menos que el mismo rival contra quién un año después, iba a levantar la tercera Copa del Mundo para su país.
Las repercusiones
Cuando Siya Kolisi alzó la copa, los flashes y las cámaras de todo el mundo se depositaron sobre su imagen. Una vez finalizada la coronación, el capitán se acordó de su gente: "Este triunfo demuestra que Sudáfrica puede lograr cualquier cosa si todos trabajamos juntos en la misma dirección".
Fueron muchas voces que se alzaron para apoyarlo, así como los millones de compatriotas que salieron a festejar por las calles sin divisiones políticas, de color ni de raza: "La gente de Sudáfrica nos ha respaldado y les estamos muy agradecidos -afirmó-. Ahora, nuestro país tiene demasiados problemas, pero tenemos un gran equipo. Venimos de diferentes orígenes, diferentes razas, pero teníamos un objetivo en común, queríamos lograrlo y nos hemos unido para ello. Realmente espero que hayamos hecho algo por Sudáfrica, demostrar que podemos unirnos si queremos y lograr muchas cosas juntos".
Para el tercera línea, el último sábado tampoco fue un día más. Ante Inglaterra cumplió el partido número 50 con la camiseta de los Springboks y fue por vigésima vez capitán. De esta manera, también entró en la historia como uno de los líderes con más presencias con la camiseta verde, detrás de Juan Smit (83), Jean de Villers (37), Gary Teichmann (36), Francois Pienaar (29), Victor Matfield (23) y Jacobus de Villiers (22).
En el año 2007, cuando Kolisi tenía 16 años, vio el título mundial desde un bar porque no tenía televisión en su casa. "Nunca había visto a la gente de Sudáfrica así de unida -destacó-. Obviamente, lo que el Mundial de 1995 hizo por nosotros fue muy especial". Y también reveló las palabras que el entrenador Erasmus les dijo tras las semifinales: "Ya no estamos jugando por nosotros, estamos jugando por nuestra gente en casa”.
No menos fuertes fueron las declaraciones del astro sudafricano Bryan Habana, que fue campeón en 2007 y es el segundo jugador con más presencias de la historia de los Springboks (124 caps y 67 tries). Habana, además, lidera junto al neozelandés Jonah Lomu las estadísticas de más tries en RWC, con 15 conquistas cada uno. El ex wing afirmó: “Sudáfrica ha ganado hoy mucho más que un partido de rugby".
Kolisi vive un presente que tal vez nunca soñó
Casado con una mujer blanca, Rachel Smith, padre de dos hijos, Nicholas y Kezia, también recuperó hace unos años a sus dos medios hermanos luego de un proceso que le llevó casi dos años para su adopción. Hoy es la imagen de Sudáfrica campeón. Un país unido por un deporte, el rugby, que por sólo unos días hará olvidar todas las penurias y dificultades que viven en cada jornada. Como lo hizo Nelson Mandela, 24 años atrás, para hacer de toda la nación un gran equipo.
Fotógrafo: Gentileza World Rugby.
Fuente: Hernando De Cillia - Rugby Champagne.