Los neozelandeses vencieron por 33 a 25 a Australia y extendieron a 21 victorias consecutivas su dominio ante los australianos.
Las imprecisiones tomaron lugar del inicio en el encuentro en un Eden Park repleto de gente. Los Wallabies comenzaron con cuatro lines a favor, pero les costó mantener la posesión por el mal manejo de la pelota. Por su parte, los All Blacks tuvieron un tenue arranque con cinco penales concedidos. El fuerte viento fue un protagonista del partido que conllevó a perfeccionar la recepción, los kicks y los penales. Richie Mo’unga se le enfrentó a la madre naturaleza y no encontró problemas con su efectividad ideal en la primera mitad. A pesar de ello, ambos equipos plantearon un ritmo de juego lento con penales constantes.
La primera conquista llegó desde una sorpresa de la visita. Junter Paisami le abrió el camino a Andrew Kellaway que voló al try. Este impulso anímico fue el que necesitó Australia para llevar adelante el partido, pero Nueva Zelanda frenó su alegría rápidamente. Sevu Reece se vistió de forward y apoyó para volver a estirar diferencias. De esta manera, los hombres de negro se fueron al descanso por 16-8.
En el complemento, Australia acorraló al conjunto dirigido por Ian Foster en su territorio. De a poco, Australia buscó con alternativas como el line o scrum para encontrar la ruta que los llevaría al ingoal neozelandés. Sin embargo, hubo un imprevisto en el trayecto: Richie Mo’unga. El apertura de Crusaders leyó un pase largo por la punta izquierda y con su velocidad característica no frenó en 80 metros hasta lanzarse al lado de los palos. Luego de esa jugada, los All Blacks pusieron contra las cuerdas al equipo local.
Aaron Smith sería uno de los personajes principales, que cumplió 100 partidos con la camiseta de Nueva Zelanda, con dos asistencias seguidas que derivaron en los gritos de David Havili y Damian McKenzie.
En los últimos minutos, Tom Banks despertó y llegó en dos ocasiones al ingoal para generar dos conquistas que se sumaron junto a la de Jordan Uelese a los 81. El partido se lo pudieron haber llevado, pero las patadas fallidas de Noah Lolesio dejaron a los All Blacks con la Bledisloe Cup.
Los All Blacks volvieron a sonreír en Auckland y sumaron otro triunfo más en el 2021, año en el que aún no perdieron. La semana próxima volverán a verse las caras en el mismo estadio. Por su parte, los Wallabies no le encuentran la vuelta al Eden Park.