En esta nueva temporada, el Círculo Universitario de Quilmes deberá competir en Primera C, luego de la derrota en el último repechaje ante Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires. Después de un 2019 irregular, el equipo Celeste se prepara para un nuevo desafío con el claro objetivo de regresar lo antes posible a Primera B.
La temporada 2019 se desarrolló de mayor a menor para el equipo de Quilmes: de un buen comienzo con algunas victorias importantes y un despliegue interesante con juego ofensivo, a una larga seguidilla de partidos que no lograba cerrar ni transformar en puntos. Y al final, una mala racha con varias derrotas consecutivas. Aún así, logró evitar el descenso directo y acceder al repechaje, pero allí fue superado por Gimnasia y Esgrima en un partido muy cerrado por 10 a 3.
Una de las principales causas de la caída en el rendimiento del equipo fueron las lesiones. El torneo, con 26 fechas de gran competitividad, se tornó muy complicado para planteles cortos y allí, el Círculo lo sufrió. Hubo lesiones por demás, desgarros y contusiones que impidieron que se afiancen los equipos de la división superior.
Tampoco al equipo celeste lo favorecieron los números: finalizaron 12° en la general y sólo se salvaron de descender en forma directa por un punto de ventaja sobre Monte Grande. En el año obtuvieron seis triunfos, empataron uno y perdieron 19. En este nuevo arranque, el parate por la cuarentena colaborará en la recuperación de varios jugadores.
Varios fueron los puntos altos en el 2019 a pesar del resultado final. La vigencia de la eterna segunda línea, conformada por Sanabria y Gauto; la consolidación de los pilares, Olasagarre y Domínguez; y las muy valiosas apariciones de Vatano en la tercera línea y de Bardini, en el centro de la cancha.
Para el 2020, la Celeste contará con algunos nuevos nombres. En el equipo de entrenadores, a la cabeza seguirá Guillermo Ramos, pero ahora acompañado por Gonzalo Ferré. Como colaboradores se destaca la presencia de dos leyendas del club y con pasado en el rugby italiano: Sebastián Perata y Fernando Alfonso. También continuarán en la ayuda técnica Martín Gianini y Agustín Puglisi, y, además, se incorporará Marcelo Nori. Por otro lado, la camada 2000 aportará una docena de jugadores al plantel superior.
En declaraciones a Rugby Champagne, el capitán Sebastián Sanabria resumió las intenciones quilmeñas para esta temporada: “Apuntamos a mejorar física y mentalmente como grupo, para así afianzar nuestro juego y terminar el año lo más arriba posible”.
CUQ se juega un enorme desafío, recuperar la categoría perdida. Con gran amor propio y aires de renovación, se enfilan en lo que denominarán el operativo retorno. Eso sí, cuando el rugby y el coronavirus se lo permitan.
Fuente: Mariano Muldowney - Rugby Champagne.