Sebastián Yavícoli y Nicolás Volpini pertenecen a dos generaciones diferentes de Gimnasia. Desde distintos lugares comparten la misma pasión por la defensa de los colores blanco y celeste. Después del ascenso de 2019, nos contaron cómo se preparaban para la actual temporada.
Sebastián Yavícoli es el head coach de GEBA desde hace más de 10 años. Es la cabeza principal de un staff que lo conforman ex jugadores del club, salvo un entrenador principal que viene desde afuera. Para este año, los conductores serán el “Hacha” Di Nisio (está desde hace dos años), Cristian Lizarraga, Luis Basso y Tomy Dotta. Como preparadores físicos, Pablo Carrera y Ezequiel Naya; de mánagers, Fabián Zorzano y Alejandro De Luca; y los kinesiólogos, Charlie Budman, Franco Menzaghi y Sabrina Rolando.
- Sebastián ¿cuál fue para vos la mejor etapa de Gimnasia?
- Hace 46 años que estoy en el club, toda mi vida, y tuve la suerte de disfrutar todo lo que uno puede hacer y ser en su club. Jugué toda la etapa de Infantiles, Juveniles y en el Plantel Superior varios años. A mitad de 2007 tuve que dejar por lesiones. En cuanto a mi mejor etapa, tengo muy buenos recuerdos en infantiles y juveniles, y grandes cosas vividas con el Plantel Superior, pero en la última etapa como jugador fue cuando más disfruté del juego. Hoy, ya en otro rol, tengo la suerte de seguir disfrutándolo.
- ¿Cómo fue la pretemporada?
- Jugamos tres amistosos: Virreyes, Sanfer y Los Matreros. Fuimos de menor a mayor, se vieron buenas cosas en el juego y, lógicamente, otras para seguir entrenando.
- Tuvieron un 2019 con un logro que imaginamos tenían pensado. ¿Cómo lo viviste como alguien nacido en GEBA?
- El objetivo de Gimnasia para el 2019 era enfocarse mejor en todo sentido. Si eso pasaba, muy probablemente podíamos recuperar la categoría. Bajar dos años seguidos fue claramente un error del cual aprendimos. Así como se sufre cuando a tu club le va mal, fue muy lindo poder ir a CUQ con mi familia a ver el “partido del ascenso”.
- ¿Cómo te imaginas este 2020 en Primera B y con la intriga de no saber cómo proseguirá el rugby?
- Hoy es muy difícil imaginarse cómo vamos a seguir. Creo que todo el mundo está con muchas ganas de volver y que cuando esto termine, nos quede tiempo para jugar, ver y disfrutar un partido de rugby.
- Sabemos que la M19, camada 2001, es muy buena y que hay chicos con proyección para reforzar el Plantel Superior. ¿Algún nombre para destacar y puestos?
- Para mí, es una pregunta difícil de responder. Soy muy exigente y eso hace que siempre piense en que sigan mejorando. Es cierto, es una camada competitiva que van a sumarle competencia y van a subir el nivel general. Rama Waisberg es el destacado, jugador fanático del club, él y toda su familia. Hoy se encuentra en la Academia de la UAR entrenando y jugando en otro nivel.
- ¿Cómo es la captación de jugadores infantiles y juveniles? ¿Hacen trabajos en escuelas?
- Desde la subcomisión y el coordinador de infantiles se intenta hacer todo lo posible. Tenemos relación con algunos colegios y también aprovechamos la colonia de verano para intentar sumar chicos que quieran jugar.
- ¿Cuáles fueron los referentes que tuviste en el club?
- De chico fueron mis entrenadores y ya en el Plantel Superior fueron “Los Grandes”. Mi fanatismo por el club lo tenía desde muy chico, ya que toda mi familia es de Gimnasia, pero la pasión me la transmitieron esos “Grandes” en la época de mis inicios en el plantel superior. Actualmente, algunos de ellos están en la subcomisión o con otro rol en el club, y eso es muy bueno.
- ¿Recordás algún partido que te haya marcado como entrenador o jugador?
- Creo que la etapa del ascenso del ‘98 fue muy linda. Gira, ascenso y un grupo terrible.
- ¿Cuál es el objetivo de GEBA para este año?
- El objetivo es simplemente disfrutar del año, del club y que el resultado sea haber mejorado. Siempre intentamos transmitirles a los jugadores que se vayan a sus casas mejor de lo que vinieron.
Nicolás Volpini es tercera línea y capitán de Gimnasia. Admirador de los antecesores que jugaron en su puesto, el “Marpla” Luciano Gáspari, David Walsamakis, Gonzalo Carugati, el “Turco” Kfuri, Nicolás Schiazzano, Fede Formia, Nicolás Ruseft y Nico Braim, comentó que podría seguir nombrando jugadores que vistieron la camiseta blanca con la franja celeste en el medio porque “a muchos los vi jugar y con otros lo compartí en la cancha”.
Tercera línea a partir de los 22 años, contó que su puesto anterior fue de back. Elegido este año para liderar a su equipo, lo acompañarán Juan Cruz Arbelais y Santiago Waisberg como subcapitanes. En el ámbito internacional, no dudó en elegir al neozelandés Jerome Kaino, al sudafricano Duane Vermeulen y al argentino Pablo Matera.
- ¿Cómo fue el proceso de ascender en 2019 luego de sufrir dos descensos seguidos?
- Los dos descensos consecutivos fueron un golpe muy duro para la estructura del plantel. Por un lado, teníamos un grupo de jugadores con mucha experiencia que venían jugando y peleando ascensos y descensos desde hace tiempo. Por otro, estábamos los más jóvenes que nos unimos con la misma idea de tratar de llegar lo más alto posible. En 2014 se nos dio un ascenso a Primera y de ahí pudimos jugar un par de años. Luego de esos dos o tres años, tuvimos algunas bajas importantes, llamalo recambio o que muchos dejaron, y eso nos trajo complicaciones para poder seguir afrontando tal desafío.
- ¿Y el ascenso?
- El año pasado me sumé a mitad del campeonato por temas personales, pero estuve muy de cerca del equipo. Fue un plantel con recambio y muchos jóvenes que hacían sus primeras armas en la Primera. Pude notar un compromiso muy grande y creo que fue una de las claves para el ascenso a Primera B.
Cuando hablamos de objetivos, Nico no dudó en resaltar varios de los desafíos que se trazaron para el 2020. Estas fueron algunas de las frases que resaltaron en su charla: “tenemos que seguir por este camino”, “los resultados se verán a largo plazo”, “queremos volver a jugar en las máximas categorías de la URBA”, “hay que consolidar la estructura del plantel”, “tenemos que contar con cuatro equipos para generar la competencia interna”, “hay que crecer de a poco en el juego”, “intentamos jugar de otra manera”, “debemos volcarnos más al ataque”.
- ¿Cuáles son los rivales a vencer y los que pueden pelear arriba?
- Los que van por los cuatro puestos de arriba, son los que vienen persiguiendo el objetivo de ascenso desde hace unos años: San Cirano, Manuel Belgrano y Liceo Naval. También están los clubes que descendieron y que siempre son muy fuertes y quieren volver cuanto antes. Pero también están los equipos que vienen de abajo, los que queremos pelear por lo nuestro y tratar de mantenernos arriba con el sueño de ir por un nuevo ascenso.
- ¿En qué momento estaban cuándo tuvieron que parar por la pandemia?
- Ese jueves estábamos en el gimnasio del club minutos antes de empezar el físico, cuando comenzó a circular la nota de la URBA que indicaba evitar los entrenamientos grupales. Ese fin de semana teníamos una mini gira al interior y al siguiente fin de semana arrancaba el torneo. Hoy estamos con tres estímulos vía virtual y además sumamos charlas técnicas para los forwards y backs.
- ¿Que altas y bajas tuvieron?
- Una baja importante fue la de un gran referente de muchos años, Martin Rey. Y entre las altas recuperamos a un viejo con experiencia, Federico Formia, que ojalá pueda volver a jugar en un gran nivel, aunque creo que va a sumar mucho en el desarrollo de los más jóvenes, en el line y las formaciones fijas.
Seba y Nico, Yavícoli y Volpini. Dos generaciones de mens sanas que llevan en el pecho grabados los colores de la misma camiseta, la que defienden con la misma pasión y el compromiso del equipo al que representan, el Club de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires.
Fotógrafo: Rugby Champagne,
Fuente: Carlos Silva - Rugby Champagne.