Es el club más ganador de la URBA, con 33 títulos desde aquel primero que obtuvieron en 1917. Sin embargo, en los últimos 35 años sólo festejaron dos, en 1985 y el recordado de 2005, luego de una agónica definición ante el SIC en la desaparecida cancha de Buenos Aires. En el corazón de San Isidro, y con el estadio más icónico de nuestro rugby, al que llaman “la Catedral”, tienen un legado de capitanes que hicieron historia, no sólo en el club sino también con la camiseta de Los Pumas.
Es una de las instituciones más grandes del país, protagonistas de un clásico que paraliza a una ciudad frente al rival de la otra vereda, el San Isidro Club. Con historias que se entremezclan desde aquella escisión que marcó el inicio del otro gran equipo de San Isidro en 1935.
No fueron buenos los últimos años de la Academia. Desde la reestructuración de 2017, nunca estuvieron en las semifinales. Es más, ese año zafaron con lo justo del repechaje luego de vencer en la última fecha a La Plata por 28 a 13. En 2018 fueron séptimos con un 50 por ciento de efectividad (once victorias y once derrotas) y el año pasado volvieron a salvarse por sólo cuatro unidades de la zona de permanencia. En 2013 fue su última mejor performance: salieron cuartos y jugaron los playoffs frente al SIC, que dolorosamente los venció por 20 a 19.
Para buscar las últimas grandes campañas de la Academia, hay que retroceder diez años para encontrarse con el gran equipo de 2009 que perdió la final ante Hindú. En la etapa regular fueron terceros, vencieron a Alumni en la semifinal y cayeron por 31 a 22 en el cotejo decisivo ante, tal vez, el mejor equipo del Elefante de su racha triunfal. Fue el choque que se suspendió por diluvio el día sábado y se jugó un miércoles por la noche. En el CASI, la pareja de medios la integraron Martín Landajo (de 10) y Agustín Figuerola, y los entrenadores fueron Pope Morel, Fernando González Montalvo y Hernán Alvarado, en la final del hat-trick de Belisario Agulla.
En 2008 ganaron la etapa regular, con seis puntos de ventaja sobre el SIC y Newman, y notables rendimientos colectivos e individuales. Agustín Figuerola fue el goleador del torneo con 298 tantos; y Nicolás Pandelo, con 18 tries, terminó detrás de Belisario Agulla, que fue el try-man con 20, además de las grandes temporadas de Franco Fasano y Francisco Corbacho, que apoyaron 12 cada uno. Pero tuvieron 20 minutos fatales en el primer tiempo y perdieron la semifinal por 18 a 9
Para el 2020, en el CASI designaron nuevo staff, con Patricio O’Reilly como head coach en lugar de Santiago Piñero, acompañado por Mathias Pérez Guimil, Francisco Corbacho y Sebastián Pegourie, entre otros, y con Benito Paolucci como capitán en lugar de Martín Brousson.
Los últimos capitanes
Hubo varios referentes que marcaron a fuego la historia del CASI y fueron elegidos como líderes en la Academia. Si tomamos desde el último título de 1985, habrá que nombrar a Andrés Nicholson, Pope Morel y Gabriel Travaglini, entre algunos de los nombres que además vistieron la camiseta nacional. Ya más cerca y entrados los ’90, fue “Tati” Phelan quién asumió el desafío entre el ‘92 y ’93 con tan sólo 20 años, que se bancó el descenso y se puso al frente en un época muy difícil para el club (fue capitán durante seis años).
Uno que es muy recordado en el seno del club y que dejó un sello con tan sólo una temporada, fue Matías Casanova, capitán del equipo que logró el último título en 2005 con el “Chapa” Branca, Ricardo Espagnol y “Freezer” Alvarado en el banco de suplentes. Dicen que fue clave en el armado del grupo que ganó después de 20 años, con jugadores de la ascendencia de Federico Böck, Santiago Sanz, Esteban Losada, Juan Campero y Pablo Gambarini como compañeros.
Uno más reciente fue “Chaqueto” Campero, el de mayor duración, que después de ocho temporadas en el cargo se calzó el buzo de DT hasta hace un par de temporadas. Más acá, pero con poca duración, pasaron Mathias Pérez Güimil, Bruno Devoto y Martín Brousson, hasta que este año la responsabilidad recaerá en Benito Paolucci.
Un nuevo líder
En charla con el tercera línea del CASI, hablamos sobre la actualidad del club y de la capitanía que asumirá por segunda vez en su carrera, después de reemplazar a Bruno Devoto en 2018, luego de una lesión a principios de temporada.
Ante la consulta de cómo se adaptaron a la pandemia y los cambios en el plantel, Benito empezó a contar: “Los lunes, martes, jueves y sábados hacemos Zoom con la rutina previa que manda el PF y nos conectamos para entrenar todos juntos”. Con respecto al plantel: “Subió la camada 2000 con varios jugadores como “Coco” Sáenz de Miera (tercera línea) y Mati Phelan (es centro y uno de los hijos de Tati), que pueden aportar muchas cosas buenas al plantel, además de ser muy buenos chicos”.
En relación a la cantidad de jugadores, dijo: “Somos más que el año pasado. Los que subieron eran bastantes y estuvieron muy comprometidos en lo que fue la post y pretemporada. Deberíamos ser cerca de 140, estábamos para formar entre seis o siete equipos”.
Cuando hablamos de su primera experiencia en el cargo, Benito nos contó cómo fue: “En 2018 fui subcapitán y en el primer partido del año, Bruno Devoto se rompió el escafoides, así que desde principio de año me tocó asumir la responsabilidad y el año pasado fue Martín Brousson”. Cuando hablamos de ese torneo, Paolucci resaltó todo lo que aprendió: “De mi primer año recuerdo muchas cosas, aprendí un montón, aunque era bastante chico. Tuvimos una muy buena química en el plantel a pesar de que no se dieron los resultados. Como grupo generamos un gran vínculo y una muy buena relación. Ese año, la Pre Intermedia A fue campeón y la Intermedia y la Pre B llegaron a las semifinales”.
Las últimas temporadas sin resultados, ¿cómo se explican Benito?: “Desde que estoy en el plantel superior, hubo un recambio muy grande donde muchos chicos jóvenes tuvieron que asumir responsabilidades importantes. Por ejemplo, Bruno Devoto tuvo que ser el capitán en 2015 y sólo tenía 22 años. Se dieron muchas cosas que tuvimos que asumir, muchas responsabilidades que capaz no estábamos preparados o en las que nos faltó experiencia. En gran parte se dio por el recambio y ahora que estamos encontrando una forma de juego, una identidad como grupo, esperemos que las cosas empiecen a venir”.
Cuando hablamos de la identidad, el tercera línea afirmó: “La idea para este año, era pasarnos la pelota, hacer un rugby dinámico y frontal, y básicamente tener locura para defender”.
Con respecto a lo irregulares que fueron en los últimos torneos, Paolucci dijo: “La clave está en buscar una identidad y lograr el equilibrio que nos faltaba. Por ejemplo, el año pasado perdimos con Atlético del Rosario que acababa de ascender y nos metió punto bonus en el CASI (28-18). Y a la semana siguiente fuimos al SIC, que venía de ganar en las cuatro primeras fechas, y les ganamos (29-22), y después a CUBA (28-27). Pero nos pasa mucho de ganar partidos que en los papeles son mucho más difíciles que otros. La idea es buscar esa identidad e ir partido a partido”.
Entonces, ¿pensás que por ser del CASI, en general, todos los rivales les quieren ganar por ser un equipo grande? ¿Hay alguna presión extra para los más jóvenes?: “Creo que es una presión linda, no creo que nadie se presione para mal o tirándose abajo. Desde que estoy en el plantel con todos los jugadores que jugué, siempre supieron manejarla y usarla a favor”.
Las preferencias y el futuro
Benito Paolucci, está a un paso de recibirse en marketing y trabaja en una productora de cervezas. Como capitán destacó lo que aprendió de sus antecesores: “Siempre se aprenden cosas nuevas. Lo más importante es ser uno mismo y estar convencido de lo que piensa y la forma en que lo habla y como se relaciona. Si te eligen es por algo, básicamente trato de ser como soy”. Entre los referentes en su puesto, destacó: “De muy chico a “Tati” Phelan y después a Felipe Muslera, a quien admiro como jugador y persona”.
Paolucci fue capitán de Los Pumitas que obtuvieron el bronce en 2016, pero se lesionó en el debut y no pudo jugar más. Estos fueron sus recuerdos de aquel gran equipo: “Llegamos increíblemente preparados de la cabeza y teníamos mucha confianza en nosotros. Si bien analizamos a los rivales, sabíamos poco contra quiénes íbamos a jugar. Era un grupo con un objetivo muy claro y eso fue lo que nos llevó a salir terceros. Con respecto a no haber jugado: “No fue una frustración para mí, me tocó y como me dejaron quedarme, traté de poner mi granito de arena para apoyar desde donde podía”.
- Fuiste capitán de Los Pumitas, ahora también de en un equipo grande como el CASI. ¿Pensaste en volver al sistema para jugar en el rugby profesional?
- Hoy en día estoy muy contento con la vida que estoy llevando, pero obviamente si se acerca una oportunidad, me sentaré a escuchar y ver cómo sería mi nueva vida. Me gustaría y nunca le diría que no, pero tendría que ver cómo cambiaría y hacia dónde iría mi vida. Mi máximo anhelo deportivo es salir campeón con el CASI. En el 2005 tenía nueve años cuando salimos campeones y recuerdo como fuimos todos juntos para Biei.
Para el cierre, hubo dos partidos que se le vinieron a la memoria: “El clásico del año pasado, el primero contra el SIC, que fue increíble. Y con Los Pumitas el partido contra los All Blacks en 2015, que estuvimos ahí y lo perdimos por tres puntos sobre el final”.
Benito Paolucci sigue en la línea de los que lo precedieron. En un lugar reservado para los grandes nombres. Construyendo un futuro como la ilusión del CASI, que se renovará, si Dios quiere, cuando la pandemia y el rugby lo permitan.
Fotógrafo: Fede Lemos - @torcua_photo y Rugby Champagne.
Fuente: Hernando De Cillia - Rugby Champagne.