Nueva Zelanda derrotó por 46 a 14 al conjunto irlandés y se metió entre los cuatro mejores equipos del Mundial de Japón. Los hombres de negro borraron del Tokyo Stadium a Irlanda y ya piensan en el cruce de semifinales frente a Inglaterra.
Un primer tiempo del equipo neozelandés para mirar y aprender. Intensidad, presión y precisión a la hora de ejecutar fueron las claves para que los dirigidos por Steven Hansen sacaran una diferencia de 22 puntos antes de irse al descanso. Y descanso fue el que tuvieron los All Blacks luego de la suspensión del partido con Italia por la última fecha de la fase de grupos, tema que se habló durante toda la semana y que se notó en esa primera parte.
Más allá de eso, la supremacía también estuvo en el juego. El primer try de los bicampeones del mundo llegó a los 13 minutos y luego de ocho fases donde los delanteros marcaron presencia. Allí, el medioscrum Aaron Smith encontró un hueco en la defensa y apoyó. Misma acción que repetiría a los 20 minutos para darle la segunda conquista a su equipo.
A pocos minutos de terminar el primer tiempo, ocurrió otra clara muestra del control y dominio de un equipo sobre el otro. Un error de manejo de los backs de Irlanda generó una pelota recuperada por el apertura Richie Mo´unga y un kick al fondo. Detrás del número diez apareció la velocidad del fullback y dos veces elegido mejor jugador del mundo, Beauden Barret, que continuó pateando la ovalada hasta apoyarla en el ingoal.
La segunda parte fue bastante similar a la primera. Los forwards de Nueva Zelanda se impusieron en el contacto y le dieron una buena inercia a su equipo. A los 7 minutos de esa segunda mitad y nuevamente por una jugada de varias fases de sus delanteros (nueve fases en este caso), el capitán Kieran Read cortó la defensa rival y habilitó al hooker Codie Taylor para que apoyara debajo de los postes.
A los 60 minutos, el equipo de Oceanía volvió a marcar luego de un kick cruzado de Mo´unga, que encontró en velocidad al wing Sevu Reece y quedó a centímetros del ingoal. Luego del ruck apareció el tercera línea Matt Todd para terminar la jugada. Irlanda mostró una leve reacción con el try de su centro Robbie Henshaw y con el try-penal otorgado por el árbitro Nigel Owens, pero Nueva Zelanda lo volvió a lastimar en dos oportunidades (con los tries del wing George Bridge y del ingresado Jordie Barret) y sentenció la historia.
Fue final y triunfo para los All Blacks por 46 a 14, que con esta victoria logran la segunda mayor diferencia en cuartos de final de una Copa del Mundo (la primera fue el triunfo de los propios neozelandeses frente a Francia por 62 a 15 en el Mundial de Inglaterra 2015). Por su parte, Irlanda continúa con su maleficio de no poder acceder a estar entre los cuatro mejores de un Mundial y como único consuelo le queda la marca que rompieron sus conductores Conor Murray y Jonathan Sexton, al alcanzar la cifra de 56 caps jugando como dupla desde minuto cero (superando a los históricos Peter Stringer y Ronan O´Gara).
Declaraciones
Steve Hansen (head coach de Nueva Zelanda):
"En este tipo de torneos, la defensa del equipo tiene una importancia masiva, tanto en el aspecto psicológico como en el físico. Mantuvimos la disciplina y fuimos fuertes en el contacto, y cuando realizas eso, el equipo empieza a levantar en confianza. Por otro lado, quiero felicitar a Rory Best y a Joe Schmidt por todo lo que le han aportado al rugby irlandés. Tengo entendido que ninguno de los dos seguirá en el seleccionado, pero está claro que dejaron una marca en el lugar donde estuvieron tanto tiempo".
Joe Schmidt (head coach de Irlanda):
"No tengo una excusa ni una razón para explicar el bajo nivel que tuvimos en el partido. No podés darte el lujo de darle puntos tan fáciles a los All Blacks ni que saquen una diferencia tan importante como en el primer tiempo. Sentí que íbamos a necesitar un buen inicio de partido. Como eso no ocurrió, empezamos a caer en confianza y nos volvimos vulnerables”.
La síntesis completa acá
Fotógrafo: Gentileza World Rugby.
Fuente: Brian Willcham - Rugby Champagne.