De no saber nada certero sobre el futuro de su vida, a disputar dos Mundiales con dos paises distintos, el apertura de Samoa que enfrentará a Los Pumas este viernes lleva en sus hombros una larga historia que va más allá del rugby profesional, Leali'ifano superó la leucemia y volvió a jugar para llegar a lo más alto.
Este viernes a las 12:45 hs. Los Pumas jugarán ante Samoa por la segunda fecha del Mundial de Rugby Francia 2023 y deberán obtener un buen resultado para no mermar sus chances de pasar de fase de grupos, algo que no lograron en 2019. Tanto el seleccionado nacional como los samoanos, ya tienen las formaciones confirmadas para el partido, veremos al ex wallabie, Leali'ifano con la 10 de Samoa en su segunda Copa del Mundo.
Nacido en Nueva Zelanda, Christian Leali'ifano, hijo de padre y madre samoanos, vivió en territorio "kiwi" hasta los 6 años, cuando se mudó junto a su familia a Australia.
Allí comenzó a jugar al rugby y obtuvo los recursos necesarios para iniciar su carrera en el deporte profesional. Sus buenas actuaciones en Brumbies, donde debutó en 2008, le dieron un lugar en los Wallabies. Para la selección australiana disputó 26 partidos entre 2013 y 2019, sumando 171 puntos.
En agosto de 2016, dos semanas más tarde de que los Brumbies quedaran eleiminados del Super Rugby y dos meses después del nacimiento de su hijo, Christian Leali'ifano fue diagnosticado con Leucemia.
El back se había sentido cansado en algunos entrenamientos y se lo adjudicaba al desgaste de la temporada y a las pocas horas de sueño luego de la llegada de su hijo. Pero un día, en una sesión de entrenamiento, no solo el cansancio fue lo que lo preocupó sino que además sintió un raro comezón en las manos y en los pies.
A raíz de eso, Leali'ifano fue a hacerse estudios de sangre pensando que se trataba de un virus, pero fue diagnosticado con leucemia y tuvo que atravesar un duro proceso de quimioterapia que lo alejó de las canchas y del alto rendimiento.
Así lo comentó en una nota con La Nación en abril del 2019:
"Fue un momento muy duro. Uno no sabe qué va a pasar. Aprendí que tenía que entender el proceso, entender lo que podía controlar, cuáles eran los pasos a seguir y dar un paso a la vez. Fue un camino muy difícil y no lo podría haber atravesado sin la ayuda de mi familia, mis compañeros y mi comunidad"
"Ser fuerte mentalmente para atravesar entrenamientos duros me ayudó a enfrentar el tratamiento. Cuando no tenía energías tenía que buscar dentro de mí la forma de mantenerme fuerte. Las herramientas que me dio el rugby, así como el apoyo que me dio la familia del rugby, me ayudaron muchísimo. Poder hacer lo que amo y jugar con mis compañeros y amigos es algo que no doy por sentado y agradezco. Me siento un privilegiado de tener la oportunidad de hacerlo de nuevo."
En dicha entrevista con La Nación, Leali'ifano contó como su fe fue importante para poder seguir luchando y sobrepasar el difícil momento.
"Confiaba en el que era el plan que Dios tenía preparado para mí, cualquiera fuera el desenlace. También de mi hijo. En ese momento tenía tres meses y no lo podía dejar solo. Tenía que ser fuerte para él, para que cuando crezca y vea por lo que pasó su padre tenga la misma fortaleza. Jeremiah es mi mundo y mi ángel. Pienso que Dios lo puso en mi camino para que sea mi motivación."
Meses más tarde, Christian recibió un trasplante de médula ósea y tras superar el tratamiento volvió a prepararse para jugar a nivel profesional. Firmó contrato con Ulster de Irlanda en 2017 y su buen rendimiento lo llevó a su primer Mundial en 2019, cuando Australia fue eliminado en cuartos de final por Inglaterra.
Luego de un paso por Japón de dos años, el apertura volvió al Super Rugby para jugar con la camiseta de Moana Pasifika, en esa temporada logró llegar a los 1000 puntos.
Como ya no tenía oportunidades en Australia y él quería representar a la nación de sus padres, Christian comenzó los trámites para poder ser elegido en Samoa. Efectivamente lo logró. Leali'ifano llegó a jugar su segundo Mundial, esta vez con la camiseta del país donde nacieron sus padres, pero con una experiencia notable, una historia de superación y sobre todo, unas ganas de vivir, competir y superarse, indescriptibles.
Fuente: Bautista Terrera