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Malvinas: el soldado desconocido y su reencuentro gracias al rugby

Malvinas: el soldado desconocido y su reencuentro gracias al rugby

Claudio Spinelli, no lo podía creer; pero mucho menos Irina Lanz; aquella niña que en Abril de 1982 le escribió una carta en plena guerra de Malvinas a ese hombre al que buscaba desde aquel momento y que al comunicarse vía WhatsApp, le expresó "así dice mi DNI, efectivamente ese soy yo". Hoy se cumplen dos años justamente de aquel suceso y bien vale en este momento contarlo.

Irina nació en Trenque Lauquen hace 48 años y buscaba en sus tiempos libres, desde hacía 37, a este ex-combatiente. Le había escrito por entonces una carta desde una iniciativa escolar que se llevó a cabo en todo el país denominada “Cartas al soldado desconocido”. Ella desde su escuela, la misma en donde su madre era docente; la número 2 General San Martín de Trenque Lauquen esperaba con ese escrito, como otros tantos niños que le enviaban cartas a los soldados por entonces, obtener una respuesta. Spinelli en un rato libre y en medio de la mismísima guerra se tomó el tiempo para responderle. Irina buscó a “su soldado desaparecido” denodadamente, revisó una y otra vez las listas de fallecidos en donde Spinelli no aparecía y siguió con la misma perseverancia de un rugbier luego de ser tackleado; levantándose y yendo de nuevo en su búsqueda, no claudicando en pos de su objetivo. Treinta y siete años después, a través del rugby y las redes sociales, el milagro se hizo realidad e Irina pudo dar con Claudio.


Una historia conmovedora que merece ser contada.   


La carta del soldado Spinelli

"Abril 26 de 1982. Puerto Argentino, Islas Malvinas. 

Querida Amiga Desconocida: Hoy a la mañana, durante la guardia, tuve la grata sorpresa de recibir tu carta. Como argentino me siento orgulloso de defender algo que durante mucho tiempo nos perteneció y que injustamente nos han usurpado. 

Mi nombre es Claudio Spinelli, tengo 18 años y vivo en Mar del Plata, pertenezco al grupo de artillería de defensa aérea 601. Aunque tú no lo creas, esta carta me ha hecho poner muy contento al saber que niños como tu han tomado conciencia de la situación por la que atraviesa nuestro país, y brindarnos tu apoyo. 

Me pone muy contento, también, saber que rezas todos los días pues el apoyo de Dios es fundamental y más en estos momentos en que las cosas se agravan a pasos agigantados.

Es en estos momentos cuando valoro a mi familia y si algún consejo te puedo dar es que valores a tu familia y obedezcas a tus padres, que ellos desearán lo mejor para vos.

Pese al gran frío y a veces al hambre que pasamos, estamos orgullosos y con la moral muy alta, dispuestos a defender la patria hasta las últimas consecuencias. Bueno, espero que tengas fe en Dios que todo va a salir bien. Espero recibir una nueva carta. Tu amigo soldado clase 63, Spinelli Claudio, batería comando brigada 601".


El rubgy, Sporting de Mdq, sus familias y el esperado encuentro

Irina Lanz, hoy reside en Tigre, está casada con Gastón Delger, quien jugó también al rugby en el Club San Carlos hace más de treinta años. Es madre de tres hijos –Justina de 21 años, Federica de 19 y el menor Ignacio de 12, que también juega al rugby actualmente en la Menores de 13 del Club Pueyrredón, y se comunicó vía instagram con la cuenta del IPR Sporting Club para solicitar el número de teléfono del actual entrenador de la categoría juvenil de Menores de 17 del club marplatense, quien formó parte del Ejercito Argentino en la guerra de Malvinas. "Ella me dijo: yo te escribí una carta cuando estaba en quinto grado y vos me la contestaste desde las Islas Malvinas´. Y me la mostró", relató el Dr. Spinelli. "El momento en el que la vi fue realmente muy fuerte. Y tengo que ser sincero, no me acordaba de haberla escrito. En Malvinas, en plena guerra, contestar una carta era una cosa bastante difícil, porque permanentemente estábamos con actividades bélicas. Ataques de aviones, de barcos, alertas coloradas", describió quien fue el soldado argentino más joven que participó del conflicto (nació el 16 de diciembre de 1963). "Otra cosa fuerte es que no hay ni una carta de Malvinas que no tenga tierra o barro. Éramos soldados, estábamos sucios, fueron 72 días sin bañarnos", agregó. 


Por su parte Irina, muy emocionada expresó: "siempre pensaba que lo iba a encontrar. Cada 2 de abril me acordaba de la carta, la sacaba y la leía. Es un recuerdo espectacular. El año pasado decidí subirla a las redes sociales para ver si tenía suerte y podía dar con él. Al rato, una vecina me mandó un link sobre una nota del club  Sporting de MDP en la que decía que habían tirado tierra de las Islas Malvinas en la cancha del club y lo nombraban a él"


Tanto Claudio como Irina tienen hijos que juegan al rugby, "durante todos estos años me contacté con un montón de Claudios Spinellis, pero les mandaba mensajes y no eran. Hace mucho tiempo llamé a varios Spinellis en Mar del Plata y no eran o no me contestaban bien. Pensaba también, que por ahí había algo más que no querían recordar", confesó Irina.


Claudio, es padre de cinco jóvenes; Clarita, Nicolás (juega en la primera de Belgrano Athetic Club), Federico y Martín (juegan en Sporting de MDP) y Victoria. Además tiene como yerno a Juan Martín Retamosa otro jugador de rugby, de Belgrano Athletic. 

El Dr. Spinelli se desempeñó en las Islas Malvinas como operador de radios del puesto comando. "Manejaba cinco a la vez, con las que les informaba a nuestro grupo qué era lo que estaba pasando. Y cuando teníamos dos minutos, que no utilizábamos para descansar, contestábamos cartas. Ahora estoy volviendo a recordar esas cosas, era para que esas criaturas que te daban el estímulo recibieran algo nuestro, para que se sintieran respondidos", contó el abogado.


El entrenador de los jóvenes de Sporting en la Ciudad Feliz, aún emocionado por la situación, confesó “pensaba que estas cosas solo pasaban en las novelas de televisión, y el año pasado me tocó a mí. Soy muy descreído de que pueda ocurrir algo así. Mis hijos tampoco podían creer esta historia. Cuando pasan algo así por la televisión te preguntás para adentro si será verdad, y que a uno eso nunca le va a pasar. Bueno a mí me pasó". Irina, en tanto, reconoció que "es una historia muy linda y estoy contenta por saber de él, que formó una gran familia y es feliz. Estuve sin saber qué había pasado durante mucho tiempo y gracias a las redes sociales y el rugby lo he localizado”


Las cartas a los soldados

Una de esas “Cartas al Soldado Argentino Desconocido”, que surgieron de la iniciativa escolar por entonces de los colegios primarios y secundarios "para estimularnos", fue la causa por la cual Irina buscó a Claudio durante esos 37 años. "Era como una cuenta pendiente, tenía mucha intriga y dudas; pensaba que algo le podía haber pasado. Por suerte se dio. “Imaginate que esa carta se usó en los actos escolares de mi mamá. Mi hija mayor hizo la tesis sobre Malvinas y también la utilizó y pasó por muchos lugares. Por eso seguí buscando y buscando, y al final pude contarle a Claudio que su carta es famosísima (risas)", contó Irina.


Spinelli, luego, dejó algunas reflexiones y agradecimientos a su “Amiga Desconocida” así como al rugby y a su club Sporting: "nos pudimos encontrar por el rugby, por Sporting y por el tesón de Irina, que me buscó durante muchísimos años. El club me permitió capacitarme, aprender, volver a la religión, y allí tengo algunos referentes como Ariel de Paz, Alejandro Varela y también Ricky Grosse. Ellos colaboraron mucho para mí rehabilitación. Y justo Sporting, mi club de rugby tan querido; me genera algo inesperado e increíble. Rugby, religión, giras, viajes, amigos... y también esto!!. Si algo le faltaba a mi vida y a mi relación con Sporting, era justamente esa carta y el encuentro con Irina"


El primer capítulo de esta hermosa historia comenzó allá por 1982, el segundo sucedió gracias a la tecnología en 2019 y el tercero y los sucesivos se repetirán cada vez que se encuentren, ya sea en Buenos Aires o en Mar del Plata, - por ahora será luego de la cuarentena- . Pero más allá de todo, lo que es un hecho; es que tanto Irina como Claudio se fundirán en un abrazo siempre que se reencuentren, en ese abrazo único e inolvidable, en ese abrazo único e inolvidable, que tras 37 años el rugby hizo posible.




Fuente: Jorge Ciccodicola

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