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MATÍAS SANCHEZ CARRARA, UNA HISTORIA DE VIDA Y SUPERACIÓN

MATÍAS SANCHEZ CARRARA, UNA HISTORIA DE VIDA Y SUPERACIÓN

Con tan solo 16 años una lesión le imposibilitó seguir jugando al deporte que ama. Fue en un partido de juveniles llevado a cabo en Luján RC, con su equipo, Centro Naval, y de una forma no tradicional. Lejos de apartarse del rugby y porque sabe que el juego sigue decidió desde su silla de ruedas marcarle el camino de superación a muchos jóvenes y compañeros demostrándole que se puede. Hoy a siete años de aquel accidente es un ejemplo a seguir por su fuerza de voluntad y constante empuje y así lo señalan sus amigos y entrenadores.

MALDITO TACKLE FRANCÉS 


“Estaba en la Menores de 18 de Centro Naval, era mi primer torneo en esa categoría y se jugaba la primera. Yo tenía 16 años y visitábamos a Luján Rugby Club, en un día de mucha lluvia (30 de marzo) y con la cancha estaba muy embarrada, señala Matías en el inicio de la nota. 

Y prosigue “intercepto una pelota, me corto, voy hasta debajo de los palos y cuando estoy por llegar me tacklean de atrás, en el ingoal había como un pozo y mucho barro, caí mal y sentí como un latigazo en el cuello. Fue try, remarca, y cuando vino un compañero para festejar le dije que llame a un médico porque sentía que me había fracturado, o que me había pasado algo en la espalda”, rememora.  

“Enseguida vino una médica y cuando llegó lo primero que le pregunté era si iba a poder jugar nuevamente al rugby, sin tener idea de lo que me había pasado, pero me salió instintivamente. A los pocos segundos de estar ahí ya no sentía las piernas, y los brazos los levantaba, pero se me caían, no tenía fuerza para mantenerlos en el aire, algo que con el tiempo dejé de poder moverlos por completo”, indica hoy uno de los treinta jugadores lesionados de la FUAR. 

“Fue muy rara la jugada de mi lesión, debo ser al único que le pasó haciendo esto un try. El que me tackleó de atrás sabía que yo llegaba al ingoal, fue más por compromiso que se tiró, pero influyó mucho la condición de la cancha. Yo no lo puedo explicar, que lo viví. Y los que lo vieron de afuera tampoco entienden como pude tener un latigazo tan fuerte en el cuello por cómo fue la situación” indica aún sin poder comprender lo que sucedió. 


EL RECHAZO Y LA DESESPERACIÓN DEL MOMENTO 


“Me trasladaron en una ambulancia a un hospital en Luján, pero me rechazaron porque tenía obra social, me dijeron que no me iban a atender. De ahí fui entonces a un hospital privado. Cuando llegó la enfermera me cortó la camiseta y era como que me hubiera cortado las dos piernas. Después me trasladaron al Hospital Austral, donde estuve en terapia intensiva dos meses y luego nueve meses más en un centro de rehabilitación respiratoria. Por último, un año en el Fleming para la rehabilitación motriz. En resumen estuve dos años dando vuelta por todos lados y lejos de mi casa”, sintetiza Matías. 


ENTENDER EL CAMBIO DE VIDA Y DECIDIRSE A ENFRENTARLO 


 “Un amigo una vez me dijo que las cosas iban a ser diferentes, ni mejores ni peores. Fue a los pocos meses de estar internado y cuando me di cuenta que realmente iba a ser así. Ese día lloré mucho, aunque a medida que pasaban iba asumiendo mi realidad. A partir de ahí pensé, o me quedo lamentando el resto de mi vida o empiezo a vivir como siempre. Preferí la segunda opción ya que la iba a pasar mucho mejor”. 


EL CLUB, SU LUGAR EN EL MUNDO, PARA SEGUIR ADELANTE 


“Trato de estar en el club todo lo que puedo. La primera campaña que pude volver después de estar internado, luego de dos años de estar alejado, fui a ver todos los partidos de Centro Naval. (foto) 

“Me gusta mucho ver a los juveniles, los entrenadores son los que estuvieron conmigo y les tengo mucho afecto. También voy a ver a la Primera y al rugby femenino que son de las mejores del país. El club es mi  mi lugar en el mundo. Siempre digo que cuando me muera quiero que tiren mis cenizas ahí”.


SUS ESTUDIOS Y UN TRABAJÓ QUE LLEGÓ DE LA MANO DE SU ÍDOLO: PICHOT


“Me recibí el año pasado de periodista deportivo y ahora estoy estudiando una licenciatura en gestión deportiva, además trabajo para PEGSA, la productora de Agustín Pichot, que fue quien me llevó para ahí”. 

“Mis ídolos fueron Juani Hernández y Agustín Pichot. Las divisiones juveniles jugábamos los domingos, y yo todos los sábados a la noche veía un video de Pichot, ponía mi remera debajo de la almohada y dormía con la pelota en la cama. Con él tengo una relación increíble, cuando lo conocí como persona me di cuenta que era mucho mejor que como jugador. Es alguien que contagia constantemente, y todos los que están alrededor de él seguro van a ser un poco mejores”. 


LA FUAR, LA AYUDA DE LA GENTE Y SU INVALORABLE APORTE AL RUGBY ARGENTINO   


“La Fundación es del rugby argentino. Yo no quiero que la ayuda sea sólo para nosotros, es para cualquiera que se lesione. El apoyo más importante se da cuando apenas te lesionas, porque en ese momento ellos están constantemente encima tuyo, te brindan un apoyo fundamental para poder salir adelante. En la actualidad más allá del tema económico, tener una Fundación que nos respalde y nos facilite los estudios, una consulta con un médico o lo que sea, es muy importante para nosotros. También entre nosotros mismos poder compartir nuestro día a día con la gente, ayudarnos entre todos y aportar cada uno su experiencia, es fundamental”. 


LAS VOCES DE SUS AMIGOS, COMPAÑEROS Y ENTRENADORES  


“SOS UN EJEMPLO PARA TODOS” 

“Mati, aprovecho la oportunidad para recordarte que sos un ejemplo para todos; de superación y de fortaleza mental que ninguno de nosotros tiene. Hay una realidad que le cuento a todo el mundo que me pregunta por vos y es que estás mejor que todos nosotros, sos el primero al que vamos a contarle las cosas, a pedirle un consejo o una ayuda, más allá que desde los 16 años te tocó vivir una de las cosas más difíciles que le puede tocar a una persona, vos siempre fuiste para adelante y es algo muy valorable.  

Me alegra mucho ser tu amigo porque sos increíble y los que te conocemos sabemos la persona que sos y que dejás todo por la gente que te rodea”. Gastón Federico Gil, compañero de división en Centro Naval.


“LA PERSEVERANCIA Y LA ACTITUD TE HACE LO GRANDE QUE SOS” 


“Una vez me dijiste que hay gente que es grande por lo que hace, y es algo que nos representa a vos y a mí. A pesar de los obstáculos, nuestra actitud y perseverancia rompe con todo eso. Espero que si alguna vez te falta ese empujoncito me lo hagas saber para ayudarte en lo que necesites, quiero que sepas que te quiero mucho, te amo y me servís de inspiración para un montón de cosas”.  Nahuel Rochelle, otro de sus compañeros de Centro.


“MATÍAS ES UN LUCHADOR, ME ENSEÑA Y ME MOTIVA. ES MI HIJO DEL CORAZÓN”  


Entrené  a Mati desde la M14 (2010) hasta los comienzos de la M18 (2013). Siempre fue un chico que si bien nunca fue capitán del equipo era lider por naturaleza, fue el gran motor de esa camada (97).  

Recuerdo que a fines de la M14 éramos 25 jugadores aproximadamente, ya habíamos tenido esa conversación en muchas oportunidades y él me insistía que el próximo año, en M15 teníamos que jugar en Grupo II en juveniles (el más competitivo) y yo le decía:" Mati, ya lo hablamos muchas veces este tema, es imposible que podamos ingresar en ese grupo porque no llegamos ni cerca con el número de jugadores".  

A lo que él me respondía: "Negrito vos despreocúpate, cuando empiece la pretemporada del año próximo vas a tener a la gente, vos dedicate a entrenarnos que el número de jugadores lo vamos a conseguir". 

Y así fue nomás… “No me preguntes como hizo, pero ese año logró convencer y trajo al club a muchos chicos que venían del barrio de la Boca y Barracas y que jamás habían jugado al rugby. Me acuerdo como si fuese hoy y me sonrió” … Ese 2011 jugamos finalmente en Grupo II y el resto de los años siguientes mientras Mati estuvo activo jugando. Además, fue un distinto como jugador y por su personalidad, siempre estaba un paso adelante”. Inteligente, tenaz, muy entrenado, buena persona, superándose entrenamiento a entrenamiento. Era muy constante, siempre me sorprendió su velocidad y su facilidad para definir las jugadas.  

Los recuerdos brotan desde la memoria de Fabrizio uno de sus entrenadores: “Tengo muchísimos recuerdos para contarles, pero en mi memoria jamás me olvidaré de los partidos con San Albano, SIC, Liceo Naval, Curupa, Liceo Militar y San Martin, ya que los jugó en un gran nivel y son difíciles de olvidar; ¡¡y le paso la pelota a él para que las decore en otra nota jaja!!  

“Pasaron varios años de aquella tarde fría y lluviosa del 30 de marzo en Luján y nuestras vidas cambiaron, forjamos una muy linda relación que hoy perdura con el paso del tiempo y donde los roles han cambiado.  

Hoy él es mi inspirador, pasó a ser mi formador, me enseña y me motiva con todo lo que hace, es un luchador como lo fue en su época de jugador y jamás lo vas a ver bajar los brazos. Es un ejemplo de vida y un hijo del corazón que adopté gracias al rugby”, dijo emocionado Pires Rita.  

Y como cierre dejó un mensaje final: “Gracias Mati por dejarme formar parte de tu historia, siempre te voy a acompañar desde el lugar en que me toque, ahí estaré a tu lado bancando todo lo que te propongas,  

Te quiero mucho ??????  


Fabricio Pires Rita, Entrenador de Centro Naval.


MATÍAS ES UN EJEMPLO A SEGUIR Y UN GRAN HOMBRE  


Como jugador el rugby me dio recuerdos y amigos para toda la vida y como entrenador me dio la posibilidad de conocer a un gran hombre: Matías Sanchez. Así arrancó otro de sus entrenadores cuando se le preguntó por Mati. 

Tuve el placer y el honor de poder entrenarlo junto a un grupo de amigos entrenadores en las juveniles, siempre fue y será un cabeza dura, un peleador, un luchador y un ejemplo a seguir.  

Muchos son los recuerdos que vienen a mi cabeza en este momento, pero prefiero y decido disfrutar de Matías en el presente, como un luchador, un estudioso, un profesional y un amigo ejemplar. 

Matias, te quiero con todo mi corazón. 


Guillermo Figari, Entrenador de Centro Naval    




Fotógrafo: María Mercedes Brond

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