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Asad, un apellido con el arco y la hache entre ceja y ceja

Asad, un apellido con el arco y la hache entre ceja y ceja

El fútbol en la familia Asad es un legado difícil de gambetear pero Jordan, juvenil M17 de Pucará, rompió con el molde.

El "Turco" Omar fue campeón de América y del Mundo con Vélez donde alcanzó la categoría de ídolo. “Jordi” comienza a escribir su propia historia en el “Rojo” de Burzaco y el Seleccionado de la URBA. La potencia y eficaz pegada de los Asad son marca registrada frente a una pelota redonda u ovalada.

Se podrá hablar de herencias naturales, genéticas o misterios del ADN de familias de destacados deportistas. El fútbol es el hilo conductor de la dinastía Asad que se codificó a lo largo de generaciones de mediocampistas y delanteros. El “Turco” Omar Asad fue tapa de El Gráfico. En 1994, en su único club Vélez Sarsfield, levantó la Copa Libertadores e Intercontinental de Clubes. Es considerado ídolo a la altura de “Carlitos” Bianchi o del arquero José Chilavert. El “Turco” sigue ligado al fútbol como entrenador y su hijo Yamil, juega en el DC United (EEUU). Hay apellido Asad en los registros juveniles de Nueva Chicago. Las canchas y potreros de los alrededores de Ciudad Evita fueron testigos de la presencia del clan Asad en choques barriales de hacha y tiza.

Jordan Asad nació un 22 de septiembre del 2003 y como no podía ser de otra manera, uno de sus primeros regalos fue una pelota de fútbol. Carina es su mamá y Walter su padre que creció junto a su primo Omar. Jordan cursó la primaria en el Euskal Echea de Llavallol, colegio donde  conoció la pelota ovalada: “hasta tercero era rugby recreativo pero después se hizo más competitivo en los intercolegiales”. “Jordi” agregó que “alrededor de los 12 años me probé en Vélez porque el fútbol es un legado familiar y la portación de apellido, no permite desvío hacia otro club”.

Quizás los planetas se habían cruzado el día que Jordi se decidió por el rugby. El planeta Euskal Echea, que supo competir en los torneos de rugby de la UAR, cuando aún no se había fundado la URBA. Y el planeta Vélez, que allá por la década del ‘80 participó de la Federación Argentina de Rugby y que en el 1985, sus jugadores ayudaron a la refundación del Club Beromama.

El rugby era el elegido pero cuando se trata de un menor, hay que contar con el aval de los padres. Carina, señala que “lo tomé bien porque la decisión fue de Jordan y lo apoyamos. Al rugby no lo conocía y lo vamos aprendiendo junto a él. Nos emociona ver al equipo que es un gran grupo y estoy contenta por los objetivos que va logrando por su dedicación y méritos”. Walter, reconoce que “siempre tuvo una gran capacidad para los deportes, en el fútbol, en atletismo, siempre se destacaba. Me puse contento cuando eligió el rugby porque lo veo más sano. Vengo de familia de fútbol pero desde inferiores que está mal manejado, así que siempre apoyamos su decisión”.

En el 2019, la M16 de Pucará clasificó a Zona Campeonato donde el SIC fue el campeón. El seven de Alte. Brown se consagró en los Juegos Bonaerenses, título que afirma a Pucará como una gran fábrica de backs y del cual Jordan Asad formó parte. La 2003 del “Rojo” estaba lista para enfrentar a San Cirano en su primer amistoso pero llegó el coronavirus, un rival inesperado: “habíamos comenzado la pretemporada con todo, pero pasó lo que pasó. Ahora estoy entrenando en casa, como se puede, con las rutinas que me mandan del club y sumando otras”, aseguró Jordan.

Rugby Champagne dialogó con Jordan Asad, sobre su pasado, presente y futuro en Pucará y su relación con el “Turco” Omar Asad.


- ¿Cómo fue aquella prueba en Vélez?

- A la media hora de jugar me pasaron al grupo de los chicos que estaban fichados. Me acuerdo que metí un gol y otra pelota, pegó en un palo. Me probaron de cinco y de enganche, me invitaron a volver pero en ese momento no me terminó de convencer. Me encanta el fútbol, incluso este año pensé en volver a probarme pero quedó en un anhelo. 

- ¿Y cómo llegaste al rugby de Pucará

- En sexto grado tenía dos profesores, Matías de Monte Grande y Jorge Alonso de Pucará. En los partidos me divertía y me dije “por qué no probar a nivel club”. Como vivo en Ezeiza, por cercanía tendría que haber ido a Monte Grande. Amigos tenía en ambos clubes pero un día salí del colegio y fui a la casa de Lucas Traut y de ahí nos fuimos a Pucará. Me puse a entrenar y me gustó porque ingresé a un lindo grupo de chicos en la M13. 

- ¿Cómo se fue perfilando tu posición en la cancha?

- En el Euskal Echea me ponían de pilar o centro y en las infantiles de Pucará, nos mezclaban en diferentes grupos donde jugábamos en todas las posiciones. En M15 jugaba de centro o wing, hasta que en la 16, me afiancé más como segundo centro. En M15, hacía tries casi todos los partidos y también comencé a patear a los palos. En el 2019 jugué en Rosario con el seleccionado de la URBA y después participé de los Centros de Captación. 

- ¿Cómo se dio la posibilidad de ser el pateador?

- Siempre tuve mucha fuerza para patear. En la M15 vi que todos comenzaban a patear y yo ni sabía hacerla picar para meter un drop. Pregunté y me dije “yo tengo que patear, puntería y fuerza tengo, tiene que ser fácil” y me puse a practicar. Desde M15 que pateo desde mitad de cancha y la pelota sobrepasa el in-goal. En cada entrenamiento voy un rato antes para perfeccionar la pegada. 

- ¿Quiénes son sus referentes en el rugby?

- Me encanta la “Pantera” Montero porque siento que tengo un juego parecido al de él. Es crack. Observo detalles de pateadores pero no tengo un referente. Puedo destacar a Farrell, Barrett, Cooper, “Nico” Sánchez y a “Juani” Hernández, que jugaba de centro además de apertura y también pateaba, y con quien encuentro similitudes con mi juego. 

- ¿Cómo es tu relación con el “Turco” Asad?

- Mi papá es primo hermano y para mí es como un tío. Cuando Omar era chico se le prendió fuego la casa y fue a vivir con mi viejo, los dos son clase 71, crecieron juntos. No lo veo mucho porque por ejemplo, ahora regresó de estar dirigiendo en Bolivia pero cuando voy a ver a Vélez, estoy con él.

 

Jordan, el Asad que rompió el estereotipo futbolero de la familia. Un juvenil con futuro que se divierte con el rugby, como el “Turco” lo hacía con la pelota.




Fotógrafo: Fotos: Carina Dabul y familia Asad /// Video: Maby Sosa

Fuente: José Luis López Núñez

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