Tras la caída de Blues en Wellington, la franquicia con base en Christchurch, Canterbury, acaricia el trofeo del Super Rugby Aotearoa. Le lleva cinco puntos al equipo con sede en Auckland y, mejor aún, tiene un partido más que jugar que su máximo perseguidor.
Sobre el final, con el try de Asafo Aumua y la conversión de Jordie Barrett, Hurricanes ahogó el festejo de Blues en el Estadio Regional de Wellington: fue 29-27 para el dueño de casa, que mereció sufrir menos para finalmente adueñarse de los cuatro puntos.
Sin embargo, el ganador del cotejo celebrado en la capital de Nueva Zelanda no fue el que más gritó una vez consumados los ochenta minutos, sino que los gritos llegaron desde la región de Canterbury, en la isla Sur -NdR: Wellington está en la Norte-, tierra de los temerosos Crusaders. El vigente tricampeón del Super Rugby, que ganó sus cuatro encuentros, ha cosechado dieciocho unidades en el primer tramo del certamen, por lo que depende pura y exclusivamente de sí mismo para alzar la copa de campeón una vez que matemáticamente sea imposible de ser superado por uno de sus rivales.
¿Y cuándo se podría oficializar la consagración de los 'Saders? De no haber mayores inconvenientes, el día del festejo sería en dos fines de semana, cuando le toque jugar contra Chiefs, en Hamilton. Y es que no deberían tener demasiados sobresaltos para doblegar a Hurricanes (próximo sábado, en calidad de local). Tampoco tendrían por qué pasar un mal momento frente a Highlanders, en lo que será su penúltima actuación en este campeonato doméstico.
Entonces, dicho todo lo anterior, ¿qué debería acontecer para que Blues o Hurricanes den el golpe y bajen a los 'Saders del trono? Ambos deben ganar todo, obviamente. Hoy, después de la sexta fecha, tienen trece y doce puntos, respectivamente. Y, en lo posible, con varios bonus ofensivos. Pero la clave va a estar en lo que ocurra contra los rojinegros: los muchachos de azul, con Beauden Barrett como máxima figura, querrán llegar con chances a la última cartelera, que será el domingo 15 de agosto, en el Eden Park, su hogar, contra el objetivo a derribar; los de amarillo, con Jason Holland a la cabeza, este sábado que se avecina, pero en rodeo ajeno. ¿Podrán?
Highlanders, a puro corazón
De visitante, contra Chiefs y con una desventaja de 24 puntos (31-7, a los 5' del segundo tiempo), la nómina que representa a Otago y Southland sacó a relucir su mejor versión y dio vuelta una contienda que ni el más optimista esperaba: cuando sonó el silbatazo final, el tanteador reflejó el 33-31 favorable a ellos que dejó atónitos a todos los presentes en el Estadio FMG, de Hamilton.
El try apoyado por Sio Tomlinson después del bocinazo más la conversión de Mitchell Hunt silenció a un público local que cada vez tolera menos esta versión tan tibia que ofrece la nómina de Waikato. Jamás de los jamases (y menos contra un equipo que en los papeles luce inferior) te pueden sacar adelante un duelo que estaba acabado en los instantes iniciales del complemento. Esto, al fin y al cabo, dejó en claro el amor propio de los 'Landers, que más allá de depender de Aaron Smith ya tiene dos éxitos en esta edición -NdR: también le había ganado a su víctima de turno de ayer, aunque en la inauguración, por 29-27, en Dunedin-, pero también nos enseñó que a los conducidos por Warren Gatland no les queda claro qué se espera de ellos ni tampoco parecen entender cuál es la hoja de ruta: no tienen un juego ofensivo, pero tampoco sobresalen en el aspecto defensivo. Es decir, están en limbo. Y siguen sin ganar: ¡Cero de cinco, Warren!
Próxima fecha (25 y 26 de julio):
Sábado (4:05): Crusaders-Hurricanes (Estadio Orangetheory, de Christchurch).
Domingo (0:35): Blues-Chiefs (Estadio Eden Park, de Auckland).
Fuente: Santiago Ángel