Después del cuarto puesto del año pasado, los objetivos de Champagnat están puestos en volver al Top 12. Con expectativas altas y los deseos de volver a jugar el clásico colegial ante Newman, el equipo Marista se afirma en el crecimiento en el juego de las últimas dos temporadas
Fue en 1954 cuando el Hermano Ángel, un profesor del Colegio Champagnat, se inspiró para darle origen al club, secundado por el Hermano Fabriciano y varios de sus pares. La actualidad los encuentra en un presente promisorio en Estancias del Pilar, después de haber pasado por el campo de deportes de Villa Diehl en San Martín o del recordado predio de General Pacheco, lugar de tantos triunfos que hicieron grande la historia de Champa.
Hoy disfrutan de su nueva casa con cuatro canchas de rugby, 14 de rugby infantil, una cancha de hockey sintético iluminada, canchas de fútbol, gimnasio, cuatro canchas de tenis, frontón, una pileta, Club House Social, Casona de Rugby, Sala de Coaching, Pub veteranos, cinco vestuarios, dos de hockey y un quincho para terceros tiempos, y un acuerdo especial con Estancias Golf Club para la práctica de golf.
En 2017 y luego de la reestructuración de los torneos, quedaron instalados en Primera A. Sorpresivamente, los Maristas nunca pudieron hacer pie y descendieron sin atenuantes al quedar en la última colocación. En 2018, Champa demostró que les sobraba juego para la Primera B y tuvieron un paso arrollador por la categoría. Se coronaron campeones de manera indiscutible al ganar 22 de los 26 partidos, muchos de manera contundente.
De vuelta en Primera A y con la mala experiencia previa, Champagnat no quiso sorpresas y demostró tener el ritmo y el nivel que pedía la categoría. El paso por la “B” fue sólo un retroceso para tomar impulso y así, desde el vamos, el Marista se plantó más para pelear el ascenso al Top 12 que para cuidar la categoría.
En 2019, lejos de ser un invitado, fue protagonista y peleó fuerte en la zona alta de la tabla. Cuando promediaba la segunda ronda, una inesperada derrota ante SITAS (44-23) desencadenó un bajón que incluyó otra caída sorpresiva con Pueyrredón (20-17) y las pérdidas de los duelos directos frente a Olivos (20-17) y Biei (23-19). Champa culminó sin premio en la cuarta colocación, aunque estuvo cerca.
En vísperas de un 2020 que aún no ve competencia, Rugby Champagne conversó con el capitán de Champagnat, Martin “Tingo” Cordeyro. El wing, autor de más de 100 tries en Primera y orgulloso papá de Borja, es un referente indiscutido del club y nos habló sobre la actualidad del club.
- ¿Qué evaluación haces de la pretemporada?
- Después que terminó el campeonato, tuvimos dos semanas libres y ya arrancamos una postemporada hasta el 20 de diciembre. En febrero retomamos trabajos con pelota, más técnicos y físicos. A diferencia de otros años, empezamos con una muy buena base. Desde el primer entrenamiento vimos que estábamos mejor que otros años. También hicimos una concentración en Campo de Mayo y pasamos un fin de semana de supervivencia que salió espectacular.
- ¿Cómo fueron los amistosos?
- Tuvimos dos partidos de pretemporada con Mariano Moreno y Biei. Ganamos ambos. Si bien falta ajustar muchas cosas, se vio lo que queríamos. Nos quedaba un partido con Regatas de Bella Vista, pero se suspendió por la cuarentena y estamos a la espera que arranque todo de vuelta.
- ¿Qué bajas tuvieron en el plantel?
- Santi Grondona es una baja importante, pero estamos muy contentos por él que haya firmado contrato y que represente al club desde donde le toque. Tampoco estará Martin Perri, que era el capitán y dejó de jugar para dedicarse a su trabajo. En las últimas fechas se lesionó Tobías Rivas Orozco, pero con este parate tendrá tiempo para recuperarse.
- ¿Cómo vienen las altas para 2020?
- Subieron muchos chicos con gran nivel de la M19 y eso está bueno porque le agrega competencia interna al grupo. Eso es importantísimo para que todos mejoremos. Algunos destacados de los que subieron, son Tomás Podingo, Pepo Del Piano y Facundo Rufino.
- ¿Cómo se organizaron ante la suspensión?
- El corte nos agarró con muchas ganas de que arranque el año y entendemos que es un caso de fuerza mayor, pero quisiéramos estar jugando desde hace rato. Por el momento, cada uno entrena en su casa con lo que tiene y como puede. Los preparadores físicos nos pasan rutinas y nosotros también hacemos desafíos físicos por el grupo de Whatsapp, está bueno para seguir unidos. Conversamos mucho para ver cómo están todos y los martes y jueves entrenamos vía Zoom. Lo llevamos como podemos y con ganas de que esto termine para volver a jugar y encontrarnos.
- ¿Cuáles son los objetivos del club para este año?
- Antes de la suspensión, el objetivo era repetir lo del año pasado y mejorarlo. Ahora no tenemos claro cómo será el campeonato. Lo más importante es consolidar el grupo humano, seguir mejorando nuestro juego y creciendo como club. Estamos a la espera de que termine esto para saber cómo va a seguir.
- ¿Cómo te imaginas la reanudación del torneo?
- No creo que sea un campeonato largo como en un principio. Lo más seguro es que sea más corto. Hay que ver si habrá ascensos y descensos, y cuántos. Estaría lindo jugar por algo, aunque si hay que jugar sólo por la camiseta, también será lindo. Independientemente de cómo sea el torneo, la idea de Champa es estar en la pelea de arriba.
El 17 de julio de 2011 con los tries de Simón Montes y Lucas De Vincenzi, más la puntería de Juan Pablo Márquez, Champagnat derrotó a Newman por 20 a 11 y se llevó el último clásico colegial. En ese momento nadie podía presagiar que dos históricos rivales de tantos clásicos parejos, bien jugados y con apellidos ilustres, no volverían a cruzarse oficialmente.
En 2012 y 2013 los separó el azar del fixture y en 2014, Champagnat perdió su lugar en la elite del rugby porteño. Desde entonces milita en el ascenso y si bien no logró regresar todavía, su constante crecimiento deportivo e institucional, sumados al fruto de sus divisiones juveniles -de las más numerosas de la Unión-, hacen que ese reencuentro con Newman en la máxima categoría parezca sólo una cuestión de tiempo.
Fotógrafo: Gentileza Club Champagnat.
Fuente: Darío Procopio - Rugby Champagne.