Uruguay jugará en octubre ante el ganador de EEUU-Canadá, la idea es juntar al plantel directamente en el norte para evitar viajes; las condiciones variarán mucho según quien sea el rival.
Pasó la primera fase de la eliminatoria y Los Teros ya empezaron a pensar en la siguiente etapa, que se disputará en octubre y que será la primera de las tres chances de Uruguay de clasificar al Mundial de rugby de Francia 2023.
Tras ganarle a Chile y Brasil, y ya con el título de Sudamérica 1 en el bolsillo, Uruguay espera por el ganador de la serie entre Estados Unidos y Canadá, que jugarán el 4 y el 11 de septiembre.
La serie norte-sur se jugará el 2 y el 9 de octubre: el partido de ida será en el norte y el de vuelta en Montevideo. Así quedó definido en World Rugby ya hace algunos meses, antes de que se disputara el Sudamericano. Quien gane ese duelo clasificará al Mundial como América 1. Es el gran objetivo de Uruguay, para seguir subiendo escalones respecto a los mundiales anteriores: en 2015 fue el último clasificado a través del repechaje final, mientras que para 2019 clasificaron como América 2.
En octubre jugarán Chile ante el perdedor de la serie EEUU-Canadá. El ganador de esa serie de segundos jugará contra el perdedor de la serie de primeros en 2022. El que gane clasificará al Mundial como América 2, mientras que el que pierda jugará el repechaje intercontinental por el último boleto a la copa del mundo.
Uno de los mayores problemas ahora es logístico: ¿cómo armar el operativo para jugar en América del Norte en tiempos de covid-19 y restricciones de vuelos? En ese sentido, teniendo en cuenta que el partido de ida es de visitante, la opción más probable que maneja por estos días la URU es que los jugadores de Europa se integren directamente en Canadá o Estados Unidos, para no provocarles el desgaste de un viaje extra a Montevideo. Así se trabajó en 2018 para la serie con Canadá: en ese momento los jugadores europeos viajaron directamente a Vancouver.
Desde el punto de vista logístico, que el rival fuera EEUU supondría muchos menos problemas que Canadá, ya que no tiene cuarentena para los recién llegados, como sí lo tienen los canadienses.
Otro problema es la competencia: salvo los jugadores europeos, el resto del plantel llegará sin actividad, y con el partido ante Brasil como última actividad. En ese sentido se proyecta un partido antes de viajar ante Argentina XV, que también jugará contra Chile.
Varios de los jugadores de los clubes europeos regresan en estos días a Europa para reintegrarse a sus equipos para la pretemporada. Lo que más preocupa es lo de Germán Kessler que se lesionó los ligamentos de la rodilla tras el partido con Chile. Pese a que los pronósticos en un primer momento no eran alentadores, el jugador viajó a Francia a enrolarse a Provence, su nuevo equipo, y allí se decidió probar con musculación para fortalecer la zona, para ver si es posible evitar la operación. En ese caso podía estar en la serie de octubre. Además, Franco Lamanna y Agustín Ormaechea ya están en Mogliano y Niza, respectivamente, donde continuarán una temporada más.
Por otro lado, la intención es contar para ese duelo con Santiago Arata, quien pidió no ser citado para la etapa sudamericana, aunque aún no hubo charlas en ese sentido.
Mientras tanto, Los Teros del medio local entraron hoy en su segunda semana de vacaciones, tras varios meses muy intensos de Superliga y eliminatorias. Algunos se fueron de vacaciones al exterior, antes de retomar los entrenamientos el 16 de agosto, con los jugadores del medio local y los de Estados Unidos, ya que la Major League Rugby terminó el domingo y no volverá hasta marzo. Volverán con una pretemporada buscando una buena base física para los objetivos del segundo semestre: la serie ante los del norte y la ventana de noviembre, donde Los Teros viajarán a Europa para enfrentar a Rumania, Tonga e Italia. En ese lapso los jugadores no podrán defender a sus clubes locales.
Además, por estos días se comenzarán a firmar los nuevos contratos con los jugadores locales. El año pasado fueron 13, pero ahora se llegará hasta alrededor de 20, pasado el momento de mayor incertidumbre por la pandemia. Los nuevos beneficiados serán jugadores juveniles de buena actuación en este primer semestre, que hasta ahora estaban con régimen de becas o viaticados.
Fuente: Ignacio Chans - El Observador