Después de muchos años de esfuerzo y sacrificio, lograron incorporarse a los torneos de la URBA gracias al ojo clínico del Vasco Juan Mugica. Hoy viven un presente donde la ciudad disfruta de un nuevo deporte. Como lo expresa su símbolo, el Churrinche, en Ezeiza el rugby vuela en busca de más alturas para que así su colorido pelaje rojo y negro no pare de crecer.
Sebastián Ghio fue uno de los fundadores de Ezeiza. Pasó por todos los estados en el club: jugador, dirigente, secretario y primer vicepresidente en la posterior Comisión Directiva. Él fue quien nos contó cómo nació el Club de Rugby Ezeiza.
- ¿Cómo fue el inicio del rugby en Ezeiza?
- La convocatoria la hizo un oftalmólogo, Juan “el Vasco” Mugica, que trabajaba en el área de salud del Municipio de Ezeiza y era ex jugador, oriundo de la ciudad de Chivilcoy. Fue el primer presidente luego de la gesta Puma en 2007. Había muchas ganas de aprender y se acercaron jugadores con alguna experiencia de clubes de la zona o de colegios, además de muchos chicos que nunca tuvieron relación con el deporte. Así nació Club de Rugby Ezeiza.
- ¿Cómo eligieron el símbolo que los representa?
- Buscamos un animal autóctono que nos caracterizara por alguna razón y apareció el Churrinche, un ave muy pequeña, pero de gran fortaleza que también nos ayudó a la elección de los colores. Recuerdo que el primer juego de camisetas lo confeccionó la madre de Juan Mugica, todo era muy artesanal. Sin dudas que todos reconocemos al “Vasco” en su figura del fundador.
- ¿Cómo fue empezar en la URBA?
- Fue un proceso largo. En un primer momento tuvimos reuniones para hacerle saber a la Unión nuestra intención de poder competir. Durante varios años tuvimos un calendario similar al de cualquier club en competencia, pero jugábamos amistosos, hasta que un día nos dejaron entrar con categorías juveniles para después poder competir con el plantel superior.
- ¿Quiénes los ayudaron en esos tiempos?
- Los clubes de la zona nos recibieron muy bien. Jugamos amistosos contra Porteño, Beromama, Almafuerte y Las Cañas, también con Floresta, que tampoco había entrado en competencia. Incluso un año hicimos de Intermedia de Porteño, en la antesala de la competencia oficial.
- ¿Cómo se arreglaron para conformar los planteles de Primera e Intermedia?
- En el primer equipo hubo de todo, jugadores con experiencia previa y muchos chicos con edad de juveniles para aprender, mayormente todos eran de la zona.
- ¿Cómo fue la relación con el Municipio? ¿Tuvieron su apoyo?
- Desde un primer momento tuvimos contacto, hoy te puedo decir que el club tiene un predio en un lugar privilegiado del partido y que es un logro de los chicos que hoy gestionan el club. Principalmente de Walter Navarrete, con el apoyo de Gastón Granados, ellos cumplieron el sueño de tener un lugar propio. Ezeiza se merece el mejor rugby, que, en definitiva, es la mejor escuela de vida.
Maxi “el Tigre” Barzola es el capitán del Plantel Superior de Ezeiza e integrante de la Comisión Directiva. Junto con el hooker Ángel Delgado, trabajan en todas las tareas del club, tanto dentro como fuera de la cancha, a pesar que este año Delgado no fue designado como subcapitán.
Bárzola nos comentó cómo arrancaron el 2020: “Este año se sumó al club como head coach y entrenador del Plantel Superior, Sergio Torchia (ex Monte Grande), con Mauro Albornoz, Agustín Péndola y Damián Forlani como colaboradores. Los preparadores físicos serán Diego Cazenave y Brian Sequeira, y como capitán general de rugby estará Damián Lasa, quien fuera el entrenador en los anteriores años”.
“La verdad –prosiguió Maxi- que es una suerte poder contar con Sergio (por Torchia), no sólo porque es un entrenador experimentado, sino porque además renovó el entusiasmo de los jugadores. Estará como head coach de todas las categorías para hacer un laburo de planificación a corto, mediano y largo plazo. Lo más importante es que unificará el estilo de juego para todo el club, con capacitaciones permanentes y charlas a los entrenadores de Juveniles”.
En cuanto a la pretemporada de Ezeiza, el capitán destacó: “Fue muy exigente, armada por los preparadores físicos a partir de cuatro estímulos semanales y los sábados en doble turno”.
Para hablar de lo deportivo, señaló que jugaron dos amistosos, con Floresta y Beromama, y que no pudieron llegar al tercero, que era ante Almafuerte. Y otra de las cosas que quedaron pendientes, fue la gira de fin de pretemporada.
Pensando en lo que iba a ser el torneo, Bárzola nombró a los rivales a vencer: “Considero que pueden ser Porteño, Vilo, Beromama y Los Pinos, los equipos que jugamos en varias ocasiones y que están en un nivel de juego similar al nuestro”.
Cuando hablamos de las bajas para esta temporada, hay que destacar que no estarán en el arranque por temas laborales, los hermanos Ignacio y Agustín Ponsineras (alas) y Martín Ursini (medio scrum). La buena anoticia es que subieron varios de la M19, entre los que se pueden nombrar al primera línea Franco Bussolotti y a los backs Pablo Galván y Santiago Correa.
Para finalizar, Maxi quiso recordar a los más chicos en este difícil momento que estamos viviendo: “Ellos son el presente y el futuro del club. Son nuestros héroes y es increíble verlos jugar e ir para adelante sin ese miedo del que tienen enfrente, sea mucho más grande o más rápido. Son los jugadores que esperamos ver en el plantel superior en unos años, así que por más duro o difícil que sean los momentos que sientan, sigan adelante. Además, quiero agradecer a todas las familias, a los socios, a la Comisión Directiva del club, al staff y a todas las personas que hacen posible que nuestro club, nuestro deporte y nuestros chicos sigan creciendo día a día”.
Así como el Churrinche de sus colores, es la fortaleza y la velocidad. En el rugby de Ezeiza, todos quieren volar, crecer y soñar. Como desde aquel día, en que el ojo clínico de un oftalmólogo dio el puntapié inicial para que la pelota ovalada empezara a rodar y quién sabe dónde se detendrá.
Fotógrafo: Gentileza de Sebastián Ghio y Maxi Bárzola.
Fuente: Carlos Silva - Rugby Champagne.