En la Primera A, la lucha por no perder la categoría fue de lo más atractivo que dejaron los torneos de ascenso de la URBA. Así, hubo que esperar hasta la última fecha para definir que equipos serían los dos descendidos a la Primera B en vistas a 2023.
En la última jornada Olivos, San Carlos y San Patricio se jugaban la categoría contra los rivales que el fixture indicaba. En Benavidez, Pueyrredón recibió a un necesitado San Patricio y lo derrotó por 29 a 27 en la última jugada del partido.
El primer tiempo encontró a San Patricio mejor parado. El visitante salió a hacerse de la pelota y a ser protagonista. Si bien, ya no dependía solamente de sí mismo, lo primero era asegurar su propio triunfo. Así, los jugadores celestes fueron a buscar el ingoal local y mostraron variedad en los ataques. San Patricio atacaba con criterio con sus delanteros y era siempre peligroso cuando desplegaba el juego de sus backs. Pueyrredón aguantó, pero su ingoal cayó tres veces en esa primera mitad. Entrando en los 30 minutos de juego la vista se imponía por 19 a 5.
Sobre el final de la primera parte las acciones se equipararon y un try por bando dejó un resultado de entretiempo de 24 a 12 para San Patricio, que jugó una gran etapa inicial.
El segundo tiempo se presentó diferente. Pueyrredón empezó a jugar más con el pie y a aprovechar el viento a favor. El equipo blanco ganó en el contacto y se adueñó de la pelota. San Patricio se defendió e intentó llevar peligro, pero no conseguiría muchos más que tres puntos de penal en toda esa segunda mitad.
Con el correr de los minutos los nervios empezaron a crecer en los jugadores celestes y además el desgaste de la primera mitad empezó a pasarle factura en lo físico a San Patricio. Pueyrredón en cambio, creciendo y descontando puntos hasta ponerse a tiro en el marcador. Ya con el tiempo cumplido, en la última jugada del partido, el local encontró el camino a un try que ponía un empate parcial en 27 unidades. La conversión puso cifras definitivas al triunfo de Puey por 29 a 27.
Asi, Pueyrredón culminó una temporada irregular en el quinto puesto y el celeste de Pilar descendió a la Primera B. Los resultados en las otras canchas tampoco favorecieron al equipo pilarense, pero eso poco importó porque no habría milagro para el celeste sin una victoria propia como primera premisa.
Ahora San Patricio deberá revisar que hizo bien y en que puede mejorar. El equipo estuvo a la altura de la categoría (incluso es uno de los pocos que le restó puntos al campeón La Plata cuando este todavía peleaba por despegarse), pero se le escaparon muchos puntos en los últimos minutos de varios partidos que hicieron la diferencia negativa.
Para Puey solo restará ajustar detalles para ser otra vez protagonista.
El celeste vuelve a la categoría desde donde ascendió en 2019. El desafío será capitalizar la experiencia de estos años en la Primera A y tratar de no perder el ritmo ganado para volver a ser protagonista en la categoría inferior.
Fotógrafo: Dario Procopio
Fuente: Darío Procopio