Se lesionó en Francia y después de pasar por momentos muy difíciles retornó al país para volcar toda su experiencia en nuestro rugby. Sorteó dificultades y logró el apoyo esperado. Hoy es Gerente de la FUAR, el lugar dónde se ayuda y acompaña en el día a día a los 31 lesionados del rugby.
La vida de Ignacio Rizzi es una historia de superación. Con sólo 20 años y muchas ilusiones viajó a Francia para jugar al rugby, pero una lesión medular cortó abruptamente su carrera además de cambiar por completo su vida. Hoy es el Gerente General de la FUAR, la fundación que dentro de la Unión Argentina de Rugby ayuda a los 31 lesionados que hay en nuestro país. Esta es parte de la historia de un luchador que se abrió camino y le ganó a la adversidad
En 2015 se inició la FUAR como una consecuencia de lo que fue Rugby Amistad, la fundación que ayudaba a los lesionados graves del rugby. Nacho Rizzi, ex jugador del SIC, nos contó en primera persona como es su trabajo en el día a día, el impulso que les dio Agustín Pichot para la creación y la atención que recibe cada lesionado, y especialmente en el seguimiento que hacen de cada uno de ellos.
Nacho se formó en el SIC, el club de Boulogne que fue uno de los grandes dominadores de la década del ’80. A principio de 1990 tuvo la oportunidad de ir a jugar a Francia, aunque su experiencia no terminó como él la esperaba. “Roberto Antonin me consiguió un club para jugar cerca de la ciudad de Agen. Luego de un primer año de adaptación yo empezaba mi segunda temporada y ya estaba asentado para ser parte del plantel superior. Pero en un partido con mucha lluvia, se me cayó un jugador arriba de mi cabeza. Fue en ese momento cuando mi pera tocó el pecho y sentí como un latigazo. Se me había desplazado la quinta y sexta vértebra”, comentó en el relato el actual Gerente de la FUAR.
Pasó el tiempo y llegó el momento de volver. Fue recién en 1993 cuando retornó a la Argentina después de pasar momentos muy difíciles en Francia, dónde, sin embargo, lo atendieron y se hicieron cargo de su rehabilitación por espacio de dos años.
Una vez en nuestro país empezó a ponerse en contacto con los anteriores lesionados para ver la posibilidad de crear una fundación, a pesar de que en un principio no obtuvo tanto apoyo: “La UAR no veía la creación de la Fundación con buenos ojos. Por este motivo, es que organizamos de forma paralela Rugby Amistad”, comentó Rizzi que además explicó cuáles fueron los principales cambios que hubo en esa transición para llegar a ser lo que es hoy la FUAR. “Antes yo tenía mi trabajo y cuando me liberaba me podía ocupar del tema de los lesionados. Lamentablemente no le podía dedicar todas las horas que me hubiese gustado. La gran diferencia es que hoy estoy todo el día abocado a eso, así que mi contacto con los chicos es mucho más fluido. Obviamente que tenemos una situación económica mucho más amplia desde que somos FUAR en vez de Rugby Amistad, y eso nos permitió poder mejorarle la calidad de vida a los 31 lesionados”.
Nacho se casó a los 29 años y tuvo dos hijos, Felipe y Guadalupe, pero a los diez años se separó. Fue un aprendizaje, para él y para ellos. Pero nada lo detuvo en su camino. Hoy se encuentra nuevamente en pareja.
En la creación de la Fundación fue muy importante Agustín Pichot, como uno de los principales precursores de que la UAR se hiciera cargo de los lesionados: “Cuando se enteró que cada seis meses le otorgábamos un dinero a los jugadores no lo podía creer. Fernando Rizzi me llamó junto con Agustín y me propusieron crear una fundación dentro de la Unión, y que yo me ocupara de ella. Llegué a casa y lloraba como un nene, tener esa posibilidad después de estar remando durante 25 años era impensado”, recordó Rizzi.
Hoy en día la FUAR se ocupa de todos los jugadores que estén jugando un partido o entrenando para un club, oficialmente. Si tienen una lesión grave recibirán la atención y asistencia. El compromiso consta en ocuparse de lo que es el fondo solidario, administrado por la Fundación que se genera a través del fichaje. Es un monto fijo que todo jugador argentino paga en forma anual, por única vez. Este año ronda los $380 y sirve para ayudar a todo jugador que se lesiona “levemente” y que no tenga obra social. Este aporte cubre los gastos ocasionados, y para eso tienen que iniciar un trámite tanto en el club como en la Unión a dónde pertenecen.
El trabajo que realizan desde la FUAR cuando un jugador sufre una lesión de gravedad fue uno de los temas que explicó Rizzi en detalle: “Ni bien suele ocurrir una lesión grave dentro de un terreno de juego, se ponen en contacto con alguien de la FUAR, ya sea un entrenador, un familiar, un amigo, el presidente del club o de la Unión, y nosotros empezamos a entablar charlas con la Unión para ir guiándolos en lo que deben hacer. Hablamos también con el club y con gente de la familia o cercanos, para poder ir asesorándolos en todo lo que puedan necesitar. Si lamentablemente la persona sabe que va a quedar en sillas de ruedas o con una secuela que le va a generar una discapacidad, tratamos de que ellos sepan que estamos nosotros para darles la mano y no soltársela más. Sobre todo, transmitimos que atrás de esa lesión, que es grave y permanente, va a recibir una ayuda también de por vida por parte de la FUAR. Cuando hay una lesión donde se constata la discapacidad que sea total y permanente, se hace un pago único de un monto importante de dinero, que puede servirles para pagar la rehabilitación, las modificaciones en la vivienda o cubrir gastos que hayan llegado a tener. Y además hoy los 31 lesionados reciben un apoyo económico mensual”.
Ignacio Rizzi viajó a Francia con las valijas llenas de ilusiones por jugar al rugby. Le tocó volver más rápido de lo pensado y con otra realidad. Sin embargo, cambió el foco de su vida para liderar un proyecto que no sólo sirvió para ayudar, sino que además le dio sentido a las vidas de varios que pasaron por una situación parecida a la suya.
Hoy cualquier persona que quiera ayudar puede hacerse socio como donante con sólo ingresar a la página de la FUAR: www.fuar.org.ar. Allí con un click en el botón que dice “quiero donar” ya pueden colaborar. Es muy fácil, se llena un formulario poniendo cualquier tarjeta de crédito que tengan a mano y la donación puede hacerse en forma mensual o por única vez. Hay montos determinados, pero también está la posibilidad de ingresar el monto que uno desee.
La FUAR somos todos los que amamos el rugby. Ignacio Rizzi mostró el camino, sólo necesita que lo acompañemos.