Albatros es uno de los seis clubes que componen el escenario rugbístico de La Plata, una ciudad que vive el deporte ovalado como pocas. Con la creación de Berisso RC, el benjamín de la ciudad, ya no son el menor de los equipos platenses, aunque la actualidad los encuentra en un momento muy complicado.
Luego del descenso de 2019, por el Barrio José Hernández todos luchan por la recuperación. Instalados en la Segunda División del rugby porteño, quieren encontrarle la vuelta en este momento de cuarentena. Por estos días, cada uno desde sus casas buscan reforzar la pertenencia mediante la convocatoria por redes sociales para sentirse algo más juntos y esperar que vuelva el tiempo para entrenar y jugar en el club.
La historia contra equipos platenses
De los equipos platenses, no tuvo antecedentes en los últimos 20 años ni con La Plata, Los Tilos y San Luis. Contra Universitario de La Plata jugaron cinco veces en el Grupo II en este período y por última vez se enfrentaron el 7 de mayo de 2016, en el Barrio José Hernández, con goleada de las Panteras (41-11). Ante Berisso se cruzaron una sola vez, cuando compartieron el Grupo IV en 2012, que finalizó con goleada de Albatros (68-0).
Para este año hubo cambios en el staff tricolor. Ya no estará más Martín Haidar como head coach y su lugar lo ocupará Luis Violini, con Augusto Castilla, Matías Gomiz, Matías Lolli y Ezequiel Portillo en el cuerpo técnico. El PF será Julián Rodríguez, mientras que Josué Bisceglia fue designado capitán en lugar de Santiago Lambre.
Para hablar sobre la actualidad del elenco platense, Rugby Champagne se contactó con Josué Bisceglia, el capitán del tricolor.
- ¿Cómo se estaban preparando antes de la pandemia? ¿Cómo está el club en cantidad de jugadores y cómo los afectó la campaña del año pasado con el descenso?
- Nos veníamos preparando bien, aunque bajamos en la cantidad de jugadores con respeto al año pasado. Ese fue un aspecto negativo que ya tuvimos también en 2019 y en parte una consecuencia de lo que pasó el año pasado (NdR: Albatros descendió de Primera C a Segunda División luego de finalizar último en las posiciones, con sólo dos triunfos y 24 derrotas). Ya hace dos años que veníamos luchando por no bajar y con una merma bastante grande de jugadores. De alguna manera se puede decir que era predecible. Para verle el lado bueno, se puede decir que bajando de categoría, nos podremos afianzar como grupo y así pensar en poder volver.
- ¿Cuáles fueron las razones del descenso de Albatros?
- Por tener tantas bajas en el plantel, se nos complicó tener un equipo sólido, más o menos firme. Hubo muchos chicos que recién subían y tuvieron que ponerse la camiseta de la Primera, y por ahí todavía no estaban preparados. También influyó que hubo cambio de entrenador (Martín Haidar estuvo en 2019), que nos propuso jugar de una manera totalmente opuesta a la que lo veníamos haciendo y no estábamos en un momento para hacer algo así, eso nos jugó en contra
- ¿Qué objetivos se trazaron en Segunda y cómo esperás que sea la vuelta si se da este año?
- Como empezaba la temporada, todavía no nos habíamos trazado algo puntualmente. No tuvimos una charla grupal para hablar de los objetivos y enfocar todas las energías ahí. Pero creo que un buen objetivo sería afianzar el grupo y lograr una regularidad en cuanto a la gente en los entrenamientos.
- ¿Qué jugadores tuviste como referentes en el puesto y quiénes te gustan a nivel nacional e internacional?
- A nivel club te puedo nombrar a Gabriel Chapasian, el “Chapa”, que siempre lo menciono porque cuando subí a la Primera, era el ocho de la Superior y hablaba mucho con él acerca del puesto y del rugby en general. A nivel nacional siempre me gustó Facundo Isa y también “Corcho” Fernández Lobbe por el juego de manos que tenía. Y fuera del país, el neozelandés Kieran Read por su actitud y por cómo maneja al equipo.
- ¿Qué les espera en Segunda? ¿Qué rivales serán los equipos más duros?
- En general, no tuve muchas posibilidades de ver equipos de la categoría. Conozco los que descendieron en los últimos años, como GEI y Chascomús, pero en realidad no sabría decirte que nos esperará en el juego.
- ¿Cómo ves al club en este momento tan difícil? ¿Cómo se organizaron para seguir entrenando? ¿Cómo está el grupo y de qué forma se comunican?
- En un principio empezamos a entrenar por la plataforma Zoom y nos fue muy bien, hasta que mermó la cantidad de gente que nos reuníamos. En base a esa situación, empezamos a hacer algo más lúdico. Comenzamos a hacer un torneo de truco virtual, donde logramos tener mayor cantidad de gente con el objetivo de juntarnos y mantenernos en contacto porque, más allá del encuentro grupal, cada uno tiene un plan individual para entrenar. Hicimos este torneo para no perder esa vinculación en el grupo.
- ¿Hace cuánto jugás en la Superior y cuál es el recuerdo más importante que te viene a la mente del club?
- Es mi séptimo año en el plantel superior. De los recuerdos más importantes, se me viene a la mente el ascenso de 2014 (NdR: llegaron a las semifinales de la Reubicación de Grupo III, donde cayeron por 27 a 21 frente a San Fernando. En esa temporada ganaron 12 partidos). Mi debut fue cuando todavía estaba en juveniles, pero participaba en el plantel superior, en 2013. En 2018, contra Monte Grande, ellos estaban primeros y nosotros necesitábamos ganar para ir al repechaje y lo conseguimos en la última fecha (35 a 17 en José Hernández). Y otro recuerdo fue el repechaje contra El Retiro, en Albatros, que jugamos gracias a aquel triunfo. Ganamos 22 a 5 y nos salvamos del descenso. Momentos gratos viví varios, como los debuts de un montón de amigos que compartí en la cancha con ellos, incluido el de mi hermano.
- ¿Quién fue el entrenador o jugador que más te marcó en tu carrera?
- Te puedo nombrar a varios: Martín Chielli, el “viejo” Mario, Cristian Wirtz, Oscar Machado, Daniel Maglio, la “Mole” Ramos Albelo y el “mellizo” Adolfo Armendáriz, que también fue importante en mi etapa de juveniles. Como jugador, no te puedo nombrar a alguien en especial, siempre aprendí de todos los que me acompañaron dentro de una cancha.
Para finalizar, el capitán dejó un mensaje para los socios: “A la comunidad del club les pido por favor que no dejen de pagar la cuota social a pesar de que no se desarrollen actividades en la actualidad. Hay muchos empleados que dependen de la plata para vivir y llevarles alimentos a sus familias. Y decirles que cuando todo esto se restablezca, invitarlos a que se comprometan con alguna pequeña tarea en el club, que hay un montón de cosas por hacer y que siempre se necesita ayuda”.
Albatros, otro de los clubes que se sumó a la ayuda social
En el Barrio José Hernández, Albatros es otro de los clubes de rugby que abrió sus puertas al servicio de la comunidad. A partir del sábado 30 de mayo, en las calles 135 y 515 de la ciudad de La Plata, se juntaron para hacer una olla popular y así ayudar a la gente de los alrededores del Barrio José Hernández y a las familias del club que estén pasando por una situación económica complicada y no tienen un plato de comida en sus casas.
Como bien marca el origen de su nombre, Albatros, es un ave marina de gran resistencia y vuelo planeado. Y es así como lo sienten los socios del club: resistir y soñar con volver a volar. Para eso es que abrieron sus puertas, para ayudar a los que no la pasan bien en este momento.
Fotógrafo: Gentileza de Mauricio Leonetti - Tres Foco Estudio.
Fuente: Hernando De Cillia - Rugby Champagne.