Hace unas pocas semanas, Daniel Satragni, ex jugador del plantel superior del club Atlético y Progreso, perdió la vida en un trágico accidente en la ruta que une Brandsen con Loma Verde.
Desde Rugby Champagne le enviamos un gran saludo a sus familiares y un fuerte abrazo a toda la familia rojiverde. En estas líneas, Pablo Becerra, en primera persona, nos cuenta quien fue Daniel “Panza” Satragni, para hacer que en su relato siga viva su memoria para todos los que lo conocieron.
Son aproximadamente las 14 horas de un sábado de mucho calor y estoy caminando hacia el fondo del club en búsqueda de los que serán mis compañeros de equipo. No conozco a nadie por aquí y además no se cómo se juega al rugby, pero voy con ilusión de conocer gente nueva y hacer muchos amigos. En la línea de la cancha, una persona me recibió y me preguntó: “Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo te llamás?”. Le digo: “Soy Pablo, pero me dicen “Toto” y vine para entrenar”.
- Ah!! ¿Cómo estás? Mi nombre es Daniel, pero me dicen “Panza”. Acercate que somos pocos hoy, pero vamos a jugar un rato!
A los 12 años yo era tímido, pero desde ese día y, sobre todo, en ese momento, algo me decía que esa persona sería muy importante en mi vida. Al rato se acercó un chico con una cabellera rubia que se parecía a He-man y Panza me dijo: “Ese es mi hermano, se llama como vos Pablo, pero le decimos Paul”. Estreché la mano de ese rubio y lo saludé con un abrazo, muy parecido al último abrazo que nos dimos el lunes de la despedida de “Dani” luego del trágico accidente que sufriera con su otra pasión: estar arriba de una bicicleta.
Daniel Satragni era más conocido como el “Panza”. Pieza fundamental en el crecimiento del club, al que le dio un gran empuje junto a otras voluntades que hicieron lo que hoy es el rugby de Atlético y Progreso. Pero no sólo era grande adentro de la cancha: también lo fue desde afuera. Tenía la virtud de utilizar cualquier herramienta y arreglar todo lo que se rompiera en el club. Y, además, si necesitabas algo en tu casa, era el primero en darte una mano e ir como si fuera un técnico para ayudarte en lo que sea; y, además, ¡te lo arreglaba!
Si no estaba en la cancha jugando como centro, apertura o como en su última etapa en el pack de forwards, siempre se lo veía colaborando con el agua sin distinciones de categorías, o llevando el Tee para los pateadores. Si llegabas más temprano, lo veías entrenando alguna división. Una persona que en estas líneas trato de describir y que en cada lágrima derramada hace que recuerde los muchísimos momentos que viví junto a él. Grandes partidos, giras, buenos y malos momentos, en los que el “Panza” siempre estaba cerca de todos y al que desde hoy se lo va a extrañar mucho.
De una familia ligada 100 por ciento con el rugby local, “Dani” y sus hermanos se dieron el lujo de jugar algún que otro partido juntos; y mirá si serían fanáticos que hasta armaron una jugada en el garaje de los padres el día que “Ficu” volvió a jugar en el Atlético.
Se te va a extrañar “Dani”. Te vamos a extrañar como las tantas cosas que nos diste. Como jugador, pero aún más, porque ya no se te verá al costado del alambrado, arreglando alguna cosita por el club o en nuestras casas. Ese era el “Panza”, una ENORME PERSONA!
Gracias “Dani” por haberme ayudado aquella tarde, de la que voy a estar agradecido toda la vida.
Con nuestro corazón, te vamos a extrañar mucho… tus amigos del rojiverde!!!
Fotógrafo: Gentileza Atlético y Progreso.
Fuente: Pablo Becerra - Rugby Champagne.