El estadio de Kobe albergó el partido número 18 de la RWC de Japón entre Escocia y Samoa. Es un estadio imponente, cerrado y con una atmósfera espectacular, de los mejores de la copa y con 30.132 espectadores.
Escocia llegaba con sus necesidades a cuestas luego de caer ante Irlanda y los samoanos con la confianza alta luego de superar a Rusia en el debut. Con el triunfo de Japón frente a Irlanda, el partido pasó a ser relevante para la clasificación de la zona.
En los primeros minutos como era lógico, Escocia tomó la iniciativa, con los forwards marcando el camino y Samoa defendiendo. Después de dominar en la primera parte del cotejo, llegó una infracción que a los siete minutos convirtió Laidlaw (3-0).
Los tries llegaron en diez minutos
Los isleños arriesgaban gracias a la dinámica que imprimían sus conductores, Matavao y Pisi. Los europeos respondían con las corridas desde el fondo de Hogg, aunque ninguno con quiebres claros. El partido era chato, con imprecisiones de ambos lados. Maitland se destacaba del resto con cuatro defensores vencidos en los treinta iniciales. Hasta que el partido se abrió. El wing fue el que anotó el primer try, luego de tomar un kick cruzado de Russell a espaldas de su defensor (10-0). Y enseguida, Laidlaw pareció dar el golpe de knock-out, al acompañar como apoyo un quiebre del apertura. Con su patada cerró una jugada de siete puntos (17-0). La frutilla del postre la entregó Hogg al convertir un drop espectacular desde casi 50 metros (20-0) y partido liquidado.
A la búsqueda del bonus
El elenco de Greg Townsend necesitaba ganar con cinco puntos. Le faltaban dos tries y tenía que salir a buscarlo de entrada. Pero pasaron más de quince minutos y no habían hecho nada. A los 17´ llegó el tercer try. Luego de varias acciones frustradas con penales, el francés Pascal Gauzere le sacó amarilla al samoano Fidow y sancionó try-penal para los del Cardo (27-0), que quedaban a uno del objetivo.
El calor y la humedad eran insoportables en el estadio que permaneció todo el partido con techo cerrado. Escocia no lograba el cuarto porque los errores de manejo castigaron su falta de precisión. La cuarta conquista llegó casi sobre el cierre, luego de una corrida de Maitland –el mejor escocés- y un cierre fallido de Fidow, que se tiró con los pies en vez de tacklear. Fue el segundo try-penal y expulsión del wing samoano para cerrar la noche (34-0).
Escocia ganó en la calurosa noche de Kobe y sigue vivo. Samoa demostró que al igual que Tonga y Fiji, la falta de competencia anual los aleja cada vez más de los primeros planos del rugby mundial.
La síntesis completa acá
Fotógrafo: Gentileza World Rugby.
Fuente: Hernando De Cillia y Jorge Ciccodicola (enviados especiales a Japón).