Primera División A

El festejo de los 93 años de Los Matreros

El festejo de los 93 años de Los Matreros

El 28 de agoste de 1928 se fundó el Rugby Club Los Matreros y comenzaba de esa forma una linda historia que hoy cumple 93 años llenos de rugby.

Haber tenido tres sedes deportivas durante este tiempo marcaron a fuego a las distintas generaciones de socios y simpatizantes identificados con ellas. Por eso para esta nota desde RCH consultamos a dos ex jugadores del club y al capitán actual del equipo Superior para que nos cuenten sus experiencias en esos predios y poder de esa forma rememorar parte de la gloriosa historia del club.   

EL TÏO JORGE ANDERSON Y LOS RECUERDOS DEL CEMENTO DE MORÓN, LA PRIMERA CASA   

En la primera parte llega a la memoria el famoso predio del CEMENTO DE MORÓN, la casa más recordada por las generaciones mayores. Esos veteranos, que en su gran mayoría, conocieron a los socios fundadores siendo muy chicos. También escucharon y vivieron parte de sus esfuerzos y sueños a futuro para con el club que hoy tanto aman.  

Jorge Diego Anderson, también conocido por todo el mundo Matrero por el TIO es el elegido con sus 72 años para recordarnos esas vivencias imborrables. Recuerda a los hermanos Solveyra Casares, a Pedro Mendizabal y especialmente a Oscar Espinoza, todos fundadores.  

Además evoca con mucho cariño y admiración a Gorki Jordan Grana, quién resalta que "era un deportista en todo el sentido de la palabra, así con mayúsculas; jugador de rugby, campeón sudamericano de water polo con el Hindú Club y representante de la Federación de Natación de Buenos Aires en las pruebas realizadas en el Río de la Plata".  

El Polideportivo Municipal Gorki Grana lleva su nombre.  

Nos cuenta Jorge, "mis tíos los Orsolini, Horacio, Héctor y Pacha, jugaron allí y tengo un recuerdo que me emociona siendo un infante de poder ver jugar a mi padre un partido de veteranos”.  

Anderson, quien comenzó a jugar a los 9 años, gracias a que el Colegio San José de Morón llevaba a sus alumnos a hacer gimnasia allí, al Cemento, ingresó por un cura fanático del rugby, el hermano Laurentino, que los iniciaba en el deporte ovalado. 

Jorge rememora cómo era jugar en El Cemento: “era muy especial, la cancha en el mes de Abril ya no tenía césped, era un rallador y además de la gente del club nos venían a ver desde todo el partido de Morón con lo cual era para noostros una fiesta. Muchos grandes cayeron allí y cómo anécdota divertida, Chuenga - el gran personaje vendedor de golosinas- era infaltable”  

Otro recuerdo que llega a la mente de Anderson quien señala:“conseguir leña para la caldera no era seguro, de modo que el agua helada era parte de nuestra experiencia y en las noches frías de entrenamiento se sentía a más no poder”  

Muchas anécdotas, cómo la inauguración de la pileta, las fiestas, los bailes de carnaval y las obras teatrales.  

El quincho, con techo de paja que fue durante años el lugar ideal para grandes charlas y confesiones. "Allí descansan las cenizas de amigos y maestros, recordar a Izzo, Chapaleo Gamietea, Simonetti, Julio Barretto, Kelly y algún otro que se me escapan ahora…”.  

Para terminar Jorge Anderson nos deja una frase que habla a las claras de su sentimiento y orgullo  por el club; "Ser Matrero es: no rendirse nunca, entregar todo en la cancha y agasajar al rival en el tercer tiempo”…  

LA MUDANZA A MALAVER CON NACHO PINEYRO Y SUS VIVENCIAS IMBORRABLES 

En la década de los ochenta Los Matreros se mudó con su sede deportiva al Partido de Moreno, más precisamente a Villa Malaver. Sus nueve hectáreas dedicadas al Rugby y al Hockey femenino (su nueva actividad) nos hablan a las claras de su evolución como club. 

Ignacio Piñeyro, Nacho o Yuyo como se lo conoce es de la camada 1979 e hizo por treinta años de Malaver su segunda casa. Nieto del máximo referente Matrero, así se lo recuerda al Dr. Alfredo Quesada (La Base, actual reducto deportivo del Club, lleva su nombre)… 

"Lamentablemente no tuve la suerte y el privilegio de conocer a mi abuelo Alfredo, me tuvo en andas, pero falleció cuando yo tenía solo un año. Sin dudas, si pudiera pedir un deseo en la vida, elegiría tener una charla de rugby con él, ir a Los Matreros juntos, que hubiera podido verme jugar y escucharlo hablar del club que tanto amamos. Por lo que escucho que le gustaba el club y con lo fanático que soy, creo que hubiéramos sido muy apegados.”, señala Ignacio emocionado hasta las lágrimas  

Cuando habla de Villa Malaver esa emoción no se le borra y nos cuenta…Villa Malaver es sinónimo de mi infancia, mi adolescencia y mi formación como adulto. ¡A veces me dan ganas de poder ir a pasar un día de club allí, y volver a disfrutar lo que era ir a ver a la Primera, o mismo ir a jugar un partido en la que fue para mí, la mejor cancha de la URBA sin dudas! Era una hermosura; señala con un fanatismo inigualable.  

Y al instante surgen los recuerdos imborrables de los ascensos del club: "uno fue el de 1993, yo era el arenero y juro que lo viví como propio. No dormí la noche anterior al último partido con Mariano Moreno. El otro ascenso fue el del 2003 pero ya como jugador y es algo por lo que pasé que nunca más podré volver a sentir…una adrenalina única.” Hubo otro ascenso, en el año 2010, el último, el de la despedida de Moreno que llegó en 2015, pero ese ya lo viví y disfruté cómo espectador". 

Los recuerdos siguen apareciendo uno a uno en su cabeza y de repente dice: “al ver un video de ese día me dan ganas de volver a vivirlo.”. De Villa Malaver señala: “¡¡¡Recuerdo todo, puedo cerrar los ojos y recorrer cada rincón del club!!!. Desde las canchas de mini rugby en las que jugábamos a los 8 años, así como los vestuarios usados para los grandes festejos. El quincho y los terceros tiempos con bandas musicales, Cuántas cosas por Dios. Fue sin dudas el lugar de mi vida en donde más tiempo pasé desde los cinco a los treinta años.”  

LA ACTUALIDAD, LA BASE Y TOMÁS SÁNCHEZ AZARO EL CAPITÁN DE LA SUPERIOR COMO REFERENCIA 

Los Matreros se despidió de su sede de Moreno con un ascenso en el año 2015 y se trasladó a La Base Dr. Alfredo Quesada, para arrancar con otra etapa en su vida, la tercera y es la que hoy nos trae su capitán, Tomás Sánchez Azaro, camada 95, formado en Infantiles y juveniles en la sede de Moreno y con un liderazgo natural que lo desarrolla hoy por hoy en la nueva sede. 

La llegada a La Base la resume así: “La verdad allá por el 2015 creíamos que nos iba a costar muchisimo dejar Moreno. Una sede muy querida y por la cual guardo grandes recuerdos, pero la mudanza a La Base y la vuelta a Morón fue súper positiva ya que nos permitió volver a estar juntos con los chicos de infantiles, los juveniles, el plantel Superior y el hóckey femenino que es muy importante para la pertenencia de todo el club. El sentimiento es de agradecimiento a toda la gente que trabajó e hizo posible el predio que tenemos hoy.”  

Tomy describe la actual ubicación, y a los mayores se le viene a la memoria “El Cemento” y el orgullo que fue jugar allí en aquellos tiempos…  

“El presente es muy bueno, La Base está cada día mejor, continuamente se están haciendo mejoras y creo que la intención de todos siempre es la de sumar. Contar con cuatro canchas de rugby, el sintético en hockey, el salón de terceros tiempos, la sala de veteranos, el gimnasio, la cancha de futbol sintético.. Se ha crecido mucho y la idea es seguir por este camino.”, afirma Tomás.  

Señala orgulloso lo vivido el año pasado, ya que a pesar de no poder competir por la Pandemia el club se unió para poder ayudar a la comunidad. Así lo recuerda: “El 2020 prácticamente no tuvo rugby, fue lo que nos tocó. Y allí surgió algo único: el Matreros Solidario. Fue espectacular, le dio lugar a mucha gente con ganas de ayudar a todos los que lo necesitaran con lo que estuviese a su alcance, desde las empanadas a La casa de Jesús, las donaciones de sangre, la ayuda a los comedores y merenderos hicieron que la familia Matrera esté muy unida y con un objetivo común en un año tan difícil como fue el 2020.”  

Con respecto a ser el capitán actual del plantel de superior en otro aniversario del club, en este caso el 93º, nos deja estas palabras: “La verdad suena trillado, pero es un gran orgullo, me gusta, lo disfruto y actúo siempre con la intención de poder sumar y trabajar poniendo por encima de todo al club. Es difícil representar a todos y cada uno; creo que lo que nos representa sin lugar a duda es el RUGBY CLUB LOS MATREROS, más allá de los planteles, jugadores, entrenadores, o dirigentes, es la manera de que todos seamos partes de esta gran Institución.  

Para finalizar le preguntamos que es "Ser Matrero" y nos dejó su respuesta: "para mi es ser incansable, aguerrido, luchar por los principios, dar hasta lo último por el club, lo que se traduce directamente en los amigos, la familia” Eso es ser Matrero, señala orgulloso el capitán. 

Los Matreros, 93 años de una historia con tres sedes y la misma pasión por los colores y el rugby.  

Felicidades!!! 



Fotógrafo: Archivo del Rugby Club Los Matreros

Fuente: Carlos Silva - Rugby Champagne

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