Super Rugby

El derbi de la isla Sur se adueña de la cuarta fecha del Super Rugby Aotearoa

El derbi de la isla Sur se adueña de la cuarta fecha del Super Rugby Aotearoa

Mañana, desde las 4:05, Highlanders y Crusaders estarán cara a cara en el Estadio Forsyth Barr, de Dunedin. Un día más tarde, a las 0:35, en el FMG, de Hamilton, será el turno de Chiefs y Hurricanes. Blues, el único líder que tiene este certamen, seguirá la acción a través de la tv.

El torneo que mantiene en vilo a Nueva Zelanda comienza a tomar forma, aunque, por más que el nivel de cada partido sea supersónico, solo hay dos equipos que parecen estar preparados para luchar por la corona: Blues, con un funcionamiento colectivo tan aceitado que no deja de sorprendernos, y Crusaders, el rey absoluto que tiene el hemisferio sur desde el 2017; los otros tres participantes, en cambio, parecen invitados a la gran fiesta. Lucen como espectadores de lujo en la puja entre las dos grandes regiones rugbísticas que tiene la nación de los All Blacks: Auckland y Canterbury.



Con respecto a lo que se avecina este fin de semana, el foco mediático estará puesto en la región de Otago, sede del cruce entre ‘Landers y ‘Saders. Será, por motivos extraordinarios, la primera vez que se vean las caras en Dunedin desde el 2018: en 2019, debido a los atentados ocurridos en Christchurch, SANZAAR decidió suspender el partido entre ambos -NdR: fue declarado empate y se les otorgó dos puntos a cada uno-; a comienzos de este año, cuando parecía que volveríamos a ver a los rojinegros en el hogar de Aaron Smith, Liam Coltman, Shannon Frizell y compañía, el COVID-19 apareció en escena y volvió a cancelar el espectáculo entre las dos únicas franquicias que tiene la Unión de Rugby de Nueva Zelanda -NZRU, por sus siglas en inglés- dentro de la isla Sur.



¿Qué podemos esperar del encuentro inicial de esta cartelera? En primer lugar, paridad. Y eso que la visita llega como candidata a salir airosa una vez que consumen los ochenta minutos, pero, para ello, deberán sortear con éxito los embates de los dueños de casa, quienes el sábado pasado sucumbieron ante Blues por 27-24, en el Eden Park, de Auckland, aunque con más sensaciones buenas que malas; en segundo orden, un resultado final definido por detalles: efectividad en los envíos a las haches, eficacia en ataque, defensa sólida, formaciones fijas estables y, fundamentalmente, disciplina. Parece mucho, pero no deja de ser el ABC para llevarse un desafío de alta complejidad dentro de lo que significa el mayor estrato del profesionalismo.



Además de lo que acontecerá en el “deep south”, tal como se conoce a Dunedin y sus alrededores en la comunidad kiwi, la región de Waikato vibrará al ritmo de su máximo orgullo, Chiefs, y su rival de turno, Hurricanes. No será un espectáculo más para los fanáticos de ambos conjuntos: geográficamente se encuentran tan cerca que entre sí se consideran “archirrivales”.



De cara a lo que puede llegar a ocurrir, todo dependerá de cómo se adapte psicologicamente a la presión el XV comandado por Warren Gatland: tres caídas en tres actuaciones. La última, ante Crusaders (18-13, fuera de su fortín). Si logran tomar la responsabilidad y no titubear ante la adversidad, deberían sacar adelante esta batalla. Son, nombre por nombre, superiores a unos ‘Canes muy devaluados tras la partida de Beauden Barrett a Blues. De todos modos, sí contarán con su hermano menor, Jordie, quien estará de regreso en el fondo de la cancha. ¿Les alcanzará para batir a la nómina que encabezan Damian McKenzie, Sam Cane y Aaron Cruden? Veremos… pero necesitan mejorar, y mucho. 



Fuente: Santiago Ángel desde Nueva Zelanda