FUAR

“La FUAR es para todos los jugadores de rugby” 

“La FUAR es para todos los jugadores de rugby” 

La vida de Fernando Pantín Colombo dio un giro hace 34 años. Una lesión cervical lo privó de lo que más quería, jugar al rugby. Sin embargo, esa dificultad no melló su fortaleza. Apoyado en su familia y en los seres queridos les ganó a los preconceptos y fue uno de los que impulsó, primero desde Rugby Amistad y luego desde la FUAR, que los lesionados sean parte del deporte que tanto disfrutaron desde adentro de la cancha. Esta es parte de su gran historia.   

“Mi accidente fue en el ‘86, cuando jugaba para La Plata Rugby Club, en un partido contra San Carlos. Fue producto de un ruck, con otras reglas y otro rugby. Siempre sostengo que mi lesión hoy no pasaría, porque uno no puede zambullirse o tirarse de cabeza como sí pasaba en ese momento". 

No existía nada parecido a Rugby Amistad o la FUAR en cuanto a ayudar a una persona con una lesión cervical que provocara una cuadriplejia o un daño permanente. A partir de ese momento, Nacho Rizzi nos propuso junto a Pancho Maggio, armar un símil a la fundación que lo asistió a él en Francia". 

"Siempre el objetivo fue promocionar el rugby como deporte, todos seguimos siendo fanáticos y nadie le echó la culpa al juego. Además, ayudar y brindar la experiencia que uno tiene, generar consciencia en cuanto a las medidas de seguridad, posibles reglamentaciones y mejorar lo que es un seguro para el jugador, que pueda tener una lesión de este tipo y la asistencia psicológica, es un nacer de nuevo para nosotros y nuestra familia". 

"No es lo mismo estar solos, enfrentándonos a una vida nueva y sin tener a alguien que te diga que hacer” –comenzó diciendo en la charla Fernando, que cuando tuvo el accidente jugaba en la categoría menores de 17 de los canarios-. 

Pantín Colombo también nos contó de las dificultades que tuvieron que transitar en una época en dónde no había contención de ninguna parte: “Me tocó lidiar con insertar a un lesionado para que siga perteneciendo a la familia del rugby. En ese entonces no existía ni la UAR, y las lesiones generaron un poco de susto, pero es una realidad y es imposible dejar afuera este tipo de cuestiones que son parte del deporte. Lo bueno fue que nos dedicamos, después de un encontronazo con dirigentes de aquel entonces, a estar en contacto con los jugadores y que entendieron que esto era algo para ellos. También contamos con el apoyo de algunos dirigentes como Hugo Porta, Poggi, Méndez y un montón de gente que comprendieron el mensaje de que esto debía crecer. Y además tuvimos la suerte de haber compartido época con jugadores como Marcelo Loffreda, "Lalo" Galán que luego fue Presidente de la URBA o el “Gato” Handley, entre otros, que vieron la evolución de lo que nosotros pretendíamos y terminaron siendo todos dirigentes en distintas Uniones. Eso nos hizo crecer y llegar a lo que luego, gracias a dirigentes con mentalidad abierta y progresista, con Agustín Pichot a la cabeza, pudimos instalar dentro de la UAR y no que fuera algo paralelo” 


-¿Cómo era el contexto cuando te lesionaste? 

-La Plata ya era un club importante, pero en ese momento no era obligatorio que hubiera una camilla o una ambulancia en un club. Cuando me accidenté, lo rígido para trasladarme fue una puerta del club, en una situación totalmente precaria. Eso nos motivó a laburar mucho tiempo, Nacho Rizzi fue el gestor en cuanto a la idea y después fue un trabajo de muchos años y de mucha gente, que lograron que hoy estemos donde queremos y con los cuidados que se merece un jugador de rugby”. 

Cuando suceden estas cosas lo primero que uno se hace es todo tipo de cuestionamientos. Así fue como lo vivió Pantín Colombo: “Todos lo primero que nos preguntamos es, ¿por qué a mí?" 

"Con el tiempo la respuesta es porque yo podía salir y buscar una solución. El día después es muy difícil, sos chico y no tenés dimensión de lo que te espera por delante, y a lo mejor esa ingenuidad te lleva a poder salir y transitar lo que uno vivió. La familia lo padece igual o más, ellos te dan ese empujón que necesitas para arrancar, y yo acostumbrado a tomar líquidos con una pajita al estar inmovilizado, incluso estando sentado. La primera vez que llegué a casa mi vieja me dijo que yo iba a tomar con el vaso, y le dije que si lo agarraba se me caía e iba a ensuciar. Me dio un vaso de plástico para que tome de ahí y son las anécdotas que uno valora con el tiempo". 

"Yo soy abogado y estudié toda la carrera libre, ella se sentaba al lado mío porque no me gustaba estudiar sólo y estuvo los cinco años al lado mío. Mis hermanos también me ayudaron mucho para llevarme de un lugar al otro, es una situación difícil hasta que uno se puede acomodar física y mentalmente, para luego educativamente ganarte la vida sólo. Todas las cosas te cuestan el doble.” 

Al hablar de quines lo ayudaron y fueron clave en la contención y en el día a día, sin dudas los primeros a los que destacó fueron sus seres más cercanos: “mi familia, en aquel entonces eran mis viejos y mis hermanos, Diego, Pablo, Andrés y Mariana. Fue un cimbronazo para todos ellos”.  

Con respecto a la elección de su futuro los cambios también tuvieron una razón: “a mí siempre me gustó la biología marina, es mi pasión, pero las circunstancias no estaban dadas, porque tenía que irme tres años a Mar del Plata. Tuve que elegir algo que pudiera cursar libre y hacerlo desde mi casa. Después le tomé el gusto a estudiar Derecho, y tiene tantas ramas que terminas encontrando la que te gusta. Tuve la suerte de especializarme de entrada, vino a buscarme Carlos Bonicatto, alguien a quien admiro y le tengo mucho respeto. En un casamiento de un amigo en común, se acercó y me dijo que le hablaron de mí, de cómo estudié y que necesitaba un asesor, que quería que fuera yo. Me incluyó, y a partir de ahí me dediqué a estudiar derecho parlamentario. Fui asesor en la Cámara de Diputados, fui el primer secretario jurídico de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, que la fundamos y pasé un montón de situaciones que se dieron y que siempre digo que no fueron un logro personal, sino algo que se consiguió por un montón de factores”. 


El grupo que armaron en la FUAR y cómo es la relación entre los 31 lesionados


“A través de las redes sociales se generó un grupo entre todos los que somos parte de la FUAR que realmente es espectacular, muy divertido. Estamos todo el día conectados, a mí me levanta el ánimo y me genera un humor especial. Cuando hay partidos de rugby los discutimos, pero lo más importante es poder apoyarnos en un montón de situaciones con gente que es nueva. Yo tengo muchos años, y le allanás el camino en un montón de cosas, algo que es fundamental para la FUAR". 

"Más allá de lo económico, que es imprescindible, el hecho de estar comunicados nos ayuda a pasar distintas situaciones. Es un logro muy importante, y se corona en la cena de la FUAR, en donde nos juntamos todos y la pasamos bárbaro, nos divertimos mucho con el contacto cara a cara”. 


El recuerdo de Jero Bello. 


Así lo sintió Fernando: “No es lo mismo accidentarte, crecer y salir de esta situación, que lo que le tocó vivir a Jero Bello. Hay que salir adelante y mirar el día después, encararlo de la mejor manera, y la ayuda familiar, más la experiencia de los demás es fundamental. Me parece muy egoísta no compartir las experiencias y hacerle la vida un poco más fácil al que lo necesita”. 

El año pasado, en la Cena de Gala Anual, Pantín Colombo recibió el reconocimiento de la FUAR #ELJUEGOSIGUE que fue muy importante para él: “El premio para mí fue un honor y una situación muy emocionante. A lo largo de mi vida me han hecho reconocimientos, pero que venga de tus pares, que te vean como un ejemplo a seguir, me parece mucho más importante y es como coronar algo que hicimos durante mucho tiempo”. 


Las reflexiones finales del abogado platense no tuvieron más que palabras de amor por el juego.


"Siempre digo que tuve la suerte de accidentarme jugando al rugby. Durante la rehabilitación me fueron a visitar compañeros, entrenadores y dirigentes en forma permanente. Apenas pude volver a mi casa, los mismos chicos que yo entrenaba, vinieron a pedirme por favor que volviera al club y la verdad que fue una emoción enorme. Generó un plus y siempre destaco a los chicos, verme cagado de frío en un miércoles a la noche, debajo de la lluvia, generaba una gran responsabilidad. Es el día de hoy que todavía me lo agradecen. Hoy que tengo un poco más de tiempo estoy pensando en volver a entrenar una Menores de 16 con amigos” 


El mensaje final fue para todo el mundo del rugby.


 “La FUAR es para los jugadores de rugby, nosotros somos 31 personas que dependemos de esto, pero esto es para todos los jugadores del país, y con cualquier aporte se suma”. 


Fernando Pantín Colombo, un rugbier de La Plata, un canario que se convirtió en abogado con el paso de los años, pero que nunca perdió su pasión por el juego, que lo sigue disfrutando como cuando lo jugaba dentro de la cancha porque 


#EL JUEGO SIGUE