Fundado el 17 de febrero de 1911, el Porteño Atlético Club de General Rodríguez jugó en los torneos de la URBA hasta 1992. Fue en 2018 cuando regresaron para incorporarse a la Zona Desarrollo del rugby porteño e intentar crecer, tanto en lo institucional como en el juego. Lo que alguna vez soñaron sus fundadores, José Bartolomé Aramini, Aníbal y José Dastugue, Juan Decaro, Arturo y Luis Ernesto Demaestri, Luis Guerini, Carlos y José Rinaldi, Arturo Tenzi, Mario Vega y José Vidal, su primer presidente, hoy luce como un club pujante, donde varios deportes coexisten en las 10 hectáreas que cerca de la capital, habitan lejos del ruido urbano.
Como dice la página del PAC: “La mejor manera de describir nuestra institución, es invitarlos a recorrerla. Sin dudas, somos más que un club. Somos un complejo deportivo con servicios de hotelería, gastronomía y un espacio educativo que crece año tras año. PAC es un sentimiento que merece ser vivido plenamente”.
En 2018 fue su vuelta a los torneos competitivos luego del Rugby Empresarial. En la primera rueda integraron la Zona B del Grupo III, donde finalizaron penúltimos con una victoria en 10 presentaciones. En la segunda rueda, en la Zona Desarrollo, fueron octavos, con tres triunfos, un empate y seis derrotas.
El año pasado integraron la última categoría del rugby porteño y en 22 actuaciones superaron el 50 por ciento de eficacia. Obtuvieron diez triunfos, un empate y nueve derrotas, para quedar sextos en el torneo de Desarrollo.
Para que nos cuenten sobre cómo fueron estos años en la organización de PAC, hablamos con los encargados de conducir el plantel de General Rodríguez: el head coach, Juan Rapetti, y el entrenador César Erramuspe.
Así nos contó Rapetti como empezaron: “PAC estuvo en la URBA hasta 1992 y volvió antes que finalice 2017. En ese lapso jugó el rugby empresarial. A partir de 2018 nos hicimos cargo de la Superior con Erramuspe y asumimos el desafío, no sólo en el rugby sino para organizar al club”.
Para eso, tuvieron que armar una subcomisión de rugby que no existía y un grupo con un plantel muy heterogéneo, que oscilaba entre 20 y 50 años. “El primer año tratamos de fortalecer el plantel y hacerlo sólido en lo humano”, contó Juan. “En 2019 apostamos más por el juego, hacernos fuertes en las cosas básicas como la obtención, saber utilizar nuestras energías y en que parte de la cancha poder jugar la pelota. Trabajar en los pases, que no se caiga la pelota y en no dársela al contrario”, agregó.
Las formaciones, un aspecto vital para esta categoría: “Trabajamos para mejorar el scrum, el line y marcar puntos cuando estamos en campo contrario. En la segunda parte del año hicimos foco en el sistema de juego, con jugadas predefinidas, códigos, colores y números, para llegar a marcar tries. El análisis fue positivo porque este era un equipo que le costaba hacer tries y los hizo, independientemente de los resultados”.
Los objetivos y lo que se espera de esta temporada: “Este año apostábamos a pelear arriba. Subieron algunos chicos de la M19 que nos daban lo que nos faltaba. Tenemos un pack experimentado y sólido en algunos aspectos, pero nos faltaban tres cuartos más veloces. Teníamos entre 40 y 45 jugadores, hasta que nos paró la pandemia. Por ahora, nos mantenemos con actividades físicas semanales y hacemos reuniones vía Internet para tener alto el espíritu del grupo. No es fácil, ya que muchos trabajan y tienen sus ocupaciones. La idea es mantener el objetivo y la esperanza para que cuando volvamos, se pueda plasmar lo que nos propusimos, poner al club lo más alto posible”, afirmó el head coach.
Para César Erramuspe, el otro encargado de la División Superior de PAC: “El objetivo es seguir creciendo y aprendiendo. Todo es muy nuevo para nosotros. Se progresó mucho y seguramente iremos progresando aún más. Arrancamos con un plantel muy joven y subieron chicos de juveniles, pero el coronavirus nos cambió todo”.
Los cambios, con respecto al 2018, fueron algunas de las diferencias que notó Erramuspe: “Físicamente estamos mejor que el año pasado, con un buen trabajo del profe Maximiliano Randazzo. El objetivo es seguir subiendo escalones. Comenzamos con cerca de 40 jugadores, pero la suspensión nos agarró mal parados, ya que iban a sumarse más al plantel superior”.
El juego y algunas de las claves para despegar: “Pusimos el foco en las cosas básicas que se piden hoy. En la obtención estábamos fuertes en el scrum, que creo nos iba a dar muy buenos resultados este año. Teníamos muchas esperanzas porque al estar libre, íbamos a tener mucha posesión, infracciones a favor y, a partir de eso, avanzar en el campo y sumar. Era una plataforma de la que esperábamos muy buenos resultados”.
Los desafíos que se trazaban, en las últimas reflexiones del entrenador: “Queremos sumarle dinámica al juego, mover la pelota -algo que no se ve mucho en esta categoría- y sacarla a las puntas para lograr el desequilibrio en cantidad de jugadores. Otro objetivo está centrado en la utilización del pie y avanzar desde nuestro campo. Además, queremos hacernos más fuertes en el tackle y mejorar un montón de detalles”.
Un trotamundos del rugby
La historia de Juan “Chachi” Rapetti, el head coach de PAC, es digna de contar. Es la de un verdadero trotamundos del rugby. Oriundo de General Rodríguez, empezó jugando a los siete años en Mariano Moreno por su primo, Alejandro Maffi, un histórico segunda línea del club del Oeste que lamentablemente falleció hace poco tiempo. Allí jugó junto a Rodolfo Etchegoyen, que también era de Rodríguez, y después fue pieza vital del Banco Nación que brilló al compás de Hugo Porta. En Moreno estuvo hasta los 15 años hasta que siguió a su amigo a Banco, donde debutó en Primera a los 19 años.
“Me tocó el primer partido contra el SIC -contó Juan-, imagínate enfrente tenía a la “Chancha” Corral, que debe ser el mejor pilar izquierdo que tuvimos. Ese SIC era un equipazo, jugaban Angelillo, Petti, Manrique, Tufarolo, De Vedia, Conti y Cuesta Silva. En Banco estuve entre 1994 y 1999”.
Estudió en la UADE con el “Mono” Meneses y estuvo a punto de irse a La Plata por pedido de Esteban, con el que tiene una estrecha relación. Pero como Chachi era clase ’74, le tocó integrar los seleccionados de Buenos Aires de M19 y M21 con notables jugadores de la talla de Agustín Pichot, Abel Picchio, Matías Lamas, Matías Peri Brusa, Eduardo Simone, Nacho Fernández Lobbe, el Chato González Bonorino y el Tucu Coletti, entre otros.
“De ahí me fui a Alumni, donde debuté en el ’99 -continuó con el relato-. Ese año fue malo y en el 2000, con el Negro Gramajo y Carlos Neyra como entrenadores, jugamos una reclasificación, contra GEBA, Muni”.
El primer título y la alegría de pertenecer: “En 2001 salimos campeones y fui el pilar que más jugó en la Primera, pero el último mes me pararon por distintas lesiones y no jugué -y es lo que le queda a todo el mundo- el cotejo final. En el puesto estaba el “Chole” Ávalos y teníamos una sana competencia. En la última fecha (la 13°, triunfo ante Pucará por 22 a 14) salimos campeones, jugué en la Inter y fui suplente en la Primera”.
El viaje a Europa y la experiencia de enfrentar a los mejores: “En 2002 me fui a Italia al rugby profesional en el Marchiol Silea. Me llevó la empresa de Diego Domínguez, viajé un miércoles y el sábado debuté contra el Narbonne de Francia, donde enfrenté a Scelzo, Ledesma y Martínez, un pilar izquierdo francés muy bueno, y también al “Chalo” Longo. Después seguí mi carrera en L’Aquila Rugby, donde jugué todas las copas europeas. Después del Mundial de 2003 enfrenté al Newcastle de Wilkinson, a Brive, Castres, Edimburg, un montón de equipos de renombre. La particularidad que tuve en L’Aquila fue que me dirigió Jacques Fouroux (que lamentablemente falleció entrenándonos). Tuve una gran relación con él, admiraba el scrum de Los Pumas de los ‘80 y me llevaba siempre a los torneos de golf que compartía con Laurent Rodriguez, Daniel Dubroca y Eric Champ, unos monstruos para mí”.
El paso por Francia y la experiencia con los Barbarians: “De ahí me fui a Beziers, donde jugué con el “Ninja” Todeschini, otro gran amigo. Después del Mundial enfrentamos a los Barbarians. Imaginate como estaba la cancha, Inglaterra venia de ser campeón mundial. Ellos tenían la línea de los British and Irish Lions, con Mike Catt y Mike Tindall. La anécdota que siempre les conté a mis amigos, fue que en el tercer tiempo me senté enfrente de él porque en la cancha no lo pude ver (risas… no lo podía agarrar, obviamente)”.
La vuelta a la Argentina fue en Alumni, donde le llegó el pase poco tiempo antes de la final contra Hindú en Newman (20-5 para el Elefante en 2006). En 2007 se rompió la rodilla y en 2008 entrenó al Plantel Superior junto a Matías Peri Brusa y “Toto” Camardón.
Entre 2009, 2010 y 2011 fue entrenador del seleccionado de Brasil con Rodrigo Camardón, luego del paso del francés Robert Paparemborde. Jugaron tres sudamericanos y les fue bastante bien. Los brasileños tenían un acuerdo con los Crusaders, que después desembarcaron allí, hasta que llegó el turno del cordobés Rodolfo Ambrosio que estuvo entre 2014 y el año pasado.
“En 2012 volví a jugar en la Intermedia de Alumni, con casi 39 años. Salimos campeones y el recuerdo que tengo es que compartí la cancha con Pablo Matera”.
Ya retirado, en 2013 y 2014 otra vez estuvo a cargo de la Inter, en dupla con Ramiro Camardón, hasta que en 2015 empezó con los infantiles y juveniles, ya que tiene dos hijos jugando en la institución de Tortuguitas: “El más grande de 15 años nació en L’Aquila y el otro tiene de 12” mencionó el ex pilar”.
Juan “Chachi” Rapetti fue un verdadero trotamundos del rugby. Hoy dirigiendo a PAC de General Rodríguez, su lugar de origen. Con el scrum entre ceja y ceja, que nadie se sorprenda si PAC se destaca en la categoría. Será porque en su staff cuenta con un ex primera línea que se codeó con los mejores jugadores del mundo.
Fotógrafo: Gentileza Juan Rapetti.
Fuente: Hernando De Cillia - Rugby Champagne.