El tercera línea de Los Pumas anunció que el partido de mañana ante Estados Unidos en el Kumagaya Rugby Stadium, será el último con la camiseta de Argentina después de 14 años.
Con Juan Manuel Leguizamón se despide una generación. El retiro del último exponente de Los Pumas de Bronce, que alcanzaron el tercer puesto en Francia 2007, es una marca en la historia del rugby argentino que abrirá el telón para despedirse de esta Copa del Mundo 2019.
Sin mayores rodeos, tras el Captain’s Run, el jugador oriundo de Santiago Lawn Tennis, club del que también surgieron otros grandes terceras líneas del seleccionado como Tomás Lezana y Facundo Isa, dijo que “sí, mañana va a ser mi último partido en Los Pumas. Lo definí con mis compañeros y mi familia”, afirmó.
“Hice las cosas con pasión”
El tercera línea, que mañana llegará a los 15 partidos por Copas del Mundo desde 2007 hasta 2019, reconoció sobre su decisión: “Es difícil porque por suerte han sido muchos años y es complicado resumir en un par de cosas. Estos últimos días han sido duros, con demasiadas cosas en la cabeza, demasiadas sensaciones. De todas formas, trato de enfocarme en el presente, que es el partido de mañana contra Estados Unidos, y que nosotros como equipo podamos salir de esa cancha, riéndonos, abrazándonos y un poquito más contentos. Ese es el objetivo”.
Acerca del balance de su paso por la selección nacional, sostuvo: “Es un verdadero placer debutar en un Mundial, es muy importante para mí por las relaciones humanas que se han generado. Se termina un ciclo extremadamente exitoso para mi vida, más allá de los resultados. Cumplí un sueño que mañana se termina, solo soy un agradecido de la vida y es un placer haber tenido esta posibilidad. Soy un afortunado de las cosas que me han tocado vivir en estos 15 años al servicio de Los Pumas".
Juan Manuel jugó indistintamente de ala u octavo, con la misma fiereza y determinación, pero reveló: “Secretos no hay ninguno. Yo hice las cosas con pasión, con amor y un poquito de locura. Jugar con la camiseta de Los Pumas es toda la motivación que hace falta. Siempre, toda mi vida soñé con vivir momentos como me tocaron, el himno o los partidos, a mí se me dio desde Santiago del Estero recibir este llamado a ser Puma".
En referencia a su larga carrera con el seleccionado, el jugador reflexionó y contó acerca de su permanencia: "Tal vez tenga que ver con la disciplina, pero lo llevo más a lo emocional o lo pasional que tenemos y creo que eso me ha llevado a estar estos años acá al servicio del equipo. Con el tiempo vas entendiendo los roles que te tocan cumplir, tanto adentro como afuera de la cancha, poniendo al equipo como lo más importante, eso tal vez te ayuda a permanecer un poquito más”.
Un mundo nuevo comenzará para el potente forward que paseó su carácter por su club de origen (donde pudo jugar junto a su padre y su hermano, conformando la tercera línea del primer equipo de Santiago Lawn Tennis), San Isidro Club (Argentina), London Irish (RFU), Stade Francais (FFR), Lyon Olimpique (FFR) y Jaguares (Argentina). Pero todo aparece incierto de cara al futuro al decir que “no lo tengo definido, es mi último partido. Tal vez siga jugando un poco más o tal vez no”.
“Nos transformamos en hermanos”
Sentado a su lado, ahora en el rol de entrenador, su amigo y ex compañero, Juan Fernández Lobbe, fue mucho más emotivo que el propio Leguizamón a la hora de hablar del retiro del jugador con quien compartiera muchos caps integrando la tercera línea de Los Pumas.
“Como compañero, no puedo pensar en alguien mejor. Siempre puso al equipo por encima de todo. Todas sus decisiones fueron por este equipo, por esta camiseta y se merece cada una de las palabras lindas que se pueden decir sobre él y mucho más. Fue un placer haber compartido el puesto y nos transformamos en hermanos, que es una de las cosas más lindas que te da este deporte, más allá de ser profesional o amateur. Las relaciones humanas quedan para toda la vida y eso no tiene precio”, elogió.
“Ojalá todo jugador de rugby tenga la oportunidad de tener un compañero así al lado”, enfatizó.
Pero cuando le tocó dar órdenes, la mezcla de emociones dificultaron su tarea, reconoció Fernández Lobbe al decir que “como su entrenador, siempre dije que si había respeto y diciéndose las cosas de frente, era fácil pasar de jugador a entrenador, y él fue la persona que más me costó porque hay demasiadas emociones involucradas y no es fácil, sobre todo a los latinos nos cuesta controlar esas emociones. No es fácil decirle a una persona que se entrega al cien por cien en cada cosa que hace que tal vez no va a jugar. Fue el único caso, desde que soy entrenador, que me costó mucho”.
Tres años en selecciones nacionales juveniles (2002/03/04), Puma durante 14 años (2005-2019), cuatro Copas del Mundo (2007, 2011, 2015 y 2019) y 65 puntos en 86 tests serán solo fríos números en la estadística que estarán lejos de reflejar todo el temperamento de alguien que puso “un poquito de locura” cada vez que pisó una cancha de rugby con la camiseta argentina.
Fotógrafo: Gentileza Prensa UAR.
Fuente: Gentileza World Rugby.