RWC 2019

Lluvia, nieve y congelamientos, la resistencia del deporte a los climas más hostiles

Lluvia, nieve y congelamientos, la resistencia del deporte a los climas más hostiles

Con el tifón Hagibis causando la interrupción de la Copa del Mundo 2019, ponemos una mirada sobre algunos de los más recordados triunfos del deporte sobre la madre naturaleza.

La gravedad del tifón Hagibis no le dejó a los organizadores otra opción que cancelar dos partidos el sábado y sus consecuencias determinarán si hay más interrupciones en el calendario de la RWC 2019.

Mientras gran parte de Japón se prepara para el peor clima en muchos años, observamos otros momentos memorables en los que el deporte luchó contra estas inclemencias.

En el rugby, Escocia, que espera con ansiedad el destino de su partido por el Grupo A contra Japón el domingo, participó en uno de los encuentros con mal tiempo más famosos de todos los tiempos.

En 1975, su enfrentamiento con Nueva Zelanda, en el Eden Park de Auckland, fue conocido como "el waterpolo test" porque se jugó en un campo tan inundado que se temía que alguien pudiera haberse ahogado en el fondo de un ruck.

A pesar de que se otorgaron 13 penales, ninguno de los dos tuvo la valentía suficiente como para patear a los palos.

Incluso entonces, la magia de los All Blacks brilló y ganaron por 24 a 0, con Bryan Williams apoyando dos tries.

Cuando Escocia y Nueva Zelanda se enfrentaron nuevamente en Murrayfield tres años después, con los All Blacks buscando conseguir su primer Grand Slam, el problema no fue la lluvia, la nieve o el viento, sino la oscuridad. No hubo reflectores y, en un sombrío día de invierno, los jugadores apenas podían ver en su salida de la cancha después de la victoria por 18 a 9 de los All Blacks.

Quizás el partido de 1961 entre los All Blacks y Francia sea el más comparable a la situación que enfrentan los equipos este fin de semana en Japón.

Wellington estuvo a la altura del nombre de su franquicia del Super Rugby, los Hurricanes, cuando vientos de 130 km/h azotaron el Athletic Park. Cuando Don Clarke pateó un penal a 10 yardas del touch, apuntó la pelota a la bandera de la esquina, pero el viento la desvió hasta salir tras los palos, en lo que finalmente fue una victoria por 5 a 3 para los All Blacks.

El encuentro de la Copa del Mundo afectado por el clima que eclipsa a todos los demás, es la semifinal de 1995 entre Sudáfrica y Francia, en Durban, cuando la lluvia torrencial dejó el campo de juego como un lago solo horas antes del partido -foto arriba-. Los Springboks estaban al límite: si el juego se cancelaba, Francia llegaría a la final porque tenían un mejor récord disciplinario en el torneo.

Sin embargo, el cielo se despejó para los anfitriones y ganaron un desordenado partido por 19 a 15, el tipo de resultado que Japón espera para el domingo.

Tal vez el rugby pueda tomar algo del corazón de los Estados Unidos, donde el deporte ha superado el clima extremo. Uno de los partidos de la NFL más famosos, fue el disputado entre los Green Bay Packers y los Dallas Cowboys en 1967, un encuentro que se conoce como el "Ice Bowl". Se jugó a 26 grados bajo cero, con una sensación térmica promedio de -44 °C. Para complicar las cosas, el sistema de calefacción por debajo del césped falló, dejando la superficie dura como una roca.

Hacía tanto frío que el árbitro tuvo que gritar las jugadas y los penales porque al intentar soplar el silbato, este se congeló. Unas pocas horas después de la victoria por 21 a 17 de los Packers, su jugador estrella, Ray Nitschke, comenzó a sufrir los efectos del congelamiento. Se le cayeron las uñas de los pies y no pudo mantener los zapatos puestos. "Tuve gripe durante una semana después del partido y perdí 10 kilos de peso. Pero valió la pena ganar como lo hicimos ese día", aseguró más tarde.

Hay una larga lista de partidos de fútbol que se adelantaron cuando deberían haberse pospuesto. Quizás lo más notable fue en Japón: el partido de la Copa Intercontinental entre Oporto (Portugal) y Peñarol (Uruguay) en 1987.

Hubo 45.000 personas en el Estadio Nacional de Tokio, demolido en 2015, pero no podían decir honestamente que vieron el partido porque a veces la nieve era tan fuerte que apenas podían ver la superficie de la cancha. Porto ganó 2 a 1 en una superficie de juego blanca que empeoró durante el juego.

Con suerte, el tifón no interrumpirá los partidos restantes este fin de semana y la RWC 2019 evitará sumarse a la lista de partidos deportivos recordados más por el clima que por las acciones dentro de la cancha.




Fuente: Gentileza World Rugby.