Le dicen Bota y es el conductor del equipo de Fundación Aborigen, el club de la comunidad toba que forma parte de la Unión de Rugby de Formosa.
Martirez comenzó a jugar al rugby a los 16 años y uno después arrancó su camino como entrenador. Según él, el deporte cambió un montón de cosas en los chicos del barrio Namqom, a los que el deporte los sacó de la calle.
El rugby para Bota, es un juego en el que “tenés que estar concentrado” y que enseña a conocer lo que es la disciplina, además de otros lugares y diferentes personas.
Según su visión, lo más importante, es lo que la Fundación hizo con los chicos de la comunidad. A través del rugby les cambió la vida: hoy muchos son maestros, albañiles o choferes, además de disfrutar por el grupo que se formó en el club.
“Les digo a los más chicos que sigan adelante, que no bajen los brazos. Gracias al rugby conocí otros países y otras personas. A los que no saben lo que es este deporte, les pido que se acerquen y participen” –destacó Bota-.
El rugby de Formosa tiene a la Fundación Aborigen, el lugar dónde la comunidad toba encontró un deporte para poder disfrutar y aprender a compartir. La inclusión que cobija cientos de esperanzas, y donde Bota encontró un lugar para enseñar y disfrutar de las pequeñas cosas.
Fotógrafo: Laurent Rossi
Fuente: Hernando De Cillia - Producción: Laurent Rossi