Tras la segunda fecha del único certamen rugbístico que se disputa actualmente a lo largo y ancho de la Tierra, Blues y Crusaders asoman como los grandes candidatos al título. Los de Auckland, con 17 años de sequía sobre sus hombros, llevan dos victorias en igual cantidad de partidos. Los de Canterbury, por su parte, debutaron con éxito en Wellington. Highlanders, ganador de su primer juego, quedó libre.
En una nueva cartelera de acción, la “tierra de la gran nube blanca -Aotearoa, en maorí, pero Nueva Zelanda para el resto del mundo- vibró al ritmo de los dos máximos exponentes que tiene el país de los All Blacks a nivel interno: Blues y Crusaders. Esto, al fin y al cabo, es como viajar con el Delorean a fines de la década de los ‘90 o al inicio del nuevo milenio.
En Hamilton, la ciudad más importante que tiene la región de Waikato, en la isla Norte, hubo derbi entre el dueño de casa, Chiefs, y muchachos de azul. Y fue victoria para la visita por 24-12 -NdR: primer festejo en el Estadio FMG en nueve años. El último había sido en el Super Rugby 2011-, con una gran producción de sus wines (Mark Telea, autor del segundo y último try, y Caleb Clarke) y un enorme trabajo de Hoskins Sotutu (¿futuro octavo de los AB’s?), el capitán Patrick Tuipulotu y Akira Ioane, quien retornó a la alineación titular, aunque en esta oportunidad lo hizo como ala -NdR: suele desempeñarse en el puesto que hoy ocupa el mismísimo Sotutu-.
Además de lo mencionado, también fue determinante la defensa mostrada por el XV comandado por Leon MacDonald: ordenados y ofensivos... porque en el rugby moderno se trata de atacar incluso no tenés posesión; ¿Y por el lado de Damian McKenzie, Aaron Cruden y Warren Gatland? Poco y nada… Solo cuatro penales. Flojo partido de su medio-scrum, Brad Weber, quien volvió a portar el brazalete ante la ausencia de Sam Cane.
Mientras tanto, en Wellington, capital del país oceánico, Crusaders tuvo su bautismo en este campeonato: en el Estadio Regional, los dirigidos por Scott Robertson, ganadores de las tres últimas ediciones del Super Rugby, superaron a Hurricanes por 39-25. Pero lo más importante llegó a cinco minutos del final, con la llegada al ingoal de David Havili y la obtención del bonus ofensivo.
La diferencia entre los dos conjuntos fue abismal desde el arranque: los ‘Saders, el rival a batir por todos en este torneo, apoyaron cinco tries contra uno y controlaron sin problemas a un hueso duro de roer, que tuvo en cancha a jugadores de élite (Ardie Savea, TJ Perenara, Ngani Laumape, Dane Coles y Ben Lam, los más destacados).
¿Cómo sigue?
El próximo fin de semana volveremos a tener dos grandes espectáculos para seguir con pochoclos en mano: el sábado, desde las 4:05, Blues estará cara a cara con Highlanders, en el mítico Eden Park de Auckland; poco menos de un día después, a las 0:05, el Estadio Orangetheory, de Christchurch, tendrá su primeros ochenta minutos en la contienda que dirimirán entre sí Crusaders y Chiefs. Hurricanes, que hasta ahora no ganó, descansará.
Fuente: Santiago Ángel