La pandemia, los intereses personales por sobre los del conjunto de los países que componen la Sanzaar y la golpeada economía de las Uniones del Hemisferio Sur, producto del Covid 19, dejó al descubierto serios problemas que no se le hubiesen pasado por la cabeza a ninguno de los dirigentes de la UAR un año atrás. Sobre todo, teniendo en cuenta el crecimiento del rugby nacional de los últimos años en la faz profesional y tras el gran torneo en el que Jaguares luego de cinco años de competencia llegó a disputar la final.
La suspensión del Súper Rugby en la séptima fecha de este nefasto 2020 para el rugby argentino, la decisión en forma individual y cuidando sus intereses, primero de Nueva Zelanda, luego de Australia y ahora del seleccionado sudafricano, al bajarse del Rugby Championship cuando todo parecía estar cerrado; no hacen más que acrecentar los rumores de un futuro quiebre de las Uniones del Hemisferio Sur, en donde lamentablemente Argentina sería el país más perjudicado.
Sin un calendario determinado aún para Jaguares en el 2021, con la presión de la pandemia en su punto máximo, sin control, con la suba de casos positivos y fallecimientos en las diferentes provincias de nuestro país y con los graves problemas económicos que esto trae aparejado; el panorama que se avizora para lo que vendrá en el rugby argentino es al menos preocupante.
El Sudamericano 4N que arranca mañana es al menos un alivio para Argentina XV, el segundo equipo de la la UAR, que tendrá al menos una competencia de menor rango - televisada llamativamente a través de la app de Sudamérica Rugby - para poder medirse con Chile; Brasil y Uruguay, los seleccionados de la región.
Pero hilando aún más fino, para el rugby argentino esta ausencia del actual campeón del mundo al abandonar el Championship y alegar no poder prepararse para jugar el torneo más importante de este 2020; no hace otra cosa que hacernos pensar en los problemas que se le sumarán el año próximo a la UAR. Por un lado, por las grandes pérdidas económicas que por los derechos de transmisión acaban de resignar al tener que reducir la televisación del torneo de 12 a 6 partidos, y por el otro por la falta de rodaje en las competencias y como llegarán Los Pumas con respecto a los otros seleccionados del mundo.
Jurie Roux, presidente de la Unión Sudafricana de Rugby, expresó que el impacto del Covid-19 había significado para ellos no poder llegar a jugar este torneo como querían, con un mínimo de 500 horas de rugby antes de pisar suelo australiano, que era lo que necesitaban. Pero lo que no dijo Roux, es que la Unión Sudafricana tendrá en sus arcas un ingreso de fondos más que importante el año próximo cuando reciba la presencia de los Lions Británicos e Irlandeses, que le servirá para hacer crecer sus reservas sin necesidad de esperar de nadie más.
Además, con el hecho consumado de no participar del Súper Rugby 2021, Sudáfrica se aseguró que sus cuatro franquicias disputen el Pro14 europeo y además no se descarta que puedan poner un pie en el 8N (ex Seis Naciones) junto a Japón y empujados por algunos dirigentes de Europa.
Esta decisión es la que más hace pensar en el futuro incierto de la Sanzaar para 2021 y sino puede traer aparejada la ruptura entre los cuatros países que componen el Hemisferios Sur, fundamentalmente teniendo en cuenta que todos menos la Argentina, pueden organizar sus propias competencias internas en un buen nivel.
Una vez más el beneficio propio supera al bien común y el sálvese quien pueda puede más que el trabajar en conjunto, en una época en donde la UAR deberá agudizar el ingenio para no perder más terreno en la competencia y mucho menos en sus alicaídas arcas.
Está claro que por las decisiones de sus pares de Sanzaar, la Unión Argentina deberá estar más que atenta y proceder en consecuencia si quieren acercarse al Top Ten del rugby mundial; algo que había logrado años atrás con el apoyo de esas mismas uniones que hoy solo parecen mirar para su propio beneficio, dejando en claro que de cara a Francia 2023 parecen soltarnos la mano…
Fuente: Jorge Ciccodicola