Tucumán

Tucumán Rugby Club – La época dorada

Tucumán Rugby Club – La época dorada

La historia de Tucumán Rugby marcó una época dónde el rugby fue una verdadera fiesta. Una era dorada en la que el buen juego y los títulos fueron de la mano. Los recuerdos y testimonios ya son parte de un pasado añorado y lleno de nostalgias, sin embargo, para aquellos que defendieron esos colores los recuerdos aún siguen bien frescos en sus memorias.

Gabriel Terán Nougués fue uno de los grandes protagonistas de esos años de esplendor. En charla con Rugby Champagne repasó cada uno de esos gloriosos momentos. Y los primeros nos llevaron a esos fines de semana dónde el rugby era el punto de encuentro en toda la ciudad: “Eran canchas repletas, era el programa del fin de semana; no había alternativa que socialmente faltara alguien a un partido de rugby en Tucumán”.    

Y en cuanto al juego del verdinegro: “Tucumán Rugby era un equipo que daba espectáculo. Un grupo que supo incorporar a su juego histórico de tres cuartos la cultura de la obtención, para así hacer historia con un rugby completo y trascender de la manera que lo hizo en esa época”   

Gabriel Terán jugó en el verdinegro desde 1980 hasta 1992. Fue parte del gran equipo que dominó la escena del rugby de su provincia y que trascendió con los títulos que obtuvieron con el seleccionado a nivel nacional. Con el club de Yerba Buena formó parte de un grupo que hizo historia: “el club siempre se destacó por las destrezas de los backs. Cuando el seleccionado consiguió el primer título argentino, en 1985, predominaba con los forwards. A principios de los ’80 se destacaba el pack de Lawn Tennis y del ‘83 al ‘87 el de Los Tarcos, con Ricci, Bunader, Buabse, Deluca y Pacheco, todos los que jugaban para Tucumán”.   

Los cambios y cómo empezó a modelarse el gran equipo. Así lo rememoró el ex wing tucumano: “recordá que en la vieja época no se levantaba en el line y no había cambios, los pilares experimentados te mataban en los minutos finales. Nosotros éramos la antítesis, jugábamos de tres cuartos, lo contrario a lo que se priorizaba en el juego de Tucumán. Por eso, para lograr el éxito tuvimos que hacer un cambio cultural. El ingreso del Mono Rizzo fue clave. El acompañó a Willy Lamarca (entrenador de Los Pumas con Lucho Gradin) que lo llamó para dirigir juntos luego de su experiencia en Tala y Los Tarcos. Ahí vino el cambio radical en el año ‘87, trabajaron mucho con los forwards. Ese año empatamos los dos partidos con Los Tarcos, cosa que antes no podíamos hacer, ya que equilibramos la parte del pack que no estábamos acostumbrados”.   

Así llegaron los primeros festejos luego de varios años de sequía, ya que el elenco de Yerba Buena no salía campeón desde 1978: “siempre el primer título (1988) rompe la hegemonía y marca el inicio de algo. Pero creo que el segundo, el del ’89, fue el que más disfruté. En ese torneo el equipo funcionaba como un violín. La pelota la manejábamos de una manera espectacular. Casi toda la línea de tres cuartos jugaba en el seleccionado nacional: Eduardo García Hamilton, Ricardo Sauze, Santiago Mesón, los hermanos Williams, Martín Terán y yo”.   

El inicio de un proceso exitoso   

El cambio de modelo y cómo se forjó aquel gran equipo. Así lo contó Terán Nougués: “el proceso arrancó en el ’87. Hasta ese momento teníamos un equipo dividido, con poca obtención y backs descollantes. Mi máximo anhelo era salir campeón con mi club. Por eso, mi valoración del primer título fue fantástica. Para las siguientes generaciones fue diferente, lo tomaron como algo más normal. En ese proceso que nos tocó vivir, para los que padecimos esa supremacía violenta de Los Tarcos, hasta que no trabajamos la obtención era imposible ganar los campeonatos locales. La incorporación del Mono Rizzo fue decisiva. Ya lo había hecho con Tala, dónde eran obsesivos con el scrum y la obtención, no la sacaban afuera ni que sobraran cuatro contra uno”.   

Ese festejo tan esperado recién se dio en la final de 1989. Así lo relató Gabriel: “como tengo el recuerdo de perder siempre con Los Tarcos, fue inolvidable el partido del ‘89, cuando en cancha de Lawn Tennis les ganamos 47-10. Jugamos lo mejor que pudo haber jugado un equipo, con la cancha llena. Fue el segundo título seguido y el que más disfruté de mi carrera. Cuando jugaba Tucumán Rugby vos tenías que ir con anticipación porque era una locura. Fue una época gloriosa, la gente era fanática. Las tribunas estallaban de felicidad y alegría, porque nosotros pudimos hacer todo lo que planificamos antes”.   

-¿Porque fue la mejor época Gabriel?   

-Porque la época dorada de Tucumán Rugby coincidió con la mejor del rugby tucumano. Fue espectacular, jugabas en la cancha de Atlético con 25.000 personas. Era una locura cuando le empatamos a Francia, en el ’88.   

-¿Y a qué lo atribuís?    

-La pasión que había en Tucumán era increíble. A nivel local nosotros jugábamos con cancha repleta y el seleccionado no lo hacía en los clubes de rugby, utilizaba las canchas de fútbol. La convocatoria que teníamos era excepcional. Empezamos en Concepción y después tuvimos que pasarnos a Atlético.    

El esplendor del rugby tucumano  

Según Terán, hubo dos momentos que marcaron la historia de “La Naranja”. De acuerdo a su análisis: “el rugby tucumano tuvo dos puntos de inflexión. En el año ’82, Tucumán le ganó a Los Pumas en Concepción, con el equipo que venía de superar a Sudáfrica con el nombre de Sudamérica XV. Fue mi debut en el seleccionado, con un try mío y otro de Fabián Landa, que era el otro wing de Tucumán Rugby. Ese año fuimos a jugar la final del Argentino a San Juan, y veníamos re agrandados. Pero Buenos Aires nos mató, nos ganó y nos metió 59”.   

“Cuando uno habla del rugby tucumano –prosiguió- hay muchas generaciones que participaron de un proceso y no fueron las más mediáticas. Si vos hablás en mi puesto de la historia de los tucumanos en el seleccionado, nombrás primero a Martín Terán y Núñez Piossek. Y ellos no son los que generaron la historia, son posteriores. Hablar de Gallo Cabrera, Palou, de todos los jugadores que sufrieron como nosotros las desigualdades de la época. Pensá que Buenos Aires era el equipo de Los Pumas, salvo Tati Milano que era el único titular y era un fuera de serie, imposible que no lo pusieran. La verdad que lo que se vivía en Tucumán en esa época era una cosa de locos. Y a nivel club, nosotros jugábamos un rugby completo, y te diría que, si hubiésemos contado con la prensa de la actualidad, ese equipo era comparable con el Banco Nación de aquella época. Jugábamos de todos lados, éramos un equipo equilibrado. En esos años se jugaba el torneo de clubes campeones en Mendoza que lo ganamos cuatro veces. El rugby que desplegábamos era impresionante”.   

El cambio cultural  

La pasión en el relato de Terán Nougués se reflejaba en la extensa charla. Los recuerdos afloraban y las imágenes se reflejaban a través de las palabras del ex wing tucumano: "la cantidad de jugadores que pasaron en las distintas épocas por Tucumán Rugby fue impresionante. Eso te habla del nivel del club: cómo un equipo del interior tuvo en el tiempo 22 jugadores que vistieron la camiseta de Los Pumas. En nuestra época tuvimos 14 en el seleccionado tucumano. Fue fantástico, diferencial. Poder asimilar un cambio cultural, incorporar a los forwards sin detrimento de nuestra idiosincrasia por el juego abierto y la mezcla de generaciones que produjeron que el proceso estalle en el ’88. Porque ese año salimos campeones muchos que no formamos parte de los planteles que generaron ese cambio. Y si vos no tenés a los veteranos para ir mechando no lográs un equipo exitoso".    

Los procesos y los éxitos, algo muy difícil de conjugar, aunque Terán trató de explicarlos con su parecer: "Tucumán Rugby jugaba a cancha llena. Lograr el equilibrio en la vida y en el deporte era dificilísimo, y nosotros teníamos un juego dónde la gente pagaba la entrada para divertirse. Era espectacular, éramos la antítesis de lo que era el seleccionado. Fuimos los referentes de esa época, pero en el seleccionado no, porque ahí se jugaba a otra cosa. En la época dorada lo que se destacaba era que el equipo estaba aceitado y con un equilibrio fantástico. Porque antes de los ’80 teníamos elogios, pero sólo individualmente"  

La anécdota de su primo, Martín Terán Nougués, fue un claro ejemplo de lo que se vivía en aquellos años: "en el ’88 Martín salió campeón con el seleccionado en Mar del Plata. Era juvenil pero lo convocaron porque Juan Soler y yo estábamos de gira con Los Pumas por Europa. Él debutó antes en el seleccionado que en la Primera de nuestro club. Ese año salió campeón con el Tucumán y en el '89 con nuestro club. Imaginate, yo llevaba ocho años en la Primera y no había salido campeón".   

Los referentes y los que marcaron el camino, también los recordó Gabriel: "habitualmente cuando uno juega en un puesto siempre mira a los que estaban en su lugar. Santiago Molina y Fabián Landa, que son mayores que yo, marcaron un territorio. Y posteriormente, jugar con mi primo Martín fue espectacular. Siempre cuento que yo lo crie de potrillo. En el año ’82 junto a Carlos Imbert, jugador de Los Tarcos y del seleccionado, lo llevamos como mascota a San Juan. Él nos seguía desde chiquito y después jugamos juntos, viajamos a Europa. Disfrutar de jugar juntos fue increíble".  

Cuando hablamos del mejor rugbier que vio en Tucumán Rugby, Terán no dudó en hablar de Ricardo Sauze: "fue un jugador distinto en el club, por la visión de la cancha, los tiempos que manejaba, la patada y cómo nos hacía jugar. Sabía explotar las mejores cualidades de cada uno. Las pelotas que hoy les cruzan por arriba a los wingers, Ricardo las hacía con zeppelin por abajo y así nosotros les hicimos tries a todos los equipos del país. Incluso, en el partido que le ganamos a Los Pumas en el ’82, Fabián Landa hizo un try de esa forma".  

"En el año ’81 -continuó- cuando los ingleses lo vieron jugar a Ricardo lo elogiaron de tal manera que suponían que Porta debería ser un animal, para que Sauze no jugara. En esa época en Los Pumas estaban Hugo y Juan Pablo Piccardo".  

Para terminar, destacó: "Ricardo es el jugador histórico de Tucumán Rugby con el que más me sentí identificado. Era distinto, explotaba las fortalezas de cada uno de nosotros. A Santiago Mesón con su potencia de piernas, a Martín Terán y a mi, con los salteos y las patadas para explotar nuestra velocidad, a Gauna y los Williams, con las destrezas del tackle y las pelotas arriba. Tenía clarísimo que explotar de cada jugador". 

El paso por Los Pumas   

La estadística dice que Gabriel Terán Nougués es el #PUMA 423, con un sólo test disputado ante Francia, en 1988, en cancha de Vélez y con derrota ajustada, 18-15. Pero a Terán ya lo tenían en cuenta desde antes, con varias convocatorias al seleccionado: “en el ’87 estuve los dos partidos en el banco contra Australia. En el segundo test –el del recordado try de Mendy- se lesionó Turnes o Cuesta Silva, no recuerdo, y Michingo –por O’Reilly- se dio vuelta para ordenar el reemplazo. Y como lo tenía más cerca a Cristian, lo llamó. Yo me quería matar…risas”.  

Integró los equipos del seven que fueron a Hong Kong y Australia, con un plantel repleto de figuras que integraron Porta, Cuesta Silva, Turnes, Di Nisio, el Aguja Gómez, Allen “teníamos un equipazo” –afirmó-.   

El debut iba a llegar de la forma menos pensada: “en el ’88 en el primer test ante Francia yo no jugaba. Hasta la mañana del partido ni estaba enterado. Pero la anécdota de mi debut se dio porque ese día nació Benjamín Madero (18 de junio de 1988) así que Rafa se tuvo que ir y por eso jugué. No te olvides que antes, estar en un test para alguien del interior era muy complejo. Los tres cuartos de esa época eran Soares Gache, Baetti, Porta, Madero, Loffreda, Turnes, Cuesta Silva, Scolni, Mendy, que eran Los Pumas históricos”.       

Gabriel Terán Nougués, un personaje que tiene tallado sobre su pecho los colores del verdinegro. Que disfrutó en la época dorada del mejor juego que se recuerde por Yerba Buena. Y lo hizo nada menos con tries y desde adentro de la cancha.  



Fotógrafo: Gentileza - Gabriel Terán Nougés y Julio Paz (h)

Fuente: Hernando De Cillia - Manfredo Aguirre (Producción)

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